La pregunta parece muy sencilla, pero la verdad es que está repleta de complejidades. Históricamente el lugar de la mujer en las fuerzas armadas había estado relegado a un segundo plano.
Parecería increíble pensar que en el año 2024, es la primera vez en la historia de nuestro país y de todo América del Norte que una mujer sea la titular del ejecutivo. La interrogante respecto a cómo será recibido por los altos mandos militares el que una mujer sea Comandante Supremo, que lleva el peso del mando, mismo que es representado por el Secretario de la Defensa Nacional, ha generado diversos comentarios. Hay quien de forma razonada opina al respecto, pero hay hasta quienes abordan el tema desde la intriga y la división, tal vez con la intención de generar un ambiente tenso entre la mandataria y el gremio militar.
La Secretaría de la Defensa Nacional fue reestructurada este sexenio para convertirse de lleno en una Secretaría de Estado con funciones políticas administrativas, dejando de lado la centralización del poder y dividiendo la cuestión meramente militar de la política. Así fue como se creó la Comandancia General del Ejército y el Estado Mayor Conjunto de la SEDENA, lo que descentraliza el poder de la figura del Alto Mando militar que es el General Secretario.
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Esta nueva estructura de la SEDENA, es el parteaguas del cambio radical y de pensamiento que se dio en la cúpula militar. Se entiende así que las funciones militares no pueden estar supeditadas a las cuestiones político administrativas, esto quiere decir que las decisiones políticas y administrativas serán tomadas por el Secretario de la Defensa y su Plana Mayor, para dejar a la comandancia del ejército y la fuerza aérea que se encarguen de la parte operativa de las acciones de mando, siempre coordinados por el Estado Mayor Conjunto que es quien tiene el peso de la parte operativa de esta Secretaría de Estado.
La nueva estructura de la Secretaría de la Defensa Nacional, reacomodó el poder desmedido que tenían los generales, los hace tener mayor responsabilidad de mando en la parte operativa, pero menos poder de decisión en la parte administrativa. Lo anterior ha hecho de facto que tengan una visión social distinta a los tiempos de antaño. El militar de carrera ha entendido que la relación con los civiles no es obligatoria pero sí necesaria. En este sexenio los elementos militares fueron los que más aportaron a las grandes obras de infraestructura de este gobierno, siendo siempre disciplinados en el trato y, como lo demuestra su formación militar, cumpliendo con las encomiendas dadas por el Comandante Supremo. Y ésta es la figura que respeta el gremio militar, entiende sobre manera que la lealtad al pueblo de México es a las instituciones que representa quien ocupa dicho cargo, que es por ese mismo mandato constitucional que su lealtad debe ser incuestionable. El personal militar puede tener preferencias por personas, partidos o proyectos, pero como institución son apolíticos, responden al mandato que el pueblo refrendó el 2 de junio en la urnas, por lo anterior los generales mexicanos, en especial los Generales de División, tenían claro que tendrían una Comandante Supremo Mujer, que además respetarán y cuidarán sin ninguna restricción, siendo siempre leales al juramento que les obliga su investidura.
Dicen que el tiempo es el mejor aliado; desde hace poco más de dos años se sabía de la posibilidad de que la doctora Claudia Sheinbaum Pardo podría ser presidenta de México es así como lo asimilaron, y entendieron como tal. Hoy están listos y preparados para seguir siendo el caballo de batalla en caso de así necesitarlo el país y ordenarlo la Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.
Por último, a diferencia de la mala relación que la presidenta electa de México tiene con el Secretario de Marina Almirante José Rafael Ojeda Duran, por haber apoyado a Marcelo Ebrard en el proceso de elección interno de MORENA, con el General Luis Cresencio Sandoval la relación es mucho más relajada. Él no se decantó por ningún precandidato en la contienda interna, incluso fue todavía más allá e hizo un llamado a todos los generales de división con posibilidades de sucederlo a que se abstuvieran de realizar un tipo de manifestación pública o privada a favor de alguno de los aspirantes, aunque unos cuantos de ellos no hicieron caso de la orden del Alto Mando Militar. Tal fue el caso de General Gabriel García Rincón, quien tuvo acercamientos con el grupo del precandidato (“corcholata”) Adán Augusto López Hernández, lo que no fue bien visto por el equipo de la hoy candidata ganadora y virtual presidenta. En su momento, intentó buscar un acercamiento con el equipo de la doctora. Sheinbaum, ya siendo la candidata, pero esa situación que no fue bien vista por el Alto Mando militar, quien ordenó claramente y de forma pública a todos lo Generales de División con posibilidades de sucederlo, que se abstuvieran de contactar a cualquiera de las candidatas y candidato, ya que se tomaría como una falta a la disciplina militar. El antecedente de esto data de hace 12 años, cuando varios generales de división iniciaron una guerra mediática de declaraciones e información filtrada a diferentes medios de comunicación, lo cual dejó muy mal parada a la SEDENA y terminó con la designación del General Salvador Cienfuegos. Aun así parecería que la gente cercana al Subsecretario de la Defensa Nacional, Gabriel García Rincón, lo seguirá intentando, como lo señalan las columnas que Raymundo Riva Palacio ha escrito, donde toma información de colegas como Juan Veledíaz, para crear una falsa realidad con la intención clara de promover al General García Rincón, sobre sus competidores, esto no ha dejado una buena sensación en el gremio militar y ha sido mal visto por Presidencia de la República y el equipo cercano de la virtual presidenta de México.