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Andrés Manuel, éxitos y fracasos; el legado del Presidente

El estilo de López Obrador cambió el paradigma del poder presidencial, separa al poder económico del político o al menos lo mantiene a raya. | Ulises Castellanos

Créditos: Jessica Ramírez
Escrito en OPINIÓN el

Para cualquier mexicano nacido a finales del siglo XX o a principios de éste, no hay referencia política nacional más polémica, relevante, trascendente o exitosa que la del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Se va con todo el poder y dejará una presidencia mucho más fortalecida y dominante que antes.

Se va con casi 80% de popularidad, basado en su tenacidad y carisma. López Obrador ha luchado más de 50 años de su vida, dedicándole prácticamente todo su tiempo a la transformación del país. No sólo encabezó la alternancia más exitosa de las dos que conocemos en México; deja muy borrosa la del año 2000 con Fox.

Andrés Manuel, recorrió todo el país más de tres veces, municipio por municipio, –no hay otro político con ese récord– y todo eso en medio de sus derrotas o triunfos. Perdió la gubernatura de Tabasco en 1988 y 1994, pero luego ganó la Ciudad de México en el año 2000 y el país en el 2018. Desde donde adicionalmente, ganó la sucesión presidencial con el triunfo de Claudia Sheinbaum. Ningún presidente del PRIAN, en el siglo pasado o en este, había logrado traspasar el poder presidencial a quien más confianza le tenían en primerísimo lugar. Ya respecto al Plan C y su mayoría calificada en el Congreso ni hablamos. López Obrador arrasó.

Obvio, como cualquier ser humano y político del mundo, se trata de un personaje con claroscuros. Respecto a su legado positivo y seguramente trascendental está el hecho concreto de sacar de la pobreza a casi 10 millones de mexicanos, Viri Ríos argumentó en Tercer Grado que López Obrador sacó a 100 mil mexicanos de la pobreza cada mes de su mandato, mientras que en el periodo neoliberal más reciente, aquel modelo ingresó 100 mil mexicanos cada mes directos a la pobreza. Además se mejoraron los salarios y las condiciones laborales de millones de trabajadores en el país. Entre muchos otros logros.

El estilo de López Obrador cambió el paradigma del poder presidencial, separa al poder económico del político o al menos lo mantiene a raya. Deja obras enormes en todo el país, presas, puentes, aeropuertos, refinerías y el emblemático Tren Maya. Adicionalmente, en el terreno estrictamente político, aplastó a la oposición, el PRD desapareció y el obradorismo se hizo de 23 gobiernos estatales en sólo 10 años, desde la fundación de Morena. Por dónde se le vea, tiene cifras impresionantes.

Respecto a los pendientes que deja su gobierno, hay varios, pero destaco los más relevantes: salud, seguridad y educación; pero en todos estos rubros hay una enorme oportunidad de mejorar las cosas en los años por venir y para ello esta puesto el nuevo gabinete de Sheinbaum.

En términos personales, yo sí he disfrutado lo votado. Tengo clarísimo cuando conocí por primera vez a López Obrador, fue hace unos 30 años, habrá sido entre 1993 y 1994 cuando lo fuimos a entrevistar a Villahermosa por parte del semanario Proceso, y para nuestra sorpresa, él personalmente nos recogió en el aeropuerto de la capital del Estado y en su vochito blanco nos llevó a su casa, donde conocimos a Rocío, su esposa de entonces y a los tres chamacos que tenían –uno era todavía bebé, apenas caminaba–  y que por ahí andaban jugando. Tomamos agua de limón helada en la terraza de su casa bajo 33 grados de calor y humedad tropical.

Cubrí todas sus campañas para distintos medios por todo del país –2000, 2006, 2012 y 2018– lo fotografíe con cámara analógica, en blanco y negro o color; luego en la era digital, con cámaras profesionales e incluso celulares; hasta la última vez que lo acompañamos con dron hace un año, sobre Reforma en la marcha de 2023. 

En el año 2000, casi al final de la campaña por la jefatura de gobierno, un grupo de fotógrafos de aquella época tuvimos la oportunidad de cenar con él en casa de un colega que vivía en la Narvarte. Obvio, sobran las anécdotas de aquellos días, pero me quedo con una, cuando tuve la oportunidad de felicitarlo personalmente y estrechar su mano en 2018, ahí en el Tribunal Federal Electoral cuando le entregaron su constancia de mayoría y visiblemente emocionado por su triunfo, sólo respondió, “muchas gracias” y lo demás es historia.

En términos visuales deben ser cientos de miles las imágenes que se han hecho de él a lo largo de su historia pública, sin embargo hoy quiero destacar a dos colegas de la lente diametralmente alejados en el tiempo y el espacio, el primero es Tomás Rivas –a quién no conozco personalmente– pero que en la red social X ha subido varias imágenes de las que Rivas le hizo a López Obrador en su tierra natal por allá en los ochenta, son imágenes en blanco y negro donde se ve a un Andrés Manuel –mejor conocido entonces como el Peje– descalzo y con los pantalones arremangados en medio del lodo, dirigiéndose a una docena de pobladores bajo la lluvia, igual en Ncajuca que en Macuspana.

Las fotos de Tomás Rivas quien afortunadamente vive para contarlo, estarán en los libros de historia cuando se hable de López Obrador, son sencillas, bien enfocadas y en la mayoría de los casos, de lo que alcanzo a ver, con muy pocos medios alrededor o aparentemente nadie más con cámara en esos sitios. Hay una que acaba de compartir en dónde se ve a un López Obrador feliz, bailando en la calle con una sonrisa enorme, junto a una dama de enormes aretes en forma de estrella y un par de niñas atravesándose entre ellos, en la improvisada pista de baile. Síganlo en X en su cuenta personal @TomsRivas60 en donde además Tomás Rivas se auto describe en su perfil como: “Fotógrafo Gráfico de La Verdad del Sureste. Obradorista

Y ya para cerrar, les dejo aquí una de las fotografías más recientes del Presidente López Obrador que le hizo en Palacio Nacional, la querida Jessica Ramírez, –a quién si tengo el gusto de conocer desde hace algunos años– y que sin duda debe tener en su archivo profesional, las imágenes más íntimas e insólitas de este personaje. Y aquí una muestra, López Obrador en la soledad de su despacho, leyendo un ejemplar de “Por Esto!” con alguno de sus peluches en el fondo de la habitación y que seguramente Jessica lo retrató casi a escondidas un 18 de abril de este año; Jessica es la fotógrafa que más cerca estuvo del Presidente en este sexenio, viajó con él, y prácticamente vivía 24/7 en los pasillos de Palacio, ella retrató momentos único e irrepetibles, que espero pronto comparta, y que así podamos conocer algunas de sus mejores joyas visuales con el Presidente

A Andrés Manuel nunca le ha gustado tener fotógrafos cerca, ni cuando era candidato, ni en el contexto de triunfos o derrotas; sin embargo, Jessica logró derribar esa muralla, gracias a su talento, discreción y carisma. Síganla en Instagram en @jey_21 en dónde podrán ver más imágenes del Presidente, ahora que hoy termina su sexenio, cuando a medianoche de este 30 de septiembre de 2024 termine su periodo constitucional.

Ulises Castellanos 

@MxUlysses