Ante la gestión de una nueva administración federal que está cumpliendo 100 días al frente del gobierno de la República, se ha insistido en la necesidad de una política de austeridad que permita eficientar las políticas públicas que contribuya, entre otras cosas, a la generación de diversas políticas públicas que beneficien a la población.
Asimismo, hay pronunciamientos que apuntan a que una vez que concluyan los procesos electorales que tendrán verificativo este año en los estados de Veracruz y Durango, así como la elección extraordinaria en la que se elegirán a personas juzgadoras, el legislativo tiene planeado el análisis profundo de la normativa electoral para una eventual reforma en la materia.
Bajo este contexto, he insistido en que la modernización de diversos procesos electorales traería como consecuencia no sólo una mayor eficiencia en la organización y desarrollo de las elecciones, también, un ahorro importante de recursos en un mediano plazo que permitiría justamente reforzar la política de austeridad de la autoridad electoral nacional, el INE, organismo responsable de la organización de las elecciones locales, en coordinación con los Organismos Públicos Locales Electorales y responsable de la elección judicial.
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En este sentido, son dos los mecanismos que el legislativo debería considerar incluir en la normativa electoral: la utilización vinculante y gradual del uso de urnas electrónicas, así como el mecanismo, como opción de votación, vía internet.
El uso de urnas electrónicas sustituiría gradualmente a las tradicionales urnas que se han utilizado por décadas. Estos mecanismos electrónicos permitirían a las personas electoras votar con facilidad con boletas virtuales ahorrando importantes recursos de papel, documentación y diversos materiales electorales.
Las ventajas de las urnas electrónicas es que evitarían errores aritméticos, el cómputo de la casilla podría emitirse prácticamente en tiempo real y pueden usarse durante varios procesos electorales o ejercicios de democracia directa.
El modelo 7.0 del INE que seguramente será mejorado contiene diversos aspectos técnicos que dan una serie de ventajas tales como la impresión de un voto testigo, el que cuenten con batería de larga duración por si se va la energía eléctrica en el local de la casilla, audífonos con los que se guíe a la persona que opera la urna y da accesibilidad a las y los votantes, así como a las propios electores, plantilla braille en la pantalla para que personas con debilidad visual puedan emitir su derecho al sufragio, entre otras.
El INE ha avanzado muy lentamente en el uso de estos mecanismos, tan sólo en la elección del año pasado utilizó 213 para 71 casillas especiales. Este universo de urnas electrónicas que ha sido el más grande que el INE ha instrumentado es muy menor si lo comparamos con las más de las 170 mil casillas que se instalaron a lo largo y ancho del país.
El legislativo debería determinar una gradualidad planificada de urnas electrónicas que obligue al INE a que este mecanismo sea el método de votación como sucede en diversas naciones del mundo como la India, Estonia, Canadá, etcétera.
Otra opción de votación sería el voto por internet, uno de los tres mecanismos de votación con la que las y los mexicanos residentes en el extranjero pueden ejercer su derecho al voto. Tan solo en la elección del año pasado alrededor del 70% de la población votante en el exterior eligió el internet como su método de votar.
Este mecanismo permitiría, de igual manera, un ahorro importante de recursos en un mediano plazo y tendría prácticamente las mismas ventajas que las descritas para las urnas electrónicas. Pero tal vez su mayor aportación es que al contar con un tiempo anticipado y suficiente para la emisión del voto ya sea a través de una computadora fija, una laptop, una Tablet o simplemente desde el celular, incrementaría la participación ciudadana, indispensable para darle mayor legitimidad al proceso electoral en turno y a las personas que resulten ganadoras.
El legislativo tendrá en su oportunidad la última palabra, pero si en verdad busca eficientar y que nuestra democracia cueste menos sería conveniente que analice las propuestas aquí planteadas a la luz de una reforma electoral. Al final, los más beneficiados serían la columna vertebral de nuestra democracia: la ciudadanía.