México ha escrito una nueva página en su historia, un capítulo que resuena con fuerza y poder. La imagen que hoy les comparto, sintetiza un momento inédito. La nueva y futura comandanta de las fuerzas armadas, acudió esta semana al Colegio Militar. Es una imagen inédita que pone en la vanguardia de norteamérica a nuestro país.
Claudia Sheinbaum Pardo se convierte en la primera presidenta de nuestro país, un hito que marca el inicio de un tiempo de mujeres en la política mexicana. Su victoria no es solo un triunfo personal; es un símbolo del cambio y la lucha por la igualdad que tantas mujeres han defendido a lo largo de los años.
En esta temporada histórica, hemos visto cómo la perseverancia y el compromiso pueden llevarnos a alcanzar metas inimaginables. Claudia no solo representa una nueva era para México; ella simboliza el ejército de mujeres que han batallado por sus derechos y que ahora ven reflejados sus sueños en este logro monumental. Su liderazgo nos inspira a seguir adelante, a unir nuestras voces y fuerzas para construir un futuro más equitativo.
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Hoy celebramos no solo su victoria, sino también el poder transformador de las mujeres en nuestra sociedad. Este es el momento de reconocer su potencial, abrazar sus contribuciones y abrir caminos para las futuras generaciones. La historia nos ha traído hasta aquí; ahora, juntas y juntos, escribamos el siguiente capítulo con esperanza e inspiración.
En un país donde el machismo ha sido históricamente una sombra persistente, la imagen de Claudia Sheinbaum como la primera presidenta de México representa una revolución silenciosa pero poderosa. Es un tiempo de mujeres, un momento en el que se rompe el molde tradicional y se desafían las expectativas. Esta imagen inédita no solo simboliza un avance en la política mexicana; es un testimonio de la fuerza y determinación que las mujeres han demostrado a lo largo del tiempo.
Claudia Sheinbaum, con su liderazgo, nos invita a reflexionar sobre los nuevos tiempos que estamos viviendo. Un ejército de mujeres se levanta, no solo para ocupar espacios antes reservados para hombres, sino para transformar la narrativa misma del poder en nuestro país. Este es un llamado a todos nosotros para reconocer y abrazar estos cambios profundos que están rompiendo paradigmas y abriendo puertas hacia un futuro más equitativo.
La historia está siendo escrita ahora, y cada paso dado por figuras como Sheinbaum nos recuerda que los límites son solo construcciones sociales que podemos romper. Los nuevos tiempos nos demandan valentía e innovación; son tiempos donde cada voz cuenta y cada historia importa. En este proceso transformador, nos encontramos ante una oportunidad única: ser parte activa de esta evolución cultural que redefine lo posible en México.
En tan solo dos semanas, Claudia Sheinbaum se alzará como la primera mujer presidenta de México, -y Comandanta de la Fuerzas Armadas de nuestro país- marcando un momento histórico que resonará en la memoria colectiva de nuestro país. Este es un tiempo de mujeres, donde el poder femenino se manifiesta con fuerza y determinación, abriendo puertas a nuevas posibilidades y rompiendo paradigmas que durante demasiado tiempo han limitado nuestra visión.
Claudia Sheinbaum no solo representa una imagen inédita en la política mexicana; su liderazgo es un símbolo de esperanza y cambio. Su presencia en la presidencia nos invita a reflexionar sobre el papel crucial que las mujeres desempeñan en cada esfera de la sociedad. Su ascenso al poder es un recordatorio poderoso de que los sueños son alcanzables y que cada uno de nosotros tiene el potencial para transformar realidades.
Este momento nos impulsa a imaginar un futuro más inclusivo y equitativo, donde todas las voces sean escuchadas y celebradas. Sigamos adelante con la certeza de que este hito no solo honra a Claudia Sheinbaum, sino también a todas las mujeres que han luchado por sus derechos y por el espacio que merecen en todos los ámbitos. ¡La historia está siendo escrita ahora!
PD. Ayer se estrenó el tercer y último episodio del documental sobre el Tren Maya que produjo Epigmenio Ibarra. La semana pasada les hablé con detalle de dicho documental. Pero faltaba un dato, la cámara “B” la hizo el querido Ernesto Lehn. Lamentablemente en los créditos de la primera entrega decía que la fotografía era de un tal “Ernesto León” que no existe. Ese crédito fue un error de la producción en el apellido de su autor –consignado por el propio documental, al final de sus créditos– que ojalá se corrija pronto, y que hoy les actualizo: en realidad se trata de Ernesto Lehn, quien es un fotógrafo profesional –a quién conozco desde hace al menos 30 años– quien es un reconocido fotógrafo mexicano destacado por su enfoque original y su capacidad para captar la esencia de momentos clave, a través de su lente.
Durante año y medio, Ernesto trabajó en el documental dirigido por Epigmenio Ibarra, dedicado al proyecto del Tren Maya. Este documental no solo destaca la belleza natural y cultural de la región, sino que también aborda los desafíos y las expectativas que surgen con este ambicioso proyecto, en el contexto de la cultura Maya.
La labor de Lehn en este documental fue crucial, ya que su habilidad para contar historias visuales permitió resaltar los aspectos más significativos del Tren Maya, desde su impacto en las comunidades locales, hasta la exploración de paisajes impresionantes. Su trabajo no solo documenta un momento histórico, sino que también invita a la reflexión sobre el futuro del turismo y la sostenibilidad en México. La combinación del talento profesional de Ernesto Lehn con una visión creativa ha resultado en una obra que seguramente resonará con audiencias tanto locales como internacionales.