En el país, la población en edad escolar (0 a 23 años) presenta mayor incidencia de pobreza que la población total. El 43.4% de la población en edad escolar vive en pobreza, esto es 7.1 puntos porcentuales más que la población total. Ante ello, las becas educativas son una valiosa herramienta para mitigar las vulnerabilidades y los riesgos a los que está expuesto este grupo.
En el país, se han incrementado los recursos para becas, así como el número de becarios; sin embargo, su cobertura continúa siendo baja y su asignación requiere de una mayor progresividad por decil de ingresos y de tomar en cuenta los grupos de edad.
Para 2024, el 9.3% del presupuesto público para educación se destinaría a becas. Este monto se conforma por cuatro Programas Presupuestarios (PPs): Beca Universal para estudiantes de Educación Media Superior (EMS) Benito Juárez; Jóvenes Escribiendo el Futuro; Programa de Becas Elisa Acuña y Programas de becas Educación Básica (EB) para el bienestar Benito Juárez. Estos recursos aumentarían 14.8 % respecto a 2023, debido al incremento de 13 mil 271 millones de pesos (mdp) en el Programa de becas de EB.
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De 2018 a 2024 los recursos para becas se han duplicado, al pasar de 53 mil 510 mdp a 102 mil 958 mdp. Este aumento corresponde al cambio en el esquema de asignación, pues a partir de 2019, el Gobierno Federal optó por “becas universales”, con lo que amplió la cantidad de hogares que reciben estos apoyos, y dejó de lado el otorgamiento por carencias económicas, como sucedía con el Programa de Inclusión Social PROSPERA.
La cobertura de becas es limitada y diferenciada por grupos etarios y nivel de ingresos: dos de cada 10 estudiantes de escuelas públicas recibieron una beca. La universalización de becas educativas en el país ha beneficiado a las y los adolescentes, en 2022, 3.22 millones de adolescentes de 13 a 17 años fueron beneficiarios de una beca educativa; 3.8 veces la cobertura para las infancias de 3 a 5 años (395 mil 520 personas).
La infancia es el grupo de mayor incidencia de pobreza, de menor asistencia escolar y el menos beneficiado por las becas. Solamente 66.6 % de la población de 3 a 5 años asisten a la escuela. Para estas infancias, la pobreza adquiere un carácter acumulativo, pues genera una mayor probabilidad de continuar y experimentar pobreza en la adultez. Además, vivir esta situación en la niñez puede tener efectos irreversibles.
Aunque los adolescentes son el grupo de edad con más becarios, estas no se concentran en la población de menores ingresos, ya que el 43.5% del sector de menores recursos recibió una beca, contra el 40.3% de mayores recursos.
Las becas permiten ayudar financieramente a las personas para que puedan seguir sus estudios o concentrarse en ellos cuando estas se dirigen a estudiantes de menores ingresos.
Además, es necesario que esta política se acompañe de una mejora en la calidad de la enseñanza mediante educación remedial, estrategias pedagógicas, infraestructura educativa y formación docente para garantizar una educación de calidad a lo largo de toda la vida. Para alcanzar este ideal es imperativo que el sistema educativo cuente con los recursos suficientes y haga un uso eficiente de ellos. Para conocer más sobre este tema consulta https://ciep.mx/Ez97.
*Alejandra Llanos Guerrero
Coordinadora de educación y finanzas públicas
Licenciada en Economía por la Universidad de Guanajuato. Realizó sus prácticas profesionales en el Banco Interamericano de Desarrollo, sede Washington DC, donde mejoró sus habilidades de investigación económica y manejo de bases de datos. A lo largo de la licenciatura fue asistente de investigación, impartió los laboratorios de Econometría y fue finalista del Reto Banxico 2018. Entre sus principales intereses se encuentran los temas de desigualdad desde una perspectiva de derechos. Actualmente colabora en el CIEP como coordinadora del área de educación y finanzas públicas. Trabaja para que todas las niñas y niños de México tengan acceso a una educación de calidad.