CAMPAÑAS ELECTORALES

Claudia, Xóchitl o tu ex, ¿quién es más tóxico?

En esta campaña electoral, y siempre, menos “amiga date cuenta”, y más “candidatas, cuál es su posición y propuesta política sobre derechos sexuales y reproductivos, laborales, y el Sistema Nacional de Cuidados”. | Graciela Rock

Escrito en OPINIÓN el

Estamos en esa temporada en que te empalagan con (falsas) promesas, en que te aseguran que te van a bajar la luna y las estrellas si les dices que sí, en que te juran que eres lo más importante y que harían lo que fuera por ti. Y no, no estoy hablando del Día de San Valentín, sino de las campañas electorales, donde las candidatas –y un señor nadaqueveriento, pero que jura que las trae a todas (las encuestas) locas por él– están haciéndonos más love bombing que tu match intenso de Tinder, ese que te manda fotos íntimas no solicitadas y te dice que tiene muchas ganas de presentarte a su mamá. 

Y es que, así como los manipuladores emocionales, las y los candidatos hacen su mejor esfuerzo de bombardearnos con promesas y muestras de que quieren lo mejor para nosotras -las votantes– nos ofrecerán planes de un futuro juntos, endulzado y exagerado, donde darán su palabra de honor de defender nuestro amor-voto a toda costa: “La 4T es feminista”, “Yo me reconozco como feminista”, “Abortar es una decisión individual de la mujer” nos dicen en entrevistas y mítines; y si estuvieran frente a nosotras tomarían nuestras manos y viéndonos a los ojos nos dirían con voz melosa “Soy una mujer, tú eres una mujer ¡es el destino! ¡es histórico! vota por mi y seamos feministas juntas”. 

Esta etapa de idealización se construye con una campaña incesante de palabras e imágenes que nos venden un producto “ideal”. Por fin, lo que siempre hemos deseado, un político no corrupto, una candidata cercana a nosotros, una presidenta que nos salvará de todos nuestros problemas con “honestidad”, “amor”, “compromiso”; y queremos creerles, así que nos convencemos de que esa persona es nuestra alma gemela, perdón, que es la candidata que México esperaba y nos lanzamos como si estuviéramos en una película de Nora Ephron y ella estuviera por tomar un avión hacia España… para reunirse con el peor de tus ex (presidentes).   

Pero, somos feministas, ¿qué hemos aprendido en todas esas lecturas, conversatorios, mesas de debate y círculos de sanación sobre el amor romántico/creerle a un candidato presidencial? Que, sin falta, llegará la “fase de devaluación”, esa donde la persona a la que le creíste todo y te hizo sentir que ahora sí era la buena, empieza a cambiar. Aquellas promesas empiezan a matizarse “Soy feminista…pero no apoyo la violencia”, “[sobre el derecho al aborto] estoy obligada a respetar diferentes visiones”, e inicia el chantaje y el gaslighting “las mujeres que no quieren [lo que yo quiero], en el fondo son profundamente racistas y clasistas”. Expertas de la UNAM previenen que lo peligroso de la fase de devaluación es que a pesar de reconocer que nos están dañando, es muy difícil salir de ahí; y si a tu ex lo pudiste dejar, en el caso de la próxima presidenta de México, va a ser peor que Julia Roberts intentando huir de una casa en la playa, tendremos que aguantarnos al menos seis años.

Finalmente alcanzaremos la etapa de descarte, que puede ser la más tóxica, pues la polarización es tal que te alejas de amigos y familia, “¡vendida!” “¡pasquín!” “¡conservadora!” “¡feminazi!”; todo insulto vale para defender a tu elegida, convencerte que tomaste la decisión correcta, aunque todo siga, literalmente, terrible. Si tenemos suerte, después de esa tóxica relación, la entonces expresidenta nos hará ghosting colectivo, podremos bloquear los spots, silenciar las menciones y aceptar que, así como el amor romántico, las y los políticos ideales no existen, e intentar algo distinto con el siguiente match

En esta campaña electoral, y siempre, menos “amiga date cuenta”, y más “candidatas, cuál es su posición y propuesta política sobre derechos sexuales y reproductivos, laborales, y el Sistema Nacional de Cuidados”. No habrá segunda cita, pero… 

Graciela Rock

@gracielarockm