Escribo estas líneas a unos días de que el Parlamento Europeo aprobó la Ley de Inteligencia Artificial (IA) que establece precauciones y límites al uso que se da a estos sistemas para mitigar posibles riesgos, en aras de seguir fomentando la innovación, protegiendo derechos humanos fundamentales.
La legislación avalada por mayoría (aunque no por unanimidad) sienta un importante precedente en todo el mundo. No en vano se han multiplicado las voces que urgen la emisión de normas semejantes para nuestro país de quienes advierten que dicha legislación no resuelve los dilemas que emergen del uso de la Inteligencia Artificial.
Ciertamente, la regulación es necesaria, pero debemos vencer inercias y no sucumbir a la premura o la tentación de “tropicalizar” la ley europea, pretendiendo legislar sin una discusión seria y de fondo entre distintos actores y sectores que potencialmente serían impactados positivamente y/o negativamente con el uso intensivo de los nuevos avances en inteligencia artificial.
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Como he comentado en entregas anteriores, antes de emitir cualquier norma debemos ser conscientes de nuestra realidad y nivel de desarrollo; definir los objetivos que tenemos como país; a las autoridades competentes en la materia; así como los tramos de responsabilidad frente a los distintos riesgos que entrañan los sistemas basados en IA.
Es preciso reconocer que para el desarrollo exitoso de la Inteligencia Artificial también es necesario un ecosistema digital maduro, redes de telecomunicaciones robustas y programas de alfabetización digital; sobre todo en un país como el nuestro que aún tiene pendientes en materia de cobertura y despliegue de infraestructura, condición sine qua non para que más personas estén conectadas.
Y curiosamente, la Inteligencia Artificial surge como una alternativa para atajar estos retos. De hecho, la industria de las telecomunicaciones ya apuesta por ello. Los sistemas de IA podrían ayudar a reducir fuertemente los costos de inversión para el despliegue de red que históricamente han sido una barrera para su expansión, pero lo más importante es que dichos sistemas son de gran utilidad para mejorar la experiencia del usuario.
En países desarrollados los proveedores de servicios de internet han experimentado e implementando soluciones impulsadas por dichos sistemas de manera muy activa. De acuerdo con la consultora Omdia[1], entre 2019 y 2023, los casos de uso de IA en la industria se centraron en dos categorías relacionadas con la eficiencia de las redes y con clientes.
Como se puede observar, los sistemas IA han sido utilizados para la expansión o mejora de las infraestructuras de red, dando prioridad a las áreas de operaciones, gestión, optimización, diseño y planificación de redes.
También puede apreciarse que muchos de los sistemas están enfocados en uno de los aspectos de mayor relevancia para que los usuarios decidan quedarse o cambiarse con un operador de telecomunicaciones como son las áreas relacionadas con atención a los clientes actuales y potenciales como soporte técnico, marketing y desarrollo de productos y servicios. Asimismo, los operadores están utilizando la Inteligencia Artificial para reducir sensiblemente la cantidad de energía eléctrica necesaria para brindar servicios ininterrumpidamente.
Existen otros sistemas de IA que están enfocados en mejorar la confianza de los usuarios en sus proveedores de servicios de telecomunicaciones en áreas de administración de datos, recursos humanos y operaciones de tecnologías de la información. Amén de generar confianza enfocada en seguridad, particularmente en la ciberseguridad y mitigación de fraudes[2].
La empresa desarrolladora de software y hardware, NVIDIA, presentó el año pasado un reporte sobre los objetivos de los proyectos desplegados por los operadores de telecomunicaciones. En materia de eficiencia de infraestructura, se señala que los esfuerzos se concentran en la operación de las redes, la planificación de ubicaciones para estaciones base y la optimización de rutas de transporte[3].
La Asociación Global System for Mobile Communications (GSMA) señala que, además de los casos relacionados con la eficiencia de la red, las empresas AT&T, Deutseche Telekom (Alemania), KT (Corea del Sur), STC (Oriente Medio), Telenor (Noruega) y TIM (Italia) trabajan en desarrollos basados en IA.[4] Los usos reportados se centran en el análisis de datos automatizados, por ejemplo, de las alarmas y alertas de red diarias, para la detección de tráfico fraudulento, análisis de fallas o reducción de emisiones.
En línea con estos usos, la industria de telecomunicaciones anticipa beneficios significativos derivados de la automatización, tales como aumentos en la eficiencia, reducciones en los costos operativos y mejoras en la relación con los clientes. Incluso algunas empresas ya están reportando incrementos en las utilidades atribuibles a la implementación de la IA[5].
Se estima que el gasto total de los operadores móviles en soluciones de IA superará los 15 mil millones de dólares para 2024 en comparación con 3 mil millones en 2020.[6] Los operadores en regiones desarrolladas, como América del Norte y Europa, representarán más del 40% del gasto en IA para el 2024, a pesar de representar menos del 20% de los suscriptores globales.[7] Por otra parte, se espera que la industria de las telecomunicaciones invierta alrededor de 36.7 mil millones anualmente en software, hardware y servicios de IA para el 2025.[8]
Podríamos seguir enumerando aplicaciones y detallar la cantidad de inversiones que, por ejemplo, han recibido países como Estados Unidos que se ubican a la cabeza del desarrollo e implementación de la Inteligencia Artificial.[9] El hecho es que estos sistemas son útiles para disminuir los costos asociados al despliegue y uso de las redes de telecomunicaciones y se han convertido en una importante y potencial herramienta para fortalecer y hacer más resilientes las redes; piedra angular para la provisión de servicios de telecomunicaciones como el internet. Ninguna otra área productiva tiene una simbiosis tan grande con la IA, como en el sector de telecomunicaciones, habilitador de un sin número de avances tecnológicos.
Por ello debemos ser cuidadosos y no temerosos del uso de sistemas de IA que sin duda traerán impactos positivos y beneficios en productividad, no sólo en el sector de telecomunicaciones sino en prácticamente todas las ramas productivas de la economía. En la medida que logremos apropiarnos de los avances tecnológicos -minimizando cualquier riesgo asociado a su uso- podremos lograr mayores niveles de bienestar para la población.
De tal forma que convoco a todos los actores; industria, academia, gobierno a que abramos más espacios de diálogo que nos permitan abordar con la debida seriedad, transparencia y profundidad las oportunidades, retos y riesgos que nos imponen los sistemas de IA.
Debemos encontrar el balance en la regulación, con visión prospectiva y una planeación estratégica de mediano y largo plazo que tome en cuenta nuestra realidad como país. Estamos obligados a ello, antes de pensar en reglas que a la postre podrían frenar la innovación y el desarrollo de México.
[1] Telecoms AI Contracts Tracker – 3Q23 Omdia (informa.com)
[2] Ídem.
[3] State of AI in Telecommunications: 2023 Trends (nvidia.com)
[4] The-Mobile-Industry-and-AI.pdf (gsma.com).
[5] State of AI in Telecommunications: 2023 Trends (nvidia.com).
[6] Mobile operator spending on AI solutions to cross $15 bn - TelecomLead.
[7] Ídem.
[8] What Drives AI Investment in the Telecommunications Industry? - CUJO AI
[9] OECD.AI (2024), visualisations powered by JSI using data from Preqin, accessed on 9/2/2024, www.oecd.ai .