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SLP: El nuevo Soledad

La reciente municipalización de Villa de Pozos responde tanto a un legítimo reclamo histórico de sus habitantes como a las estrategias políticas del gobierno estatal. | Adriana Ochoa

Escrito en OPINIÓN el

Municipalizado en el siglo XIX y desaparecido como municipio en 1946, no hay lugar para suponer que no sea auténtico de Villa de Pozos el reclamo de sus habitantes para que se recuperara la categoría de municipio libre.

En 2002, casi para finalizar el gobierno de Fernando Silva, el Congreso emitió un decreto de municipalización tan mal estructurado que lo tiró un amparo porque no se le tomó parecer a los potosinos del municipio capitalino. El decreto todo se publicó en tres paginitas del Periódico Oficial del Estado, además de la portada. 

En esta segunda ocasión, la municipalización contó con la apertura al tema de la administración municipal potosina de Enrique Galindo, además de la actitud de cruzada del gobernador Ricardo Gallardo Cardona y de su partido, el Verde. Galindo no promovió una contra jurídica. El alcalde está dejando ir libremente. No es que no lo lamente, es que reconoce la añeja voluntad en esa demarcación.

El gobierno estatal se convirtió en un promotor para nada desinteresado de la autonomía de Pozos. No es una postura caritativa ni gratuita. Intentó incluso conseguir que la pasada elección municipal incluyera ya la de autoridades municipales de Pozos; no le alcanzó. 

Razones de interés para convertir la municipalización en una bandera, el gobierno gallardista tiene más de una. Está la electoral, sí. La creación abarca un sector de colonias populares en el oriente de la capital potosina por donde el gallardismo se extendió desde el vecino municipio de Soledad de Graciano Sánchez, su bastión original.  La inmobiliaria es otra. El encarecimiento de suelo residencial en el poniente de la ciudad y la irrupción de la industria automotriz, detonaron el crecimiento demográfico a un ritmo acelerado, así como la construcción intensiva de vivienda para una clase media y media alta de técnicos, administradores y directivos.  

El desarrollo inmobiliario se traduce en ingresos municipales por registros de propiedad y predial. Finalmente se decretó la municipalización, con un documento legislativo que hizo el municipio, pero no incluyó el cómo operar los servicios básicos. La administración municipal de San Luis Potosí tendrá que encargarse de los servicios básicos hasta que Pozos tenga autoridades.

El Concejo Municipal de Pozos se formará a partir de la votación municipal recibida por cada partido. Y se supone que los partidos participantes en esa elección harán propuestas en función del número de concejales que alcancen conforme a los votos obtenidos. 

Las propuestas las votará el Congreso. El Verde ya reclamó para sí la mayoría, por su triunfo en la pasada elección en Pozos. Se duda que no haya concejal verde sin la anuencia del gobernador, fiel y motor del Verde. Se supone que la dirigencia panista hará las propuestas que le tocan, si es que no les madrugan sus diputados. Y en el PRI, con un solo concejal, la dirigencia espera hacer respetar su facultad de proponer.

El diseño del nuevo municipio no carece de ambiciones territoriales y electorales: “mordió” secciones no sólo de San Luis Potosí sino también de la delegación de La Pila, Soledad de Graciano Sánchez, Cerro de San Pedro y Villa de Zaragoza. Lo hicieron más grande.

Un proyecto más generoso de lo que esperaban los históricos promotores de la municipalización de Pozos no va de puro amor a la voluntad popular en el nuevo municipio. Nace calculado para ser la nueva posición política del gallardismo. De ello ya se dieron cuenta los habitantes de Pozos, algunos de ellos ya en la tarea de integrar un frente de lucha ciudadana. Quieren evitar que la lucha histórica por la municipalización sea desplazada en la conformación del Concejo Municipal por los intereses de los partidos y el Congreso. Van tarde, eso se vio venir desde que el gobierno asumió esa lucha con tanto denuedo, un gobierno utilitarista que no da agua por nada. 

Hay hoy una voluntad mayor que la que ha habido históricamente de los partidos en el gobierno, federal y estatal, de apoderarse de todos los resortes de control. Esta voracidad no la han inventado por cierto los gobernantes en turno, no es nueva, pero sí se trata de un salto más adelante en ese control que restringe márgenes de disenso e independencia y hace mucho daño a nuestra frágil democracia.

Si en anteriores gobiernos el juego era colonizarlo todo en reparto de posiciones, desde poderes hasta organismos autónomos, en la actualidad los partidos en el gobierno federal y estatal, Morena y Verde, respectivamente, creen en la meta de gobernar sin negociar, sin pactar y sin dialogar. Uno copta gobernadores, el otro recluta alcaldes que ganaron con otro signo y que temen perder apoyos que el gobierno está obligado a dar por parejo, sin importar si es de otro partido. 

Si los ciudadanos de Pozos que empujaron el proyecto de volver a ser municipio libre no lo evitan, les impondrán autoridades propias, sí, pero ajenas al interés de los habitantes del nuevo municipio. El interés será el dominio político y de recursos sin derecho de réplica, ni la más mínima.

Ya pueden verse en el espejo de Soledad, el municipio origen político del gallardismo: sus personajes políticos prosperan, no así el municipio. No hay solicitud de transparencia que prospere ni proyecto que pueda verse con nitidez de principio a fin. Cómo usa los recursos su autoridad es un tema que en Soledad a nadie parece interesarle, ni siquiera a la oposición.

El Concejo Municipal de Villa de Pozos prácticamente operará en esa condición un trienio completo, según el decreto publicado. Gobernará sobre más de 150 mil habitantes. Se instalará el uno de octubre de 2024 y será responsable de prestar los servicios públicos, en la nueva municipalidad, a través de los bienes muebles e inmuebles, infraestructura de cualquier tipo, dentro de las que se encuentran la red hidráulica y eléctrica, vehículos, maquinaria, herramientas y demás insumos que el Municipio de San Luis Potosí, sus organismos públicos descentralizados municipales e intermunicipales, y demás de sus entidades públicas, le deba transferir.

Hasta tanto sea instalado el Concejo Municipal, el Ayuntamiento de San Luis Potosí continuará ejerciendo sus funciones y prestando los servicios públicos en la demarcación del nuevo Municipio de Villa de Pozos. 

A partir del día uno del mes de octubre del año 2024, los residentes que se encuentren dentro la circunscripción territorial de Villa de Pozos se considerarán vecinos y habitantes del mismo y quedan sujetos a la jurisdicción de sus autoridades.  
 

Adriana Ochoa

@ArterialPresion