Claudia Sheinbaum, elegida el domingo como primera presidenta de México, convocó a la reconciliación nacional en un primer mensaje donde se comprometió a gobernar para todos los mexicanos; “caminar en paz y en armonía –afirmó– para seguir construyendo un México justo y más próspero”.
Tras saberse los resultados del conteo rápido (PREP) donde obtuvo entre 58.3% y 60.7% de la votación, Sheinbaum dio una conferencia de prensa para agradecer el voto de la ciudadanía y hacer un llamado a la unidad nacional: “Concebimos un México plural, diverso y democrático. Sabemos que el disenso forma parte de la democracia y, aunque la mayoría del pueblo respaldó nuestro proyecto, nuestro deber es y será siempre velar por cada uno de los mexicanos sin distingos”.
Faltan los resultados finales que en los próximos días dará a conocer el Instituto Nacional Electoral (INE), pero las cifras presentadas por el PREP han mostrado que en las urnas no sólo se evidenció la polarización política de los ciudadanos, sino la diferente visión del país que hay en una sociedad donde el 60% de los mexicanos está en la pobreza.
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Sheinbaum aseguró que su gobierno estará apegado a las leyes y al Derecho, además de que reforzará la inversión pública en programas sociales para ampliar derechos y servicios como la educación, la salud, la vivienda y la cultura: “Es decir, vamos a seguir construyendo un verdadero Estado de bienestar”.
Sin embargo, las multitudinarias manifestaciones de la Marea Rosa que hubo el 19 de mayo en la Ciudad de México y en más de 100 ciudades del país para defender la democracia y demandar un Estado de derecho que garantice la paz y la seguridad de los ciudadanos, han sido avisos para la nueva presidenta de que el gobierno de la Cuarta Transformación debe reconciliarse con las clases medias, que han sido criticadas y se sienten afectadas por López Obrador.
Los primeros resultados de la elección también han mostrado la ineficiencia y caducidad de los partidos políticos tradicionales (PAN, PRI y PRD) que conformaron la alianza opositora, mientras que el porcentaje que obtuvo Jorge Álvarez Máynez, entre 9.9% y 10.8% de la votación, obliga a mirar a los jóvenes, un sector aparentemente apolítico, pero que fue el centro de la campaña del candidato de Movimiento Ciudadano.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha celebrado la victoria de Sheinbaum “con amplio margen”. Pero el reto que tiene enfrente su sucesora es enorme y lleno de dificultades, empezando por una reconciliación nacional donde López Obrador podría convertirse en una incomodidad e incluso, en un obstáculo.
Sheinbaum y los morenistas tienen el desafortunado ejemplo de los panistas que sólo estuvieron dos sexenios en el poder. Mientras tanto, el festejo siguió hasta la madrugada del lunes en el Zócalo de la Ciudad de México.
Los morenistas, por supuesto, tienen motivos de sobra para festejar. Sheinbaum es la candidata presidencial que más votos ha logrado en la historia democrática de México. Si se confirma la tendencia de los datos anunciados por el INE, habrá logrado hasta 35 millones de votos, superando el récord de 30 millones obtenidos por López Obrador en 2018.
Además Morena mantuvo el gobierno de la Ciudad de México y retuvo el poder en cinco de las nueve gubernaturas en donde hubo elecciones.
Y, quizá lo más importante, fue que Morena y sus aliados ganaron al menos 334 curules en la Cámara de Diputados y entre 76 y 88 en el Senado, por lo que el partido gobernante quedó muy cerca de alcanzar las mayorías calificadas para llevar adelante las reformas constitucionales de López Obrador.