XÓCHITL GÁLVEZ Y CAYETANA ÁLVAREZ DE TOLEDO

Después no digan que Xóchitl no les avisó

Cuando a Xóchitl le preguntaron su posición sobre el derecho al aborto, ella contestó que ahora tenía que respetar diferentes posiciones; nos preguntamos ¿los principios son mutables? | Graciela Rock Mora

Escrito en OPINIÓN el

En X –antes TwitterXóchitl Gálvez derrochó miel por la política española Cayetana Álvarez de Toledo, “Gracias por inspirar con tu mensaje”, le posteó, además de reiterarle su aprecio y reconocimiento.

Una puede tener reconocimiento o aprecio por mucha gente, incluso con quien no coincide en ideas, y que eso no signifique nada sobre sus planes para el país. Pero estos son tiempos electorales y los mensajes son planeados y medidos; por lo que no pasa desapercibida la inconsistencia entre los que ha lanzado en los últimos días la candidata de la Coalición Fuerza y Corazón por México y su dispendio de admiración por quien se siente cómoda en la descripción de “facha”.

La señora Álvarez de Toledo no es ajena a estar en el centro de emociones fuertes, tanto que fue casi sacada de su partido, el –cada vez más– derechista Partido Popular, por pelearse con todo el mundo, y no por los buenos motivos, sino porque les acusó de blandos frente al independentismo catalán, pero también frente al feminismo. El caso de Álvarez de Toledo es ese de ser más papista que el papa, ella ha dicho que eligió ser española (nacionalidad que obtuvo en 2007), y ahora le parece que la autodeterminación nacional debe ser impedida “incluso por la fuerza”.

La directora del área internacional de la FAES (esa Fundación “de análisis” que esta misma semana sigue insistiendo que Aznar y su gobierno no mintieron al acusar a ETA de los atentados del 11M en Atocha), fue portavoz de su partido en el Congreso español y excandidata por Barcelona (ciudad donde ni vivía, ni le importaba), es historiadora por Oxford, columnista de El Mundo y aristócrata. Nadie podría acusarla de simple o de tonta, y sería un error hacerlo. Es, también, una liberal de derechas para temer.

Se autodenominó “feminista amazona” cuando llamó “disparate” a la huelga feminista de 2018, mensaje en el que también dijo que no existe una ideología machista y que el feminismo busca que todas las mujeres se victimicen. Ha insistido en que la “verdad” es decir que “es islam no es una religión de paz” o que el “Estado hace muy bien en impedir, incluso por la fuerza, que una viejecita vote en un referéndum ilegal”, refiriéndose a la brutalidad policial contra personas que se encontraban en colegios electorales durante el referéndum organizado por los partidos independentistas en Cataluña.

En el discurso que Álvarez de Toledo ofreció en Puebla hace unos días, ese que tan inspirador le pareció a Xóchitl, retomó su idea de la victimización como una suerte de engaño que los activismos imponen sobre, en este caso, los jóvenes. Para Álvarez de Toledo, reconocer violencias sistémicas de clase y género no es más que una victimización disparatada, que se resuelve con una buena dosis de echaleganismo, y quizá, como ella, con un título nobiliario. Quizá Cayetana también tuvo que vender gelatinas antes de ser marquesa.

Cuando a Xóchitl le preguntaron, ya siendo abanderada del Frente Amplio, su posición sobre el derecho al aborto, ella contestó que ahora tenía que respetar diferentes posiciones. Los principios son mutables, al parecer, dependiendo de las probabilidades que tengas de ser presidenta. Quizá también, su interés en el respeto a las lenguas indígenas pierde un poco de valor cuando habla con su amiga Cayetana, quien considera adecuada la desaparición de las lenguas co-oficiales en España a favor de la unificación al castellano; o quizá su discurso a favor de la economía social se desdibuja un poco cuando escucha a Álvarez de Toledo decir que “no hay nada más social que el capitalismo”.

Y así como hubo quien se sorprendió o se decepcionó al escuchar a Xóchitl Gálvez desmarcarse de la lucha de las mujeres por la autonomía sobre sus cuerpos, habrá quien se sorprenda cuando la candidata quiera adelantar por la derecha y termine diciendo, en orgullosa inspiración, “si no te llaman facha, no eres nadie”. Pero ahí está, para quien quiera ver, ya está avisando.

Graciela Rock Mora

@gracielarockm