ELECCIONES 2024

Xóchitl: ¿Sabes cuánta gente entiende cuando dices 2 billones?

Son inconcebibles las enormes cantidades de recursos desperdiciados por el gobierno de López Obrador. | Leonardo Martínez

Escrito en OPINIÓN el

El tiempo se acaba. El día en el que definiremos el rumbo del país para los próximos lustros está a la vuelta de la esquina y las campañas están volcadas en afianzar lo conseguido y obtener el mayor número de votos adicionales posible.

En este frenesí de acusaciones cruzadas que estamos observando, las dos candidatas han arropado sus argumentos con cifras que nadie, o casi nadie, entiende en su verdadera dimensión.

Por un lado, la estrategia de Sheinbaum consiste en diluir y enmascarar la gravedad de los malos resultados de este gobierno con mentiras absolutas y explicaciones basadas en datos falsos, sesgados o manipulados para evadir las respuestas solicitadas y marear a los escuchas. El apoyo del aparato del Estado a su campaña le permite hacerlo de esta manera y mantener su piso electoral.

Por el otro lado, Xóchitl ha hecho un manejo más transparente y comprobable de los datos. Pero desde un punto de vista de eficacia electoral, el problema es que en muchas ocasiones la danza de las cifras utilizadas en campaña pierde sus efectos porque éstas son lanzadas al aire sin atarlas a marcos de referencia que tengan significados concretos y prácticos para los electores.

Por ejemplo, cuando se dice que los apoyos para Pemex suman alrededor de 2.2 billones de pesos a fondo perdido. Yo me pregunto qué porcentaje del público objetivo, ese compuesto por los electores indecisos que todavía pueden cambiar su intención de voto en el último momento, tiene una idea clara de lo que significan 2.2 billones de pesos.

Recordemos primero que hay una confusión que aparece frecuentemente en cuanto a si un billón es un millón de millones, o mil millones. Sucede que en México un billón es un millón de millones, es decir, un uno seguido de 12 ceros, y en los Estados Unidos un billón es igual a mil millones, es decir, un uno seguido de nueve ceros. Como la prensa en México retoma cotidianamente noticias y declaraciones originadas en los Estados Unidos, es muy común que repliquen las cifras originales sin hacer la conversión. Por ejemplo, cuando un político americano declara que van pasar una ley que asigna un billón de dólares a una causa específica, la prensa en México no suele aclarar si se trata de un millón de millones de dólares, o de mil millones de dólares, porque en realidad la definición de billón es la de un concepto matemático que no está atado a una moneda.

Esa confusión frecuente se suma al hecho de que es difícil hacer conciencia de cantidades tan grandes. ¿Cuánto dinero representan esos 2.2 billones de pesos tirados a la basura en Pemex? ¿Qué significa realmente para el país y su gente haber desperdiciado esa inconcebible cantidad de dinero en una empresa ineficiente que pierde enormes cantidades de dinero todos los días?

Una forma de ayudar a comprender esos significados es utilizar indicadores que utilicen cosas más cercanas a la gente. Por ejemplo, si asumimos que un centro médico muy bien equipado (como los de Dinamarca) cuesta mil millones de pesos, entonces esos 2.2 billones de pesos que este gobierno ha desperdiciado para mantener la ineficiencia de Pemex hubieran servido para construir 2,200 (sí, dos mil doscientos) nuevos centros médicos.  Eso hubiera sido suficiente para crear una nueva infraestructura de salud que hubiera mejorado sustancialmente la calidad de vida de millones de mexicanos.

Otro ejemplo puede ser el de la construcción de escuelas, la cual ha sufrido una caída  dramática con este gobierno. El volumen de recursos destinados a la construcción de escuelas ha caído sucesivamente todos lo años; de hecho, el año pasado ese volumen representó alrededor del 10% del volumen destinado a ese rubro en 2018.

Si suponemos que construir una escuela digna para poblaciones pequeñas cuesta 100 millones de pesos, entonces esos 2.2 billones de pesos desperdiciados a fondo perdido en Pemex hubieran permitido construir 22 mil escuelas. Varios millones de niñas y niños de todo el país hubieran quedado enormemente agradecidos de tener escuelas nuevas con condiciones dignas. Como en el caso de los hospitales, los efectos multiplicadores de contar con esta infraestructura repercuten de mucha maneras en una mejoría de la calidad de vida.

Hay muchos conceptos que pueden ser utilizados para construir indicadores que tengan sentido para la gente, cuando es importante lograr que ésta tome conciencia de las inconcebibles cantidades de recursos desperdiciados por el gobierno de López Obrador. Se puede hablar del incremento en el número de años, o de generaciones, que faltan ahora para que los pobres de México dejen de ser pobres; de los años de becas escolares que pudieron haberse tenido; de las vidas que se hubieran podido salvar de haber comprado medicamentos; de los años que faltan para tener acceso a una vivienda digna.

En cuanto al total de recursos tirados a la basura, la suma incluye, aparte de esos 2.2 billones de Pemex, muchas otras cosas, como el costo real de la cancelación del aeropuerto de Texcoco; los sobrecostos de la refinería de Dos Bocas y del Tren Maya; y la cancelación de numerosos fondos sociales y fideicomisos.

Queda claro que para conectarse emocionalmente con los electores se requiere de humildad, respeto y empatía, pero también ayudaría que cuando se utilizan cifras a diestra y siniestra, éstas se arropen de manera que hagan sentido y sean comprensibles para la gente.

 

Leonardo Martínez

@lmf_Aequum