La Organización Social del Cuidado es la forma en la que la sociedad hace frente a las labores de cuidado (de primeras infancias, niñas y niños, personas con discapacidad y personas adultas mayores), cómo de distribuyen los cuidados entre los principales agentes económicos: las familias, el Estado y el mercado. La actual organización social del cuidado es desigual e inequitativa, la carga de cuidados es absorbida por las familias, principalmente por las mujeres, y de manera no remunerada.
Según la Encuesta Nacional para un Sistema de Cuidados (ENASIC) hay 22 millones de personas mayores de 15 años que se identifican como cuidadores principales (persona encargada de dar los cuidados más importantes a alguien que lo requiere). De ellas, el 87% son mujeres y el 13% hombres.
Esta distribución desigual de los cuidados, tiene repercusiones en términos laborales y de salud mental y estrés para ellas. El 51% de las mujeres cuidadoras principales son activas económicamente, mientras que el 83% de los hombres cuidadores principales lo son. Esta diferencia sugiere que los hombres cuidadores mantienen su relación con el mercado laboral mientras que, para las mujeres cuidar se convierte en un trabajo de tiempo completo.
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Frente a una sociedad que envejece, una mayor incorporación de mujeres al mercado laboral requiere construir una nueva organización social del cuidado. Esta debe basarse en tres principios fundamentales: reconocer, reducir y redistribuir las responsabilidades de cuidado. Entre las estrategias principales para lograr una distribución más equitativa de estas labores se destaca la implementación de un Sistema Nacional de Cuidados (SNC), que permita precisamente redistribuir dichas tareas entre los diferentes actores económicos.
Actualmente existen 12 programas presupuestarios que abonan a los cuidados de seis grupos de la población. En conjunto, suman 44 mil 870 mdp que equivalen a 0.7% del gasto programable del presupuesto aprobado para 2024. No obstante, el 40.8% de este presupuesto se dirige a población con seguridad social. El grupo al que se destina el mayor presupuesto es la primera infancia con seguridad social, mientras que el que recibe la menor cantidad de recursos son: Mujeres e Hijos y personas con discapacidad.
Además, se observa una transformación en la política pública que pasó de brindar servicios de cuidados a brindar transferencias monetarias, lo que se relaciona con una disminución en términos reales, del 21.7% del presupuesto para cuidados (comparado con lo ejercido en 2017). Esto se debe a la eliminación de las Escuelas de Tiempo Completo y el cambio de modalidad de las Estancias Infantiles al programa de Apoyo para el Bienestar de Madres Trabajadoras. Aunque esta última transformación no contribuye a reducir y a redistribuir los cuidados, sí incide en la remuneración.
La planeación e implementación de un SNC se configura en una política pública urgente y necesaria que cumpla con las funciones de remunerar, redistribuir y reconocer los cuidados. De acuerdo con ONU Mujeres, un SNC se compone de la creación de nuevos servicios, ampliación de la cobertura, formación para trabajadores remunerados y no remunerados, un marco legal y regulación de políticas. En este sentido, desde CIEP reforzamos la importancia de asignar un presupuesto específico para estos componentes desde el Presupuesto de Egresos de la Federación.
*Tania Beltrán Castillo | Investigadora. Economista por la Universidad Nacional Autónoma de México, con estudios en la Universidad de Toulouse II-Le Mirail (Francia). Durante la licenciatura formó parte del Equipo de Debate de la Facultad de Economía y fue ayudante de profesor SNI III para la clase de Investigación y Análisis Económico en la misma Facultad. Ha colaborado en el Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED-UNAM) en investigaciones en temas de desigualdad, desarrollo económico y género. Obtuvo el primer lugar en el concurso de ensayos La Economía Mexicana a Debate en su segunda edición. Actualmente colabora en el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria en temas de Economía de los Cuidados. Considera que para alcanzar el desarrollo es necesario poner en el debate los temas de género y cuidados.