Terminada la elección presidencial, Claudia Sheinbaum obtuvo la mayoría de los votos y será presidenta del país, pero aún quedan cuestiones que resolver electoralmente.
En Chetumal, Morena echa mano de un cúmulo de operaciones extrañas para obtener ventaja, incluso a costa de la legalidad. Queda pues una batalla jurídico-electoral para defender la voluntad ciudadana.
En Jalisco el régimen se resiste a aceptar su derrota en la gubernatura. En Monterrey el catálogo de mañosidades del PRI se hizo presente para atrapar votos y habrá postelectoral también.
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¿Qué le falta a nuestra democracia? En mi opinión queda aún camino por recorrer y depurar al país y a la política de las prácticas del viejo régimen, a veces heredadas por el actual o practicadas por algunos nostálgicos de esas épocas.
Vimos una jornada electiva ejemplar, en la que millones de personas salieron a expresar su voluntad en el voto. La autoridad electoral y la autoridad jurisdiccional están obligadas a respetar esa voluntad ciudadana.
También hay que decir que en regiones del país la delincuencia amenazó y pudo ensombrecer la jornada. Por fortuna al parecer no fue un fenómeno generalizado pero está ahí como recuerdo del gran pendiente que tiene el gobierno nacional para evitar crisis en este sentido.
Me quedo con la participación de la ciudadanía como la muestra palpable del civismo que hay en nuestras sociedades. Las personas salieron a votar. Esa es la lección que una vez más hay que anotar y tomar muy en cuenta como principio indiscutible de nuestra democracia.
Nuestra democracia no es perfecta y desde el Congreso hay que revisar los elementos que hace falta mejorar, como la representación y la legalidad de las campañas.
Pero nuestras sociedades son democráticas y quieren expresarse. Hay que cuidar ese espíritu y proteger nuestra democracia. Todos tenemos esa tarea, como la de participar en las elecciones.
Toca ahora concluir los procesos pendientes, que la justicia electoral haga su trabajo, y ser más presentes en los procesos de perfeccionamiento de nuestra democracia. Esa es una tarea permanente.