La situación por la que atraviesa Pemex está en la mira del equipo de transición del próximo gobierno que encabezará Claudia Sheinbaum. Los que más saben del tema lanzaron varias advertencias sobre los próximos vencimientos de la petrolera que, por cierto, serán a fines de este año.
Incluso, piden a la presidenta electa y a su equipo “no jugar con fuego” y enviar señales de certeza y claridad a los mercados sobre el futuro de la empresa productiva del Estado.
Nos cuentan que Petróleos Mexicanos representa un reto “enorme” para el equipo de transición porque si bien se logró estabilizar su producción petrolera, ésta se ubica en los niveles más bajos de los últimos 45 años con poco menos de 1.5 millones de barriles diarios, cifra muy por debajo de los 2 millones que prometió el presidente Andrés Manuel López Obrador.
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Hace unos días comentábamos en este mismo espacio que Pemex tiene pasivos de corto plazo que preocupan a los analistas, ya que sus vencimientos se triplicaron en los últimos 12 meses. Para hacer frente a estos compromisos, la Secretaría de Hacienda se ha visto en la necesidad de hacer inyecciones de capital.
Entre 2013 y 2019, la Secretaría de Hacienda destinó cerca del 4% del Producto Interno Bruto (PIB) para que la petrolera lograra cubrir los intereses de su deuda.
Otro tema que inquieta a los especialistas es el desempeño de las refinerías: Dos Bocas sigue sin procesar un solo barril de petróleo y continúan sin solución asuntos importantes en Cadereyta, Madero, Salina Cruz y Tula; la mayoría de éstas generan 33% de combustóleo por cada barril, lo que genera accidentes y quema de metano.
A eso se suma la disminución en la calificación de Pemex que fue en caída libre durante la actual administración. La última de Moody's en febrero de este año que la degradó de “caa3” a “ca” con perspectiva negativa. La agencia advirtió que la petrolera estatal cuya deuda acumulada ascendió a 106,000 millones de dólares, enfrenta riesgos comerciales y para financiarse en la medida en que amplía su capacidad de refinación e intenta aumentar la producción.
En el caso de la electricidad, los expertos aseguran que con la obsesión del actual gobierno por cerrarle las puertas al sector privado, se frenó la canalización de más recursos para la modernización y renovación en áreas relevantes como la transmisión y distribución energética, por lo que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) debe invertir de manera urgente para frenar los cortes de energía que son cada vez son más frecuentes en todo el país.
Por lo pronto, nos dicen una de las medidas que se deben de adoptar para fortalecer la situación de Pemex y de la CFE es que ambas cuenten con una administración que se integre por personal que conozca a fondo la industria y esté dispuesta a llevar a cabo un programa serio de control de costos, de reducción de gastos innecesarios, dispendios y se enfoque a la rentabilidad de la petrolera y eléctrica.
Así las cosas…