ELECCIONES 2024

2 de junio: ¿Preocuparse por las fake news?

Las fake news no incidirán de manera significativa en el resultado final de las elecciones presidenciales. | José Antonio Sosa Plata

Escrito en OPINIÓN el

La preocupación sigue vigente. Las acciones emprendidas por las autoridades electorales contra la desinformación confirman que las fake news representan un riesgo que no puede ni debe ser ignorado. Su impacto ha sido motivo de estudio, pero no lo suficiente como para advertir de los verdaderos riesgos que implica para los resultados finales de una elección.

Para este proceso electoral la decisión llega tarde. En un esfuerzo coordinado con la Universidad Iberoamericana y el laboratorio social Movilizatorio, el Instituto Nacional Electoral (INE) puso en marcha una campaña contra la desinformación. La difusión comenzó hace unos días y se mantendrá hasta el día de las elecciones.

La campaña consta de una serie de seis cápsulas de corta duración, con un formato que facilitará la comunicación en las plataformas más populares que frecuentan las y los jóvenes. Utilizará algunos ejemplos ilustrativos para demostrar qué son y cómo funcionan. De igual forma, proporcionarán algunos recursos para identificarlas y evitar caer en sus trampas. No más. No menos.

Los límites están claros. El combate contra la desinformación no puede ir más allá de advertir a la ciudadanía sobre los riesgos que representan para el sistema y de algunas medidas básicas para tratar de identificarlas. En los estados democráticos, aún no existe una fórmula para ponerles límites y que no se contrapongan con el derecho esencial de la libertad de expresión.

Entérate: El INE, la Universidad Iberoamericana y Movilizatorio implementan acciones contra la desinformación en el marco de las elecciones del 2 de junio.

Desde esta perspectiva, la estrategia del INE es correcta. A pesar de todo, los excesos de la libertad siempre serán preferibles a las sanciones que se pueden imponer. Frente a la subjetividad que caracterizan a conceptos como la “verdad” o la “objetividad” —cuando se trata de medios de comunicación masiva y digitales— lo conveniente es encontrar otros mecanismos para lograr los principios de equidad e imparcialidad en las elecciones.

Hay quienes consideran que el fenómeno de la desinformación en los procesos de comunicación política es un lastre para la democracia. Primero, porque afecta la credibilidad y la confianza de la ciudadanía en sus líderes y autoridades. Segundo, porque acentúa el desgaste reputacional de gobiernos y partidos políticos. Y tercero, porque aleja a las y los ciudadanos de la participación política.

Sin embargo, todas y todos debemos estar conscientes de que la situación es inevitable. La mentira, manipulación y golpes bajos son parte de la cotidianeidad en los procesos de comunicación política. Lo importante y lo necesario es aprender a lidiar con estas expresiones, que a final de cuentas son naturales y siempre han existido. Para controlarlas, están las leyes y los códigos de ética.

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No hay duda que con el advenimiento de la inteligencia artificial generativa se ha vuelto más difícil diferenciar la verdadera información de la falsa. Aún más. Si bien es cierto que la IA es una herramienta poderosa para segmentar los mensajes a las audiencias y generar contenidos de mayor calidad, también lo es que la manipulación es mucho más sencilla.

La manipulación que con la IA se hace de imágenes, videos, noticias publicadas y textos tiene el potencial de atrapar, con cierta facilidad, la atención de algunas audiencias. En ciertas ocasiones, incluso, logran posicionarse en los primeros sitios de los trending topics y saltar a los espacios informativos de los medios audiovisuales, mismos que también resultan ser engañados.

Aunque en un principio llamaron demasiado la atención, tenemos que mencionar los “deep fakes”, una de las herramientas más interesantes de la IA. Si bien no han desaparecido, es evidente que han perdido fuerza. Hoy, muchas personas reconocen las imágenes falsas, pero esto no le ha restado la utilidad que tienen para realizar mensajes atractivos y entretenidos, sin necesidad de engañar a las audiencias.

Consulta: Hugo López Álvarez. "2024, el año que la Inteligencia Artificial ganó las elecciones". Contexto, Universidad de las Américas Puebla, 6/03/2024.

La atención que están dando las autoridades electorales a las fake news es importante, aunque al parecer no hay en el horizonte nada relevante de qué preocuparse. Como ha sucedido en otros momentos, la desinformación no cambiará de manera significativa las tendencias de la Elección presidencial 2024.

Además, en muchos casos las fake news están tan mal construidas que pierden de inmediato su “efectividad” al ser descubiertas por quienes las reciben. Cuando así sucede, algunas investigaciones demuestran que logran un efecto de inmunidad para las que se diseminen en el futuro. Vamos, resultan como la aplicación de una vacuna muy efectiva para la sociedad y la democracia.

Sin embargo, esto no significa que no provocan daños. Sí lo hacen: afectan la reputación de las personas y de las instituciones: generan desconfianza; desacreditan la actividad política; le restan legitimidad y efectividad a las campañas de contraste. Y cuando se descubren, terminan impactando en forma negativa a quienes —con dolosa intención— las difunden.

Recomendación editorial: Leonardo Laso. La comunicación al poder. Manual para rescatar la democracia. Madrid, España: Editorial Morata, 2022.

 

José Antonio Sosa Plata

@sosaplata