A pesar de que el 10 de mayo es uno de los días más significativos e importantes para los mexicanos, el sistema de impartición de justicia ignora la angustia de miles de mamás que enfrentan la pérdida de alguno de sus hijos o son víctimas de violencia de género en el núcleo familiar y laboral.
Las estadísticas son contundentes: el 42.8% de las mujeres sufrieron algún tipo de violencia, principalmente sexual. Datos del Censo Nacional de Procuración de Justicia del INEGI revelan que en México hay cerca de 3 millones de juicios en curso, de éstos el 73% se relacionan con violencia doméstica y hay 88 mil niños que murieron a manos de su papá o su padrastro.
Pero eso no es todo. El 93% de los delitos que ocurren en contra de las mujeres no se denuncian o no se abre una carpeta de investigación y cuando ya hay un juicio en curso, en 50% de los casos no se actúa de forma expedita.
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Las que más saben del tema aseguran que la violencia vicaria e institucional va en aumento y refleja la ineficiencia de los juzgados, que lejos de amparar o proteger a los niños o a las mamás siguen siendo un instrumento para el maltrato femenino, ya que en muchos casos emiten sentencias alejadas de la perspectiva de género.
Por lo pronto en cuatro años entrará en vigor el nuevo Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares, que entre otras cosas homologarán los juicios a nivel federal, a fin de que no existan “mujeres de primero o de segunda” y que todos los derechos se ejerzan en igualdad de circunstancias, sin embargo, nos aseguran que esta legislación no resolverá de fondo los temas de peligrosidad procesal.
Y las cifras hablan por sí solas: de cada 10 sentencias por pensión alimenticia que dicta un juez, sólo se cumple una de manera efectiva y en promedio el poder judicial puede tardar hasta 3 años en localizar al demandado para hacer una notificación.
A la violencia de género se suman los obstáculos laborales, las mamás tienen que enfrentarse a un sistema que restringe la posibilidad de elección o de movilidad, por ejemplo, los horarios de las escuelas o de los empleos se crearon hace años bajo una lógica patriarcal, lo que impide que los menores puedan estar en un espacio seguro mientras la mamá cumple con su trabajo.
Las que más saben del tema aseguran que los distintos colectivos continúan impulsando una propuesta sobre el Sistema Nacional de Cuidados que abarque tanto al sector público como a las empresas privadas, y entre otros aspectos, redefinan los roles y estereotipos.
Datos del INEGI destacan que seis de cada diez mujeres cambiarían de empleo para poder ser madres. Y a pesar de las diversas iniciativas gubernamentales, leyes y reformas que protegen la maternidad, aún existe una gran brecha en las oportunidades laborales, de desarrollo profesional y salarial.
Así las cosas…