La Organización de las Naciones Unidas (ONU) instauró en 1992 el Día Mundial del Agua para que cada 22 de marzo sea un referente universal para concientizar del cuidado que debe tener este vital líquido.
La ONU desde 2010 reconoce el acceso al agua potable, además, como un derecho humano esencial, lo que implica que toda persona tiene derecho a disponer del agua. No obstante, la ONU estima que alrededor de cuatro mil millones de personas en el mundo sufren de escasez severa de agua.
Asimismo, la ONU considera algunas problemáticas que se derivan de la escasez del agua como, por ejemplo, las aguas contaminadas y la consecuente falta de saneamiento que obstaculizan la erradicación de la pobreza y enfermedades; el agua no potable junto con un mal saneamiento, constituyen una de las principales causas de mortalidad infantil, entre otras lamentables referencias.
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De acuerdo con la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), México está enfrentando una grave crisis por falta de agua que tiende a ser irreversible en diversas zonas del país, en gran medida debido al calentamiento global y al cambio climático, por lo que refiere que “… es urgente diseñar modelos eficaces de gestión, impulsar cambios legislativos e inversión de muchos recursos en infraestructura…”.
Por su parte, el INEGI brinda información del tema proveniente del Censo Agropecuario 2022, del Sistema Nacional del Agua, así como del Sistema de Información de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y del Catálogo Nacional de Indicadores.
En este sentido, el pasado 19 de marzo del año en curso, presentó diversas estadísticas relacionadas con el agua destacando la agricultura como actividad fundamental para el desarrollo humano y que, lógicamente, depende de la disponibilidad y distribución del agua para su correcta funcionalidad, es decir, para el crecimiento de cosechas, pero también, para el sostenimiento de nuestros ecosistemas.
Al respecto, el INEGI informó que, durante 2022, en 31 entidades federativas, el principal factor de pérdida para las unidades de producción agropecuaria activas del país fue la sequía a pesar de que la agricultura representa el 76% del consumo de agua del país, seguido del abastecimiento público urbano (14%), industria (5%) y generación de energía eléctrica (5%).
Hoy vemos un problema que se agranda a pasos agigantados y debemos actuar para concientizarnos del cuidado del agua para nosotros y para las futuras generaciones para lo cual, es importante considerar que el agua es un elemento fundamental del desarrollo sostenible para cualquier nación del mundo, ya que es vital para la producción de alimentos, para el desarrollo socioeconómico, para preservar nuestros ecosistemas y nuestra sobrevivencia.
Algunas alternativas generales, muchas planteadas desde hace tiempo por diversas instancias son, entre otras: la necesaria revisión de la normativa relacionada con el Agua para considerar fenómenos actuales y establecer sanciones severas; evitar la deforestación y la tala ilegal de madera ya que la pérdida de nuestros bosques, por ejemplo, elimina la captación de agua de lluvia; modernizar los organismos operadores del agua, entre muchas más.
Asimismo, es importante dotar del presupuesto adecuado a las instancias responsables del cuidado, tratamiento y uso del agua. Así, por ejemplo, la CONAGUA encargada de transferir recursos a las 32 entidades federativas para apoyar el desarrollo de acciones para el acceso, disposición y saneamiento del agua, tuvo una disminución del 30% de 2018 a 2024.
El recurso destinado por parte de la Federación para CONAGUA disminuyó de 2018 a 2019 un 80%.
El Programa PROAGUA que apoya el fortalecimiento e incremento de la cobertura de los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento que prestan los organismos a los municipios y entidades federativas disminuyó en un 52% de 2018 a 2024.
A nivel local, destaca el Estado de México la entidad más poblada del país cuyo crecimiento debe ser ordenado porque constituye también un factor de desestabilización del consumo de agua. Respecto a su presupuesto para 2024 recibió un 18% menos que en 2023.
Sin embargo, quizá lo más importante en lo inmediato es ser conscientes de la realidad que ya nos alcanzo y que, toda la población debemos de enfrentarla empezando por que, en lo individual, hagamos consciencia de este vital líquido, la cuidemos, reportemos fugas de agua, reclamemos a nuestros vecinos cuando la desperdician, usemos racionalmente el agua para nuestro consumo propio, deben generarse políticas públicas para la cosecha de lluvia, se deben rehabilitar pozos e instalar plantas de tratamiento de agua, entre otras.
El cuidado del agua representará una de nuestras mayores aportaciones a las siguientes generaciones, de lo contrario, estaremos ahorcando a las sociedades, a su porvenir y a su óptimo desarrollo.