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Diles, que no me maten

Se estrenó a nivel mundial “Guerra Civil”, una joya cinematográfica que nos presenta una película de ficción con una trama distópica alrededor de un sangriento conflicto armado en EU. | Ulises Castellanos

Escrito en OPINIÓN el

Esta semana se estrenó a nivel mundial, “Guerra Civil”, una joya cinematográfica del británico Alex Garland que nos presenta una película de ficción con una trama absolutamente distópica alrededor de un sangriento conflicto armado en Estados Unidos. La actriz Kirsten Dunst encabeza el reparto y protagoniza a una fotoperiodista norteamericana de primer nivel, (en la película su personaje se llama Lee Smith), y pienso que está inspirada en Susan Meiselas, una de las mejores colegas que ha dado la historia del fotoperiodismo de finales del siglo XX y que sigue activa trabajando en Estados Unidos.

Si no ha visto la película, no siga leyendo. Aunque no revelaré el desenlace, sí les contaré sobre algunos apuntes que hice después de verla dos veces, este fin de semana.

Hacía años que no me estremecía así, una película de ficción, con un enfoque crudo, bélico y llena de simbolismos. “Guerra Civil”, nos plantea un escenario posible ante la polarización política de Estados Unidos. En la trama, los dos Estados más poderosos de aquella nación (California y Texas) se alían para derrocar al gobierno central, apuntando su poder bélico hacía la Casa Blanca donde buscan derrocar al Presidente norteamericano, que según dicen, está por cumplir su tercer periodo al frente de un gobierno desastroso.

El guión, las actuaciones, la música, los efectos, los diálogos, el suspenso, la violencia y la cruda realidad sobre la cobertura de conflictos armados, estremece la memoria. Para quienes hemos estado en zonas de conflicto, desde Chiapas hasta Sarajevo, pasando por el medio oriente, esta película pone la piel chinita. Durante la película para mí fue imposible contener el llanto o evitar la sudoración en la palma de las manos. Mil recuerdos están reflejados en esta obra, de manera puntual y con un sonido que roba el sueño.

Se trata de una pieza llena de significados, ¿ese presidente será Trump?, ¿esa guerra interna es posible? La fotógrafa estrella trae una Sony A7, pero por ahí aparece una joven emergente que se pega al equipo de periodistas que viaja de Nueva York a Washington, y que además de su enorme ingenuidad, trae el instinto clave para resistir lo que vive, una chica de 23 años ahí llamada Jess (Cailee Spaeny) que representa a todos los que alguna vez iniciamos en esto, imprudentes, inexpertos, aterrados pero con enorme valentía.

El personaje de Jess trae una cámara analógica (de rollo) la famosa Nikon FM2 veterana de mil guerras, y además ella trabaja obvio con negativo de Kodak; un homenaje a los grandes fotoperiodistas de la segunda mitad del siglo pasado, empezando por Robert Capa. Es obvio que la producción contó con verdaderos asesores en la materia.

Esta producción costó apenas 50 MDD, y este primer fin de semana, recaudó la mitad sólo en Estados Unidos, donde ya empieza a ser una película polémica, sobre todo después del asalto al Capitolio en enero de 2021.

Si a usted no le gustan los balazos, ver sangre, atestiguar atropellamientos, o ver ejecuciones sin sentido, no la vea. No la va a soportar. Deje de leer aquí mismo. Porque se pone peor. 

Ver personas colgadas de un puente en México, puede parecer un triste paisaje normalizado, ¿pero verlo sobre la autopista, saliendo de Nueva York?, es disruptivo. No imagino a la familia “convencional” norteamericana llevando a sus hijos después de visitar Disneylandia a ver esta película. Es posible que la producción apenas recupere lo invertido, pero su valentía al realizarla es épica.

La película es inmersiva, no hay héroes, no llega Supermán nunca, empieza sencilla pero termina mal, muy mal. Intensa. No se la pierdan. Véanla en el cine, después de eso, no serán los mismos.

El título de esta columna son las últimas palabras con las que cierra la película. Una joya.

Aquí el tráiler.

Ulises Castellanos

@MxUlysses