“Lo único que yo necesitaba para que me respetaran en el PAN era tener pene” con esas burdas y agresivas palabras es que yo termino describiendo el proceso por el que decidí salirme del PAN. Durante años yo tenía que cuidar que las acciones que tomaba hicieran sentir cómodos a mis jefes, de manera particular a mi jefe directo; Andrés Atayde y cuidar que mis acciones estuvieran dentro de los límites que él me ponía y yo cuidar que no lo hiciera sentir mal o hacer sentir menos y sobre todo no hacerlo enojar para ser considerada en las posiciones que él tenía de acuerdo al trabajo piramidal con la que trabaja el dueño del PAN; Jorge Romero Herrera.
Mi experiencia en el PAN acaba siendo una lección para todas aquellas mujeres que quieren participar libremente en política. Ninguna de nosotras debería tener que cuidar sus acciones, sus límites, sus comportamientos o todo lo que puedes emprender en un partido político para hacer sentir cómodo a tu jefe. Para mí. Atayde era siempre el reflejo con lo que un hombre con baja autoestima y limitaciones implicaba o era para que yo pudiera seguir adelante. Atayde es y será siempre un hombre pequeño, pero me interesa hablar más sobre como el PAN le pone límites a sus mujeres militantes porque es ahí donde ellas no pueden ni relacionarse o aspirar a crecer con libertad. Siempre lo van hacer bajo los límites que impongan los hombres de Acción Nacional.
Es por ello que hoy que estamos a días de llegar a la elección para votar por la primera Mujer Presidenta de México es que esto que hoy les relato a otras quiero que quede asentado. Votar por Mujeres nos va a permitir a todas dejar de vivir con violencia cotidiana que es un tipo de violencia invisibilizada y, sobre todo, aún cuesta mucho comprobarla a las autoridades a la hora de presentar una denuncia.
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En marzo presenté una denuncia ante la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (FEPADE) relatando todas estas experiencias que yo viví y si bien, tenía que quedarme callada y seguir creciendo en el PAN, al salirme de ahí es cuando yo adquiero el compromiso con todas las demás panistas que tienen que seguir calladas, pero, sobre todo, con aquellas mujeres que en el ámbito de lo político que quieren seguir dejando huella y trascendiendo en la historia de la ciudad. Así es que yo llamo a votar por mujeres, por mujeres transformadoras que apoyen la vida de otras, eso es Claudia Sheinbaum que como Jefa de Gobierno de la CDMX se concentró en implementar de la mano de Ernestina Godoy protocolos para la atención de violencia en los hogares y todas aquellas que viven violencia, creó la Secretaría de Mujeres y por ello, votar por Clara para que las 4 millones de mujeres capitalinas no tengan un Jefe de Gobierno como lo es Santiago Taboada que a mí me dijo “Ana, si ya te hicimos concejala, Ana si ya te hicimos Diputada. ¿Para qué quieres reelegir?”
A ti, lectora de la silla rota te invito a que confíes en las experiencias de las que ya hemos sufrido violencia de muchas maneras. Los hombres que tienen poder y los hombres que tiene la alianza no son hombres buenos. Son hombres que han construido su carrera a costa de muchas de nosotras. Avancemos con claridad, Avancemos con la dirección de la Doctora Claudia Sheinbaum y votemos todas por el PLAN C de la Cuarta Transformación.