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¿Ni voto oculto, ni útil, ni de castigo?

La mayor sorpresa de la elección presidencial fue que no hubo voto oculto, ni útil, ni de castigo. | José Antonio Sosa Plata

Escrito en OPINIÓN el

Contra lo que se diga, el triunfo de Claudia Sheinbaum sí estuvo acompañado de varias sorpresas. Primera, el margen tan amplio de votos que tuvo en relación con su adversaria. Segunda, que Morena y sus aliados sí lograron la mayoría calificada en el Congreso. Y tercera, que a su movimiento se le refrendó el control en algunos estados que tienen problemas importantes de inseguridad, corrupción o gobernantes mal calificados.

La mayoría de las proyecciones y análisis le auguraban buenos resultados. Pero muy pocos previeron que la ciudadanía votaría en forma claramente diferenciada, como había sucedido en otras elecciones anteriores a la del 2018. La polarización en la que está inmerso el país, y la expectativa que despertó en apariencia la candidatura de Xóchitl Gálvez, apuntaban a un resultado menos complicado para el frente opositor.

La potencia que alcanzaron los cuestionamientos de la oposición y de algunos medios de comunicación en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador hicieron creer a la oposición que su campaña funcionaría, si no para ganar la presidencia, sí para impedir que Morena y sus aliados alcanzaran la mayoría calificada en el Congreso.

El escenario que estamos viviendo parecía uno de los menos probables. Si bien hubo un voto diferenciado en unas cuantas zonas del país, éste no predominó en las elecciones federales. A diferencia de otras ocasiones, el mensaje de la ciudadanía fue claro y contundente: la nueva presidenta tendrá el mayor poder de la historia reciente de México, tal y como lo tuvo el PRI en sus mejores tiempos de partido hegemónico.

Por si no lo leíste: Con doble filo para Sheinbaum, la mayoría absoluta de la 4T en el Congreso.

Pero eso no fue todo. En el resultado final de la elección presidencial surgieron otras sorpresas mayores. La más sobresaliente fue que no hubo voto oculto, ni funcionó el llamado al voto útil, ni se dio un voto de castigo. Y si se dieron, fue en una proporción muy reducida. Tanto, que no movieron las tendencias en forma significativa, razón por la cual no impactaron como lo visualizaron algunos estrategas del frente opositor.

Si el planteamiento es correcto, las y los encuestados que no respondieron los cuestionarios de los estudios no afectaron los resultados estadísticos. Por lo tanto, el temor a responder su verdadera afinidad o simpatía —ya sea por la inseguridad o por una represalia, sanción o exclusión de los programas sociales— tampoco existió.

Algo similar sucedió con el voto de castigo. Las y los militantes y simpatizantes de la llamada 4T no hicieron caso, o no consideraron relevantes, las críticas, denuncias y cuestionamientos que se hicieron todos los días y por distintos medios sobre la gestión de gobierno de Morena en los tres niveles de gobierno o en el poder legislativo.

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Por lo que respecta a la casi nula respuesta que hubo al llamado del voto útil, la evidencia está en la contundencia de los números. Si bien Jorge Álvarez Maynez quedó en un lejano tercer lugar, lo cierto es que Movimiento Ciudadano logró subir algunos puntos en relación con las elecciones anteriores. Para ellos este hecho fue relevante a nivel nacional, aunque no hayan obtenido el éxito que esperaban en Nuevo León, que amerita un análisis distinto.

Asistimos a un escenario inédito de la política y de las campañas electorales en nuestro país. Fallaron muchas encuestas. Las previsiones publicadas y no publicadas por analistas y estrategas de lo que sucedería también registraron errores importantes:

  • El voto oculto no fue el factor decisivo de la elección presidencial.
  • El voto diferenciado no logró mantener el sistema de equilibrios y contrapesos entre los poderes.
  • No fue cierto que a mayor participación ciudadana, mayor votación en favor de la oposición.
  • Los millones de spots casi no sirvieron de nada.
  • Las campañas formales prácticamente no movieron las tendencias.

Algunos simbolismos políticos también resultaron afectados. Llenar el zócalo o las plazas principales del país dejaron de ser un referente para augurar el éxito electoral. La guerra sucia, las campañas negras y la judicialización de la política dejaron de impactar al votante. Declararse ganador@ de una elección en forma precipitada no sólo es inútil, es contraproducente. El exceso de limitaciones de nuestra legislación electoral sólo fortaleció la imagen presidencial y las sanciones en contra del jefe del Ejecutivo resultaron contraproducentes.

Te recomendamos: Mario Alejandro Torrico Terán y Diego Solís Delgadillo. "Voto ideológico, ¿por qué los latinoamericanos votan por la izquierda o la derecha? Foro Internacional (FI), LX, número 1, cuaderno 239, 2020, pp 175-226.

Concluyamos con lo obvio. La ciudadanía votó y su decisión se tiene que respetar. Cierto es que no se le debe acusar ni mucho menos responsabilizar de los resultados como se está haciendo de manera injusta e impensada en algunos espacios de las redes sociales. Pero tampoco se puede negar que las elecciones las pierden las y los candidatos y sus partidos por lo que hicieron y dejaron de hacer.

Lo que corresponde a las y los perdedores, ahora, es hacer un análisis a fondo de lo que sucedió. Lo tienen que hacer si quieren seguir adelante y recuperar el poder perdido. En caso contrario, estarán en vías de una pronta extinción, que es lo que tal vez quiere la ciudadanía. Para empezar, tendrían que responder las siguientes preguntas:

¿Por qué la ciudadanía tomó esta decisión tan drástica? ¿Cuáles fueron, con el mayor detalle posible, los aciertos y errores de las estrategias de las campañas? ¿Estamos ante el fin de un modelo de comunicación política y el inicio de otro muy diferente? ¿En qué medida influyó en la elección el activismo políticoelectoral del presidente de la República? ¿Qué vio la mayoría ciudadana en un personaje de Claudia Sheinbaum? ¿Por qué no se activó el voto de castigo? ¿Por qué no hubo voto oculto? ¿Por qué no fue posible concretar el llamado al voto útil?

Recomendación editorial: Virginia Guichot Reina. Reconstruir la ciudadanía. Madrid, España: Editorial Dykinson, 2013.

 

José Antonio Sosa Plata

@sosaplata