En la primera entrevista que dio Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México a la televisión estadounidense en lo que va de su gestión, fue una muestra inequívoca de su buen manejo mediático, aún cuando se tocan temas controversiales.
Una vez más el AMLO resultó ser un hábil comunicador, un político experimentado y un escurridizo orador que no se deja entrampar por sus entrevistadores. Como temas principales se abordó la crisis migratoria, la epidemia de fentanilo y la política del actual gobierno para enfrentar al crimen organizado. No podía quedar de lado el discurso antimexicano en las elecciones en Estados Unidos y la relación que ha tenido AMLO con Joe Biden y Donald Trump.
Durante toda la entrevista vimos un Andrés Manuel López Obrador que se pudo mantener al margen de la confrontación y se mantuvo en la línea discursiva de siempre: colaboración y dependencia entre las naciones, así como la imperante necesidad atender las causas que generan la migración y el narcotráfico desde la raíz.
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Para AMLO este no es el momento de controvertir con el gobierno norteamericano, la sucesión presidencial en ambos países es un tema que hay que manejar con pinzas, pues cualquier posicionamiento sería una mina de oro electoral para quienes se oponen a su gobierno y para quienes ven con buenos ojos el discurso antimexicano de Donald Trump.
Andrés Manuel López Obrador nadó de muertito antes los cuestionamientos de la periodista Sharyn Alfonsi, bien sabía que no era el momento, el lugar ni el interlocutor ideal para politizar y polarizar las opiniones. Es un político que no da pasos en falso, sobre todo, al enfrentarse a una cámara que lo llevara a todos los rincones de Estados Unidos y que, muy posiblemente, amplifique su mensaje a una muy buena parte del mundo.
La conferencia mañanera ha sido el ring del presidente desde el primer día de su mandato, es un político acostumbrado a la esgrima discursiva, al cuestionamiento directo y a las preguntas incómodas. No se deja intimidar y mantiene una disciplina discursiva que hoy en día tienen muy pocos líderes a nivel mundial.
En esta entrevista AMLO cuidó la sucesión presidencial en México, no se enemisto con ninguno de los aspirantes a la presidencia en Estados Unidos y se mantuvo firme en su visión política y de Estado. Contrario a lo que muchos pensarían, se mantuvo a salvo en plena coyuntura.
Le pese a quien le pese, sea de su agrado o no, Andrés Manuel López Obrador es un amo de las palabras, del discurso y la retórica. Un habilidoso comunicador que, como pececillo escurridizo, escapa de las redes que teje el periodismo y en una que otra ocasión, también de las redes que tejen sus opositores.