Después de casi de un año de procesos internos y campañas, este domingo será el final de una elección que ha brillado por su polarización y por poner en juego una dicotomía muy simple: seguir por el camino del autoritarismo con Morena o retomar el rumbo democrático con Xóchitl.
Cada opción representa cosas muy distintas y puede marcar el futuro no sólo a seis años, a 20, 30 o más. No sólo es definir el rumbo, es definir el sistema que se consolidará en nuestro país. Algunos comentarios por opción:
Máynez. Esto es tirar el voto a la basura. Su mayor cantidad de votos vendrá de gente molesta con las otras opciones que no se atreve a votar por el lado antagónico… o sea por Máynez van a votar fans de Ebrard y de Adán Augusto que no quieren votar por Claudia pero que tampoco son lo su suficientemente “rebeldes” como para votar por Xóchitl; también panistas, perredistas y priistas indignados con la alianza o con sus dirigencias y gente que quiere anular el voto… nadie, absolutamente nadie, cree en Máynez, ni siquiera Alfaro o Colosio que lo evitaron toda la campaña, y si alguien creía en él, seguro después del triste evento en Nuevo León notó el tipo de liderazgo que tiene… el primero en correr empujando hasta a una mujer y aunque hay mucho más que decir de la tragedia, será mejor esperar un poco para no herir susceptibilidades y respetar a quienes fueron asesinados imprudencialmente y a quienes siguen en el hospital.
Te podría interesar
Sheinbaum. El voto de la continuidad y del autoritarismo. Quienes crean que el país va bien, que hay seguridad, que hay salud y educación, que ven que la violencia se ha controlado y que la economía va bien esta es su opción. También por ella votarán los fans cerrados de AMLO que creen que es un voto por el presidente; es, como han dicho, “el segundo piso” del obradorato. También hay que decir que votar por ella es un voto por desmantelar el INE, el INAI, el Coneval y muchas instituciones más (las iniciativas son del presidente y están vigentes en el Congreso), es un voto por seguir con la militarización y una política energética que nos ha dejado el país más contaminado de la historia y que además tiene apagones recurrentes porque no hay manera de cubrir la demanda, es un voto por en contra de las mujeres y los movimientos de mujeres, un voto en contra de la verdad y de la libertad. Es un voto por seguir emparentándonos con las grandes dictaduras de la región como Cuba, Venezuela y Nicaragua. Si usted es de esas personas que piensa que la libertad y la democracia no importan y que un gobierno autoritario es mejor, Sheinbaum es la opción que lo representa.
Xóchitl. Es la candidata que asegura un país democrático y de contrapesos; un país donde no se confíe ciegamente en ningún poderoso, ni siquiera en ella misma. Un voto por Xóchitl es un voto por la seguridad y la salud, un voto por las madres buscadoras y los niños con cáncer, en pocas palabras un voto por las víctimas y no por quienes las hicieron víctimas. La democracia, la división de poderes y el respeto a la libertad de expresión está en este lado; si usted quiere una presidenta que no insulte a los medios y a quienes opinan diferente a ella, Xóchitl es su opción. Si quiere una presidenta que conoce lo que es venir desde abajo y enfrentarse con todo y con todos hasta llegar a lo más alto, esta es su opción. Xóchitl es también la opción internacional de los derechos humanos y las democracias. Un voto por Xóchitl es un voto por los que buscan crecer y aspiran a tener éxito sin complejos y sin culpas, un voto por lo que quieren un gobierno que les garantice la vida y la libertad, y por quienes quieren vivir sin miedo.
Sigue votar y no hay que dejar de hacerlo. Son dos visiones de país muy distintas las que están en juego y no hay nada escrito. La elección está cerrada y aunque Morena intenta dar a entender que “es un trámite” y que ya está escrito, lo hace precisamente porque sabe que una alta participación juega en su contra… se pueden comprar 20 millones de votos con programas sociales y amenazas, pero no se pueden comprar y amenazar a 60 o 70 millones de mexicanos. Cada voto es importante y puede ser la diferencia entre seguir el autoritarismo de López Obrador o regresar a la senda de la democracia, que podrá tener sus defectos, pero sigue siendo, en mi parecer, la mejor opción posible.