Podían verse filas de cientos de trabajadores formados, entre académicos y administrativos, durante el 1º y 2 de febrero de 2024, para expresar su voto a favor o en contra del Convenio de revisión contractual y salarial que firmó, el pasado 16 de enero, el Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM) y la representación de dicha Universidad.
Algunos trabajadores tuvieron que esperar más de media hora para ejercer su derecho a votar, pero ahora de manera secreta, incluidos en la consulta por primera vez los no afiliados al SITUAM, al ser beneficiados también por el Contrato Colectivo de Trabajo.
A pesar de que habían recibido, tanto afiliados o no afiliados al Sindicato, en sus correos electrónicos y de manera física, el contenido del convenio que se votaría en la consulta, algunos llegaron a considerar, de manera incorrecta, que las palabras SÍ o NO en letras grandes que contenía la boleta de votación, eran para preguntar su aceptación o negativa para llevar a cabo una huelga.
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Los trabajadores, después de depositar su voto en la urna, se dirigían al primer compañero que encontraban y presumían de manera festiva que habían votado por el NO para evitar la huelga. Su compañero más informado le expresaba que estaban en un error, porque el voto negativo significaba no aceptar el convenio firmado por el Sindicato y le daba potestad a este de prorrogar o estallar la huelga; en cambio, votar por el SÍ significaba impedir o evitar la huelga y aceptar los incrementos propuestos por la autoridad universitaria.
Aunque fueron hechos aislados y esos trabajadores aceptaron incluso no haber abierto sus correos electrónicos y no haber leído con detenimiento los mensajes explicando el motivo de la votación, sirve esta experiencia, para los afiliados y no afiliados de este sindicato y para otras organizaciones sindicales, para prestar mayor atención y dar una explicación más clara del porqué del voto.
De acuerdo con el reporte que dio a conocer la dirección del SITUAM a la medianoche del dos de febrero de 2024, fueron 4 mil 966 los votos emitidos en total, de los cuales 3 mil 956 (79.66%) fueron en favor del Convenio y 995 (20.34%) en contra del convenio.
Si bien es cierto que se puede pensar que la alta votación aprobando el convenio de revisión contractual se dio por la participación inusitada de los no afiliados al SITUAM, todo parece indicar que este porcentaje tan alto no estuvo relacionado con la filiación sindical.
Hay datos paralelos que permiten reflexionar en otro sentido. El SITUAM casi al mismo tiempo solicitó la revisión contractual, que incluyó salarios y clausulado, y en otro emplazamiento a huelga reclamó el cumplimiento del Contrato Colectivo en el que se alegaron más de un centenar de violaciones al antes señalado.
Ante una serie de propuestas que hizo la autoridad universitaria, el Comité de Huelga, órgano facultado por medio de delegados para decidir si se estallaba la huelga o no, y en el que participaron únicamente representantes de los afiliados sindicales, expresó en la noche del 1º de febrero, 212 (87.6%) votos por un NO al paro de labores y 30 (12.4%) por un SÍ.
Estos datos llaman la atención porque, si bien es cierto que los motivos de la votación eran diferentes, las expresiones por la negativa de la huelga fueron contundentes en uno y otro caso, pero mayor rechazo en el de los sindicalizados.
Para definir la revisión contractual, el rechazo a la huelga fue de 79.66% (en el que se incluyeron los no afiliados), y en la votación llevada a cabo exclusivamente por afiliados sindicales en materia de violaciones al Contrato Colectivo, el rechazo a la huelga fue de un 87.6%
Aunque habrá otros espacios para analizar estos fenómenos en los que por primera vez participaron trabajadores por medio del voto secreto en esta organización universitaria para aprobar o no una revisión contractual, incluyendo a los no sindicalizados, los resultados dan pistas de los nuevos retos del quehacer sindical más allá de los espacios gremiales.
No debe ocurrir, como ya lo reflexionaba Platón en su Alegoría de la Caverna, que sólo miremos en nuestro mundo interior las sombras de lo que ocurre en la realidad externa. Son pocas las organizaciones sindicales y también escasos los contratos colectivos en el mundo del trabajo en México, apenas un 12.7%, a pesar de la reforma laboral. La observancia y los proyectos deben romper los esquemas cerrados del gremialismo de antaño.
Es necesario entender que una mayoría de trabajadores es ajena a los sindicatos, a su forma de organización y trabajo; es tiempo de abrir nuevos esquemas de inclusión, de proyectos con una visión social más amplia y no sólo gremial.
El poder colectivo de los trabajadores es aún más efectivo cuando se escuchan varias voces; cuando la comunicación y su alcance es tal, que la consulta y los acuerdos obtenidos son el resultado de votos debidamente informados y conscientes de los efectos de preferir un SÍ o un NO.
Una visión más abierta fortalece la legitimidad social y construye puentes para avanzar con eficacia en la consecución de metas colectivas de los sindicatos.
Nuevas formas de trabajo, menos sectarismos, organizaciones sindicales con miras más altas, y refundarlas, para que sus proyectos alcancen a todos los trabajadores.