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Realidad virtual, un mundo por descubrir

La realidad virtual promete transformar no sólo la forma como interactuamos con el mundo, sino también cómo nos entendemos a nosotros mismos y a los demás. | Ulises Castellanos

Escrito en OPINIÓN el

Anoche viaje de la Tumba de Pakal en el Templo de la Inscripciones, al fondo del mar entre cardúmenes de Totoaba; y esto mientras en otro momento sobrevolaban cientos de aves sobre mi cabeza en alguna pirámide prehispánica antes de estar inmerso entre rieles y vagones del Tren Maya. Todo en minutos y sin salir de la sala de mi casa, gracias a la cortesía del querido colega y amigo Ernesto Lehn quien andaba de visita en mi departamento de la Del Valle.

Aunque sabía algo sobre la realidad virtual, debo reconocer que la experiencia inmersiva que tuve en mi propia sala, me voló la cabeza, no sólo por la calidad de las imágenes de Ernesto, sino por la sensación que se deriva de una vivencia como esa.

Pero, vamos por partes, ¿qué es la realidad virtual y cuáles son sus usos y potenciales implicaciones en nuestra vida diaria y futura? La realidad virtual es un fascinante viaje hacia lo desconocido, donde lo imposible se convierte en posible. Imagina un entorno donde puedes explorar mundos lejanos, aprender habilidades nuevas o vivir experiencias únicas sin salir de casa. Este avance tecnológico nos ofrece un sinfín de usos potenciales que van más allá del entretenimiento: desde la educación inmersiva hasta la terapia cognitiva y la capacitación profesional.

Las implicaciones de la realidad virtual en nuestra vida diaria son y serán muy profundas. Nos permite conectar con otros de maneras innovadoras, ya sea colaborando en proyectos a través de plataformas virtuales o compartiendo momentos significativos con amigos y familiares en entornos simulados. Mirando hacia el futuro, la realidad virtual promete transformar no sólo la forma como interactuamos con el mundo, sino también cómo nos entendemos a nosotros mismos y a los demás.

A medida que avanzamos hacia esta nueva era tecnológica, recordemos que cada interacción en este espacio simulado puede inspirar creatividad, empatía y comprensión. La realidad virtual no es solo una herramienta; es una invitación a soñar y explorar las infinitas posibilidades que nos esperan.

El concepto de realidad virtual se popularizó a principios de la década de 1990. Sin embargo no existía la tecnología para su expansión, hasta entrados los primeros años del siglo XXI. La realidad virtual nos ofrece una ventana fascinante hacia mundos que antes solo existían en nuestra imaginación. Imagina a un usuario que, equipado con una pantalla montada en la cabeza y un sistema de proyección estereoscópica puede ver imágenes animadas de un entorno virtual que lo envuelve por completo. Esa experiencia no solo transforma nuestra percepción visual, sino que también crea una sensación inmersiva extraordinaria.

Un término clave en este ámbito es “presencia” o telepresencia, que se describe como la ilusión de "estar allí". Esta sensación es capaz de evocar emociones profundas y auténticas, brindando a las personas la oportunidad de explorar nuevas realidades y conectar con sus sentimientos más internos. A veces, esta inmersión puede parecer casi una locura: el poder sumergirse completamente en otro mundo genera experiencias tan intensas que pueden cambiar nuestra forma de ver la vida.

La realidad virtual no solo se trata de tecnología; se trata del viaje emocional que nos permite emprender; nos reta a soñar, a explorar lo desconocido y a vivir momentos que trascienden nuestras limitaciones físicas. En este fascinante camino hacia el futuro, cada interacción virtual tiene el potencial de inspirar nuestra creatividad y alimentar nuestro deseo innato por descubrir lo extraordinario dentro de nosotros mismos.

Esta tecnología ya se usa actualmente para visitar museos en París, Roma o Nueva York; pero en nuestro país, su uso todavía es moderado, primero por aspectos tecnológicos, (cámaras y programas de cómputo) y segundo por que es caro y poca gente maneja o domina la producción de estos procesos.

La realidad virtual es un mundo fascinante que combina la tecnología con la experiencia humana de una manera única. En este universo, dos elementos principales juegan un papel fundamental: el entorno del usuario y el entorno virtual. Al sumergirse en esta experiencia, los usuarios no solo observan, sino que sienten y viven a través de la interfaz que actúa como puente entre ambos mundos.

Imaginen ser capaz de explorar paisajes impresionantes sin moverte de tu lugar, o interactuar con criaturas fantásticas en entornos que antes solo existían en tu imaginación. La interfaz es más que un simple mecanismo; es la puerta que abre las posibilidades infinitas de la realidad virtual. A medida que estos dos entornos se comunican e intercambian información, se crea una sensación envolvente que transforma nuestra percepción y nos permite vivir experiencias únicas.

La realidad virtual está redefiniendo nuestras interacciones con el mundo digital y físico, inspirándonos a soñar más allá de lo convencional y a explorar nuevas dimensiones donde nuestras ideas pueden tomar forma. Este texto es una invitación a ser parte activa de esta revolución tecnológica y a experimentar las maravillas que nos ofrece.

No habrá en el futuro un aspecto del desarrollo humano que no pase por esta experiencia, es aplicable al turismo, a la educación, a la medicina, al entretenimiento o los videojuegos, pero también tocará a un nuevo tipo de periodismo inmersivo poco explorado.

En fin, no se queden fuera de la conversación y juntos exploremos este nuevo mundo de la mano de la realidad virtual.

Ulises Castellanos

@MxUlysses