La siguiente semana, concretamente el próximo jueves 30 de mayo a las 14:00 horas será inaugurada la nueva Expo de José Manuel Jiménez, titulada TRANSGRESIONES, en la Fototeca Nacional, tal como se los adelanté hace unos días en la columna anterior que aquí les comparto.
Así las cosas, en el marco de dicha exposición, hoy les presento en exclusiva el texto de sala que a manera de introducción escribió el talentoso fotógrafo Francisco Mata Rosas para dicha muestra. Se trata de un breve ensayo que de manera crítica reflexiona sobre el quehacer del fotoperiodismo y su pertinencia en tiempos de hipervisualidad y cambio de paradigmas. Más que hablar de las fotografías de Pepe Jiménez, el maestro Mata Rosas nos lleva a cuestionarnos sobre la imparcialidad de la imagen y sus derivados como “ventana al mudo”, así que sin más preámbulos, podrán leerlo enseguida y con suerte hacerlos pensar sobre la imagen contemporánea y su devenir histórico.
El Retrovisor
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En el contexto del llamado periodismo ciudadano, en un momento donde la supremacía de la imagen como forma de comunicación abarca a todos los sectores sociales, en un entorno de hipervisualidad, donde el consumo voraz de las imágenes es sólo superado por la gran capacidad que hemos adquirido de borrar y olvidar fotografías todos los días, en una cotidianidad informativa que se alimenta de las cámaras de vigilancia públicas y privadas, y donde los noticieros nos informan con material extraído de las redes sociales o de estos “ojos vigilantes”, en los inicios de la inteligencia artificial como herramienta visual y sobre todo en un ámbito donde la mentira es parte de los usos y costumbres de los diferentes medios y formas de comunicación, donde la “verdad” es ahora sustituida por la mercancía, cabe preguntarse ¿para qué sirve el fotoperiodismo?
Históricamente construimos nuestra necesidad de ser informados por medio de la fotografía con una serie de preceptos que normaron nuestra mirada y conformaron la memoria individual y colectiva, la foto directa en el lugar de los hechos nos dio un efecto de realidad, nos achicó el mundo y nos permitió ser parte de los acontecimientos desde la comodidad de nuestra intimidad, fuimos (somos) testigos de las tragedias humanas, de desastres naturales pero también de hazañas y momentos irrepetibles de la historia, nos llenamos de eufemismos y lugares comunes para describir su importancia como “ventana al mundo”, un “pedazo de historia”, espejo de la realidad, etcétera, pero difícilmente entendíamos al fotoperiodismo como una forma de expresión autoral, personal y por lo tanto subjetiva.
La fotografía periodística debía ser imparcial, neutral, objetiva, apolítica y por supuesto sin incidir de ninguna manera en el transcurrir de los hechos, nos costó un cambio de naturaleza de la fotografía, un cambio de siglo y un cambio de pensar e historiarla, para darnos cuenta de manera socialmente extendida que la foto nunca fue ni será así. Siempre hay un autor, una persona con inclinaciones ideológicas, con historia y sobre todo con una opinión o punto de vista sobre lo que enfrenta, hoy debemos entender a la fotografía periodística de esta manera, como la opinión de alguien sobre algo a través de una cámara, ya no basta pensar sólo en el virtuosismo técnico necesario o en la suerte u oportunidad de haber “estado ahí”, necesitamos pensar en estas imágenes como un acto reflexivo que conjuga todas esas virtudes y requerimientos de la profesión.
Foto: José Manuel Jiménez
El trabajo de Pepe Jiménez se inscribe en esta óptica, nos muestra una colección valiosa no sólo por el momento o situación que capturó, sino por estar ante un periodista que opina con su cámara, una persona que no busca el registro del acontecimiento, sino que va más allá, sus fotografías tienen más capas de lectura que únicamente la noticiosa, buscan el diálogo y la reflexión, la confrontación con el presente desde el pasado, pero viendo hacia el futuro.
Pensemos en la analogía de manejar un auto, tenemos la mirada puesta hacia adelante, hacia donde vamos, pero para poder avanzar es necesario voltear eventualmente a ver el espejo retrovisor, revisar de dónde venimos y lo que vamos dejando atrás. La fotografía de prensa sirve para eso, para pensar el futuro mientras revisamos lo que dejamos atrás, para no cometer los mismos errores, reflexionándolos desde el presente, entender los procesos con la distancia crítica y explicarnos tanto las relaciones de poder y resistencia como las adversidades a las que nos enfrentamos y nos enfrentaremos.
Francisco Mata Rosas
Mayo 2024.
Nota: Aquí podrán encontrar imágenes del maestro Mata Rosas y un breve resumen sobre su trayectoria profesional. Nos vemos la próxima semana en la Fototeca Nacional, entrada libre.