En el mundo, la fuerza de trabajo dedicada al cuidado de las personas está integrada por 249 millones de mujeres y 132 millones de hombres. Se calcula que las mujeres realizan 76.2 por ciento de todo el trabajo de cuidados no remunerado, 3.2 veces más que los hombres, según datos de la Organización de las Naciones Unidas. Situación que las pone en condiciones de vulnerabilidad ante la carencia de autonomía derivada de la dependencia económica de otras personas así como la falta de reconocimiento de la relevancia de su labor.
Las actividades de cuidado se requieren cada vez más debido a los cambios demográficos de la población actual. Se estima que para 2030, el número de receptores de cuidados ascenderá a dos mil 300 millones, lo que representa 100 millones más de personas mayores y 100 millones más de niñas y niños de edades comprendidas entre los seis y los 14 años.
El panorama poblacional y social actual nos indica que se registra un crecimiento de la población, pero también un envejecimiento de las sociedades, cambios a los modelos de familia, la existencia de un lugar todavía secundario de las mujeres en los mercados de trabajo y deficiencias o carencias en las políticas sociales en la materia demandando a los gobiernos y otros sectores relevantes en lo económico y en lo político a establecer medidas urgentes en materia de trabajo de cuidados.
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Por primera vez en la historia de nuestro país, el tema de los cuidados de las personas es parte de la agenda de las candidatas y el candidato a la Presidencia de la República. El impulso se debió, en parte, a la reciente aprobación del Sistema Nacional de Cuidados en la Cámara de Diputados. Una medida que ha sido cuestionada debido a la falta de una clara dirección sobre la forma en que se incorporará el tema en diversas áreas y a la escasez de recursos asignada a dicho sistema.
La propuesta presentada por Xochitl Gálvez, de la Coalición Fuerza y Corazón. Por un México Sin Miedo apela a la creación de un Sistema de Cuidados para que las mujeres no se vean forzadas a quedarse en casa para hacerse cargo de menores, personas con discapacidades y adultos mayores. Para lograrlo, se propone la creación del programa de Médico en tu Casa y se reactivarán las estancias infantiles.
La de Jorge Maynez, de Movimiento Ciudadano, retoma un trabajo legislativo previo, que reforma a la Ley General de Desarrollo Social, para incluir al cuidado como parte de los derechos para el desarrollo social. Además de la Ley General de Salud para garantizar el disfrute de servicios de salud, de cuidados y de asistencia social a través de la prestación de los mismos de manera gratuita por parte de los Sistemas Nacionales de Salud. Entendiendo a estos servicios de cuidado como “aquellas actividades y relaciones requeridas para atender las necesidades físicas, psicológicas y emocionales de las personas adultas mayores, personas con discapacidades y enfermas, infancias y adolescentes”.
En el caso de la candidata por el Movimiento de Regeneración Nacional, Claudia Sheinbaum, su propuesta presentada en el Zócalo de la ciudad de México el pasado 1 de marzo contempla un apoyo bimestral para las mujeres de entre 60 y 64 años de edad que han dedicado su vida al cuidado de sus familias con el objetivo de que puedan gozar de una mayor autonomía. El apoyo será el equivalente a la mitad de la pensión de los 65 y más, calculada actualmente en tres mil 100 pesos, por lo que el monto será de 1550 pesos al bimestre. Se calcula que el próximo año se entregarían un millón de apoyos.
Si bien la inclusión de la temática y el reconocimiento de las deficiencias estructurales existentes alrededor de las labores de cuidado representa un gran avance para el posicionamiento de un tema invisibilizado, las propuestas aún deben de ampliarse para atender todas las problemáticas derivadas de la falta de reconocimiento de una actividad necesaria para la vida comunitaria pero poco reconocida y valorada, en gran parte, porque quienes lo hacen son mujeres.
Incluso, investigadoras como Rocío Enríquez Rosas y Oliva López Sánchez, fundadoras de la Red de Investigación en Emociones y Afectos desde las Ciencias Sociales y las Humanidades, han señalado, a través de su más reciente publicación Entramados emocionales. Cuidados, vivencias y redes sociales virtuales, que en la temática debe tomarse en cuenta la salud emocional de quienes llevan a cabo las tareas de cuidado, a fin de contrarrestar más problemáticas de salud pública.
Una política integral de cuidado requiere la incorporación de la perspectiva de género, una mirada interseccional para abarcar todas las posibles aristas de la vulnerabilidad derivadas de la escasez de reconocimiento de las labores y la presión social para la realización de las mismas. De la modificación de las políticas laborales para brindar mayor flexibilidad a quienes tienen a su cargo el cuidado de otras personas, así como de la cultura del mismo para que se le valore como una actividad económica, fundamental para el desarrollo de un país.