CONGRESO

El poder de Movimiento Ciudadano

Menudo papel y tamaña fuerza tiene la representación de Movimiento Ciudadano en el Congreso. | Ricardo de la Peña

Escrito en OPINIÓN el

El recuento de saldos de una elección siempre es complicado, porque son muchas las vertientes que pueden analizarse.

Cuando se revisan los resultados de las elecciones federales de 2024 se puede caer en cuenta de que el reparto de asientos coloca a un acto aparentemente secundario en un lugar central. Ello refiere al Movimiento Ciudadano, que quedará aparentemente como una fuerza marginal en la composición de las cámaras federales, aunque en realidad su papel será estratégico, al quedar como fiel de la balanza para la aprobación o no de reformas de carácter constitucional.

El reparto de asientos

Al momento de escribir estas líneas, aún no se ha definido el reparto definitivo de asientos por representación proporcional y por ende la composición inicial de las cámaras federales, con base en los sufragios emitidos, que pudiera luego verse alterada por movimientos de los legisladores entre fracciones parlamentaria. El debate se ha centrado en la conformación de la Cámara de Diputados, puesto que todo parece claro en el Senado de la República. Dada esta discusión, se deja de lado el asunto de cómo debieran repartirse los cargos de representación proporcional en la cámara baja y habría que centrarse en la composición del Senado, clara para todos, asumiendo el probable escenario donde Morena y sus aliados tradicionales contarían con capacidad para aprobar por sí solos reformas constitucionales en la Cámara de Diputados.

En este análisis se asume que, aunque cada partido con un número mínimo de legisladores puede integrar en cada cámara una fracción parlamentaria diferenciada, las fracciones que concurrieron en coalición para las pasadas elecciones en principio se aliarán en un frente común. De ser así, los partidos que formaron Sigamos Haciendo Historia: Morena, PT y Partido Verde, tendrían en torno a 82 de 128 posiciones en el Senado, un 64 por ciento del total, lo que les permitiría tener una mayoría simple, pero no calificada para llevar adelante reformas constitucionales, pues para ello les faltan varios asientos. Por su parte, los partidos que integraron la coalición Fuerza y Corazón por México: PAN, PRI y PRD, tendrían hasta 41 senadurías, 32 por ciento del total, lo que los hace por sí solos incapaces de impedir una reforma constitucional. Por ello, la pequeña fracción de Movimiento Ciudadano, de apenas cuatro por ciento del total de curules, se convierte en la parte que daría capacidad de alcanzar la mayoría calificada a los integrantes del bloque mayoritario o de impedirla, de sumarse este partido con las otras fuerzas opositoras.

El voto de los senadores

Ergo, de no darse movimientos trascendentes que modifiquen la composición de fuerzas en el Senado, el destino del paquete de reformas constitucionales en puerta, en particular la reforma en materia judicial, dependerá del sentido del sufragio legislativo de quienes integrarán la fracción de Movimiento Ciudadano. Menudo papel y tamaña fuerza que tiene la representación de este partido en este momento histórico para la Nación.

En el caso de otras reformas, este potencial se verá amortiguado por el hecho de que en varias de ellas las propias representaciones opositoras apoyarán las iniciativas de la mayoría y en otras porque alguna de estas fracciones, aunque no todas, se sumará a la mayoría para darle la posibilidad de avanzar la reforma pretendida. No es este el momento ni lugar para analizar cada posible cambio.

Por lo que toca a la reforma en materia electoral, ésta se ha pospuesto para mejor momento y es de esperarse que se revise y cambie en varios de sus aspectos, pero de llegarse a votar en el Pleno de las cámaras, en sus actuales términos se antoja difícil que concite el voto de suficientes fracciones como para superar el umbral requerido para pasar las reformas de alcance constitucional. No se ve claro porqué los aliados de Morena votarían sin más por cambios que les restarían relevancia para el logro de futuras mayorías por el partido hegemónico y que mermaría su capacidad económica. Por ello, no habría que adelantar vísperas y sería importante esperarse a ver cuál sería el contenido que finalmente se logre alcanzar por consenso entre las fuerzas que podrían dar paso a las reformas en materia electoral.

 

Ricardo de la Peña

@ricartur59