La relación entre redes sociales y la práctica de la medicina es muy compleja. Los pacientes las utilizan no sólo para tratar de comprender sus síntomas y si es probable que padezcan de alguna enfermedad. También, con ellas, deciden con que médico deben de consultar y que tratamiento piensan que deberán recibir. Los médicos, hoy en día, deben de estar conscientes de los aspectos positivos y negativos de las redes sociales.
El efecto de las redes sociales en la medicina no sólo está presente en los pacientes; también, el personal de salud ha sabido aprovechar este nuevo espacio. Las redes sociales se han convertido en una de las principales herramientas de los médicos para conseguir pacientes y obtener reconocimiento como expertos en cierta área de la medicina. Muchas carreras médicas exitosas se han hecho en redes sociales, otras ahí mismo se han terminado.
La población en general siente una inmensa curiosidad por la vida del personal de salud. Las series sobre la práctica de la medicina como Grey´s Anatomy, Doctor House o ER son mundialmente famosas. Las novelas sobre médicos son tan populares que existe un subgénero literario denominado ficción médica.
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Esta gran industria de la ficción médica mezclada con los reality shows y las redes sociales han llevado a que cada vez más los espectadores tengan acceso a sitios y campos a los que hace algunos años sólo los profesionales podían entrar después de un riguroso entrenamiento. Hoy en día son comunes no sólo los programas reales sobre la manera en que operan y viven los médicos en diferentes partes del mundo; incluso, existen profesionales de la salud que documentan la manera en que realizan sus actividades diarias en redes sociales. Nunca antes la práctica de la medicina había estado tan expuesta al ojo del público. Esto ha generado una enorme cantidad de preguntas éticas y legales sobre que tanto puede un médico permitir este acceso a la práctica de la medicina, en qué momento el acto médico deja de ser curativo y comienza a ser un espectáculo. No sólo es un tema de consentimientos informados para grabar y tomar fotos, es una discusión sobre el acto médico como entretenimiento y el médico como animador o personaje.
Dentro de todo esto, algunos médicos han sabido capitalizar el uso de redes sociales y se han convertido en líderes en su área. No siempre el reconocimiento en redes sociales se corresponde con la habilidad técnica o la capacidad para practicar la medicina. Mi opinión es que no siempre los médicos más influyentes en redes sociales son los mejores. Esto ha hecho surgir la figura del médico influencer, que no siempre es el mejor, pero si el más visible y, por lo tanto, el más expuesto a los comentarios buenos y malos, tanto de sus pares, como del público en general.
El caso de la doctora Roxanne Grawe (Dr. Roxy como era conocida en redes sociales) es un caso interesante para reflexionar sobre la relación del médico con las redes sociales y como estas pueden hacer y deshacer una carrera.
La doctora Grawe es una cirujana plástica en el estado de Ohio (EEUU). Como un medio para lograr captar pacientes y brindar educación en materia de cirugía estética inició cuentas en algunas redes sociales. Esto no es algo extraordinario en el campo de la medicina estética, ya que es un medio de promoción común que incluso está reglamentado en nuestro país. Algo que la doctora Grawe comenzó a hacer que llevó las cosas al límite es que subía a sus redes grabaciones en vivo mientras realizaba procedimientos quirúrgicos. Esto la convirtió en una de las cirujanas más exitosas de su estado. Los pacientes tenían acceso, en vivo, al quirófano y la médico, mientras realizaba el procedimiento les explicaba que hacía. A mucha gente le encantó la idea, otros sienten que esto no debería ser permitido, que la atención del cirujano debe de estar al 100% en su paciente y no en su público.
La fama de la doctora Grawe, si bien le dio muchos pacientes, fue determinante para que le retiraran su licencia como cirujana plástica en el estado de Ohio y, por lo tanto, que no pueda ejercer como tal en todos los Estados Unidos.
Al menos, tres pacientes reportaron tener complicaciones graves como consecuencia de procedimientos realizados por la doctora. Aunque ninguna de éstas complicaciones están relacionadas directamente con las grabaciones y transmisiones en vivo, cuando se presentó ante la junta estatal de cirugía plástica, uno de los elementos que se tomó en cuenta para revocar su cédula es que su personaje de Dra. Roxy era casi imposible de separar de su persona, la Dra. Grawe. Los casos en su contra no eran por tomar fotos o videos sin consentimiento. Al parecer existía consentimiento. El problema era la diferencia entre médico e influencer. ¿Quién era la doctora Grawe y quién era Dr. Roxy?
El caso es muy interesante, porque no estamos ante un caso de no sólo dejar de cumplir el estándar de cuidado ante un paciente, sino que está involucrado el aspecto de cómo se presenta el médico ante su paciente y la comunidad en general, la manera en que se promociona y cuál es su prioridad: el cuidado del paciente o sus redes sociales.
Uno de los testimonios de los pacientes que declararon en contra de ella manifestó que el lugar en donde la operaron parecía más una sala de grabación que un quirófano.
La doctora Grawe, en este momento, ha perdido su cédula como cirujana plástica. Sus redes sociales la hicieron una de las cirujanas que más procedimientos hacía al año en su estado; pero, al final, la hicieron perder su cédula.
El caso de la doctora Grawe no es sencillo. No nos sentimos satisfechos con el resultado. No parece que sea una causa suficiente para perder la cédula. A lo mejor esto se debe a que no conocemos a fondo el sistema jurídico de los Estados Unidos, puede ser; Lo que nos debemos de preguntar es si estos casos suceden en nuestro país. ¿Qué sucede con nuestros médicos influencers y hasta donde están dispuestos a llevar a sus personajes?