De acuerdo con la organización “Manos Unidas” se estimaba para 2023, que alrededor de 160 millones de niñas y niños se encontraban en situación de trabajo infantil, lo que equivale a una proporción de uno de cada diez niños en el mundo, cifra por demás preocupante.
La participación de las niñas y de los niños o, incluso de los adolescentes que trabajan a temprana edad, los obliga en muchos casos a abandonar sus estudios, truncan su desarrollo natural que es importante que vivan acorde a su edad, lo que puede desembocar en una serie de daños psicológicos, sociales y hasta físicos.
En muchas ocasiones, el trabajo infantil incluye cargas pesadas y rutinarias de trabajo incluso en el hogar que irrumpe su desarrollo académico.
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Por ello, desde el año 2022, cada 12 de junio se conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil en donde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hace un llamado a cumplir y mejorar los compromisos establecidos en el Convenio sobre las perores formas de trabajo infantil (1999), y el Convenio sobre la edad mínima para el trabajo (1973).
En este sentido la ONU enfatiza que, de acuerdo con la meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la comunidad internacional, entre ellas México, se comprometió a eliminar el trabajo infantil en todas sus formas para 2025.
En nuestro país, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI), 2022, publicada en octubre del año pasado, se revela que, en ese año, 3.7 millones de niñas, niños y adolescentes de entre 5 a los 17 años realizaban algún tipo de trabajo infantil.
De los 3.7 millones de niñas, niños y adolescentes que laboraron en diversas actividades económicas consideradas no permitidas, destacan las actividades agropecuarias, industriales y las relacionadas con la construcción.
Este registro representa un crecimiento del 14.1% respecto a la última medición realizada en 2019.
Asimismo, destaca el dato que 1.9 millones de niñas, niños y adolescentes realizaron quehaceres domésticos consideradas no adecuadas, es decir, en horarios prologados, irrumpiendo su pleno desenvolvimiento característico de un menor de edad, así como trabajos que, en muchos casos, representan un alto riesgo. Esto significó un registro de más de 400 mil niñas, niños y adolescentes en comparación con 2019.
Incluso es muy probable que diversas actividades laborales realizadas por las niñas, niños y adolescentes estén en contraposición con lo dispuesto en la Ley Federal del Trabajo que prohíbe la participación de menores en labores agrícolas, forestales, de aserrado, de caza y pesca, que impliquen el uso de químicos, manejo de maquinaria, entre otras.
Ahora bien, otra esfera que es de gran preocupación, son los diversos pronunciamientos principalmente de activistas defensores de derechos humanos que se han pronunciado porque las autoridades de todos los niveles de gobierno implementen, actualicen y fortalezcan las políticas sociales respectivas para evitar la incorporación forzada de menores a los grupos criminales, ya que, de acuerdo con la asociación civil “Reinserta”, estima que alrededor de 30 mil niñas, niños y adolescentes son reclutados por el crimen organizado.
Bajo este contexto, es importante que se tomen una serie de medidas, entre las que destaco la siguiente:
Obligación del Estado Mexicano para cumplir los convenios que buscan eliminar el trabajo infantil, en especial, el convenio número 182 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre las peores formas de trabajo infantil.
Adopción de diversas políticas como las referidas en el “Llamamiento a la Acción de Durban, 2022” que, entre otros rubros, dispone: poner fin al trabajo infantil en la agricultura; lograr el acceso universal a la protección social; acelerar los progresos de múltiples partes interesadas para prevenir y eliminar el trabajo infantil, a través de “hacer realidad el trabajo decente para los adultos y los jóvenes…”.
Brindar protección a los sobrevivientes de flagelos del trabajo infantil relacionadas con el trabajo forzoso, la esclavitud moderna, la trata de personas, entre otras acciones.
Nuestras niñas, niños y adolescentes son lo más valioso que tenemos. Miremos por ellos. Que el gobierno en sus tres niveles haga consciencia, justo en el marco del Día Mundial Contra el Trabajo Infantil de llevar todas las acciones que sean necesarias para la protección de lo más valioso que tenemos: nuestras futuras generaciones.