Terminando las campañas, los equipos de las fuerzas políticas en competencia entran en la etapa de organización y revisión de sus estructuras y armado de esquemas para la jornada electoral, con todos los retos que implica, incluyendo el necesario cuidado en zonas donde la violencia amenaza.
Queda para la ciudadanía el considerar y tener en cuenta quiénes cumplieron con las leyes y formularon propuestas y plataformas que verdaderamente respondan a lo que nuestras sociedades requieren, demandan.
Desde luego, el ejercicio democrático es permanente, pero la cita histórica para elegir a gobernantes es específica. La cita con las urnas definirá el futuro de nuestro país y de los Estados y municipios donde se elegirán autoridades.
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Varios retos están presentes. El primero, para las autoridades: garantizar la tranquilidad de la jornada y evitar que se utilicen indebidamente los recursos, instalaciones y elementos oficiales.
La institución electoral deberá encargarse de organizar y evaluar la jornada, para que la ciudadanía pueda manifestar su voluntad expresada en las urnas de manera ordenada y sin atisbos de dudas.
Los partidos contendientes y sus candidaturas, así como militancias, tienen el deber de realizar sus actos de proselitismo y de promoción del voto conforme a nuestras leyes y con absoluto respeto y civilidad.
Más adelante, entrarán en funciones los órganos jurisdiccionales para solventar los recursos legales que sean interpuestos en el transcurso de la elección, para que no quepa ninguna duda sobre los resultados.
Pero quién será protagonista principal sin duda será la ciudadanía, que expresará en las urnas su voluntad, traducida en elección de autoridades y representantes.
Es claro que nuestra democracia afronta riesgos, desde la inseguridad generada por el crimen organizado hasta la tentación de algunas fuerzas políticas de hacer actos lejanos a la legalidad, pasando por el reto de organizar la elección más grande de nuestro país.
Lo deseable es que cada quien asuma su responsabilidad en la construcción del futuro democrático de México y también del futuro de nuestras sociedades. Sin esta participación y voluntad México no avanzaría en el perfeccionamiento de nuestra democracia.
AL TERMINAR LAS CAMPAÑAS
Concluyendo las campañas es tiempo de valorar la cultura democrática que las y los mexicanos hemos construido a lo largo de varios años. Valorar para engrandecer con mayor participación y más contribuciones sociales, hacerla más fuerte para esta generación y las venideras.
Se trata del futuro de nuestra nación y de las personas que aquí se desarrollan. Ese es el objetivo como sociedad.
A días de la jornada electiva, es tiempo también de hacer balances sobre lo que queremos, reconocer el esfuerzo de quienes han contribuido a construir el país democrático que tenemos.
Falta poco para manifestar la voluntad del pueblo mexicano, hacerlo en paz y con orden para elegir a nuestras autoridades y para expresar la voluntad del pueblo mexicano. Que todos quienes tienen responsabilidades las asuman y ejerzan a cabalidad. Y que sea una jornada histórica, ejemplar y que reconozca el esfuerzo de la ciudadanía.