El año 2024 será recordado por nosotros y generaciones venideras como un año en que la cólera era un signo de los tiempos. No es que antes no hayamos vivido tiempos de ira entre los mexicanos. No, solamente que este año habrá elecciones en un momento convulso desde el poder en el que la descalificación es el arma arrojadiza que enciende pasiones… en un sector. La gente de a pie sufre de otras violencias: la criminal, particularmente; el dolor de no poder tener una mediana atención médica, y el hecho de que las desigualdades prevalecen.
El periodismo de hoy enfrenta los embates del poder político y del poder criminal. Muchas veces con vasos comunicantes entre ambos, difíciles de alumbrar para exhibirlos como se debe. Pero es un hecho que el mayor número de periodistas, mujeres entre las víctimas, ha ocurrido en estos tiempos en los que la cólera es la voz cantante (https://alianzademediosmx.org/noticias/proteccion-y-justicia-para-periodistas-la-deuda-del-gobierno-de-mexico-ai-y-cpj/1720).
La libertad de expresión ha sido víctima también de estos tiempos de cólera. En muchos frentes hay una franca división y el choque entre colegas a veces se manifiesta de manera triste: la batalla, por llamarle de algún modo, debiera ser por ganar la mejor nota o la mejor investigación.
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Aunado al embate desde el poder (político o criminal), el periodismo se enfrenta, como siempre ha sido, a retos descomunales: el modelo de negocio y la innovación. En esta segunda aparecen, por ejemplo, la Inteligencia Artificial, a la cual no hay que temer, hay que usarla en nuestro beneficio como siempre que hay nuevas herramientas. El periodismo, como decía Herodoto, es volver a los orígenes: contar lo que se ve desde los ojos profesionales del periodista. Eso siempre será incómodo para el poder, para los poderes. Y no cambiará.
El periodista tiene como tarea relatar el acontecer, revelar lo que alguien no quiere que se revele, con apego a criterios éticos. Desde cualquier trinchera.
Los tiempos que se viven, de elecciones en las que todo parecer estar escrito y escriturado, el ojo del periodista acerca los hechos a las y a los ciudadanos para que tomen una decisión a la hora de estar frente a la boleta electoral. Y hacernos cargo, todos, de ese ejercicio. Porque al final del día el periodismo prevalecerá independientemente de las personas que gobiernen, pero acompañarlas desde una visión crítica nos dará un mejor país. Independientemente de partidos políticos, de colores, el periodismo sobrevivirá a estos tiempos en los que la cólera a veces obnubila. Faltan menos de 80 días para la elección. ¿Qué vamos a hacer después de esa fecha? ¿Qué país nos imaginamos?
Punto y aparte. A finales de abril, el Pleno de la Corte discutirá cuatro proyectos que anulan las reformas del llamado Viernes Negro del Senado en abril de 2023, cuando Morena y sus aliados pasaron en fast track cambios a veinte leyes. Es un primer paquete, en donde no están algunas que ya inquietan al oficialismo: la supresión de los Órganos Internos de Control.
Punto final. La Sedena se consiente. Quiere 58 millones de pesos para darle una enchulada a su centro ecuestre en el Campo Militar No. 1. A lo mejor se lo merecen para estar bien capacitados en tareas cotidianas.