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Guerra en Ucrania, inicia el tercer año

Al iniciar el tercer año de guerra en Ucrania acerquémonos a analizar qué ha sucedido y tratemos de vislumbrar lo que vendrá en los próximos años. | Rubén Beltrán

Escrito en OPINIÓN el

Al iniciar el tercer año de guerra en Ucrania el mapa muestra un estancamiento del frente de guerra, señala una larga línea de contacto de cerca de mil kilómetros que no se ha movido en más de un año, estamos ante una guerra de desgaste, de posiciones; no, nos dejemos llevar por la aparente inmutabilidad del mapa, a ras de tierra se suceden feroces combates.  Acerquémonos a analizar qué ha sucedido y tratemos de vislumbrar lo que vendrá en los próximos años. 

A partir del 24 de febrero de 2022, al inicio de la invasión, las fuerzas rusas avanzaron rápidamente  desde el sur, este y norte de Ucrania; esta rápida progresión se perdió a las pocas semanas. Todos atestiguamos como hacia la mitad de marzo de 2022, una larguísima columna de blindados rusos que avanzaban desde Bielorrusia hacia Kiev fue parada en seco; una combinación de catastróficos errores rusos de logística y una enérgica defensa ucraniana fueron el preludio de una campaña en la que pronto se hizo evidente que la tan cantada asimetría entre ambas fuerzas combatientes no sería el factor decisivo de la guerra, la guerra no duraría semanas, me dije, pero tampoco pensé que serían años. El final de esta guerra, señalé entonces, no será como lo proclaman las posiciones maximalistas en pugna, se irá produciendo lentamente y no se determinará por la victoria militar de ninguna de las partes en conflicto. El final no dejará plenamente satisfecha a ninguna de las partes. 

Sin embargo, recuerdo que en febrero de 2022, escribí en este espacio que Rusia había perdido una primera batalla, la batalla por la narrativa, no me equivoqué. 

El costo humano

Muy pronto al inicio de la invasión la pesada factura humana se hizo evidente. A la fecha, de acuerdo con cifras de ACNUR, más de 6 millones de ucranianos dejaron su país y la gran mayoría encontró refugio en países europeos vecinos, aunque un número importante llegó a otros países como los Estados Unidos y Canadá. Por otro lado, las Naciones Unidas estiman que Ucrania tiene más de 5 millones de desplazados internos. La guerra ha producido también miles de bajas en la población civil, de acuerdo con distintas estimaciones, en dos años de conflicto, más de 10,000 civiles han muerto, mientras que los heridos son alrededor de 20,000. 

Por otro lado, las bajas en el campo de batalla son difíciles de estimar(*), pero de acuerdo con distintas fuentes consultadas, podría decirse que el conflicto ha causado ya más de medio millón de bajas en ambos bandos. Rusia habría sufrido ya más de 300 mil bajas, es decir, unos 100 mil, muertos y más de 200 mil heridos. Ucrania, por su parte, tendría unas 200 mil bajas, que se traducirían en más de 70 mil muertos y más de 120 mil heridos. Evidentemente, la información que proviene de las partes minimiza sus propias bajas y maximiza las contrarias. 

Las ciudades, espacios de guerra

La guerra de posiciones ha llevado a cruentas batallas que se han desarrollado durante meses; varias ciudades han constituido objetivos que se han convertido en escenarios paradigmáticos de la guerra, objetivos que se han disputado por su valor estratégico o por representar un enclave simbólico. Por una u otra razón, Mariúpol, Bakhmut y más recientemente Avdiivka, han sido objeto de una lucha encarnizada que se ha prolongado durante meses, estas ciudades, como otras, han quedado reducidas a escombros. Las imágenes parecen escapar de los archivos fílmicos de las grandes guerras del siglo pasado. 

La evolución de la contienda a una guerra de posiciones llevó al ejército ruso a construir una gran línea de defensas fortificada rodeada de campos minados que en mucho contribuyeron a la contención de la contraofensiva ucraniana de junio pasado. La línea Surovikin. El objetivo es claro, retener el territorio. 

Game of drones 

La guerra se desarrolla también sobre varios ejes de innovación: por primera vez la inteligencia de fuentes abiertas (OSINT, por sus siglas en inglés), ha puesto en el dominio público información de primera mano que permite seguir el progreso de la contienda; empresas privadas como Maxar, proveen de información de logística e inteligencia que llegan al público en general mediante publicaciones de amplia circulación. Del mismo modo, centros privados especializados en análisis estratégico e inteligencia, como el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés), pueden difundir con mayor precisión un análisis detallado de lo que acontece en el frente e incluso divulgar trabajos de análisis prospectivo de la contienda.  La inteligencia proveniente de fuentes abiertas irrumpió en nuestra sociedad de manera inesperada, una disrupción no anticipada. Las partes en contienda utilizan esta información como parte de la propaganda de guerra. 

En el terreno, la guerra también está siendo un campo de experimentación: la irrupción de los misiles hipersónicos y la aparición de estrategias más sofisticadas y agresivas de interferencia electrónica de las comunicaciones son factores de contraste en una contienda cuyas imágenes recuerdan las guerras de trincheras

Sobresale en este enfrentamiento el uso masivo de modernos drones de combate, ya no sólo los destinados a la observación de tropas y de infraestructura, sino de modelos "kamikaze" con capacidad de transportar cargas explosivas y que poseen una autonomía de vuelo que puede llegar a varios cientos de kilómetros. Notable resulta la utilización por parte de Ucrania de los llamados drones marinos, naves no tripuladas que han ejecutado con éxito ataques a embarcaciones e infraestructura portuaria rusas en el Mar Negro y el Mar de Azov. 

El sábado 24, la agencia Reuters publicó En la línea del frente de Ucrania: dos años después, un podcast que da voz a soldados ucranianos que comparten sus experiencias en el frente, esta sería una traducción libre de un fragmento: "En el campo de batalla sabes que estás siendo observado, que el cielo está poblado de ojos que no ves (...) peleas contra un enemigo al que no le ves el rostro y vives con el temor de que en cualquier momento puedes morir por un obús, un misil, la explosión de un dron o al pisar una mina..." 

Triple aniversario en febrero: de 2022, de 2014 y de 1990

La mayoría en la comunidad internacional percibe esta guerra como si hubiera iniciado el 24 de febrero de 2022; debemos recordar que el primer capítulo armado de este enfrentamiento se inició en febrero de 2014 y derivó en la anexión de Crimea, la declaración de independencia de Donetsk y Lugansk y los fallidos acuerdos de Minsk. 

Si analizamos el origen del conflicto, la guerra que hoy vivimos es el resultado directo de la incapacidad de los actores que se involucraron en el proceso de Minsk (Alemania, Francia, la Unión EuropeaEstados Unidos, Ucrania, Rusia y los separatistas se Donetsk y Lugansk), para encontrar una solución de fondo a diferendo que se inició hace 34 años, en torno a la expansión de la OTAN con motivo del proceso de reunificación de Alemania. Para propósito de este texto, sólo recordemos la famosa cita del secretario de Estado estadounidense James Baker cuando ofreció al entonces Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética, Mikahail Gorbachov, en el sentido de que la OTAN no se expandiría hacia el este"ni una pulgada más.". Ese es el tercer aniversario que el calendario señala, el 9 de febrero de 1990. 

El desgaste y la fatiga impactan a todas las partes involucradas

El tercer año de guerra inicia con un notorio desgaste que se manifiesta no sólo en las líneas de combate y en la mermada capacidad que Ucrania muestra para enviar tropas de refresco al frente, sino que también se pone de relieve en el tremendo coste que impone a las economías de Occidente la factura de apoyo a Ucrania en materia financiera, de suministro de material bélico y otros tipos de asistencia. Ante los vaivenes del humor político en Estados Unidos y la convicción de que Rusia representa una amenaza directa para la seguridad de Europa, los países de la Unión Europea han decidido otorgar un nuevo paquete de ayuda financiera a Ucrania por más de 50 mil millones de euros, al tiempo que a lo interno han procedido a incrementar de manera sustancial su gasto militar e iniciar un proceso de rearme que es particularmente destacado en el caso de Alemania. No son pocos los analistas que prevén la creación de una fuerza militar europea independiente de la OTAN. Recientemente la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, sintetizó el ánimo europeo: "Sin importar lo que pase en Estados Unidos, Europa debe de aprender a defenderse sola. Ucrania es Europa”.  

Ante la posibilidad de que la solución final a la guerra implicara que Ucrania no pasaría a formar parte de la OTAN, numerosos países de Occidente están procediendo a firmar acuerdos de asistencia económica y cooperación con Ucrania, hasta ahora lo han hecho el Reino Unido, Francia, Alemania y el sábado pasado, lo hicieron Italia y Canadá. 

Sin embargo, a la fatiga social y al abultado costo que los apoyos occidentales han causado en la economía y entre la población de los países europea y de los Estados Unidos, las resistencias políticas se han exacerbado y, en los hechos el flujo de ayuda militar a Ucrania ha disminuido. Es particularmente notable el bloqueo que los legisladores republicanos han hecho del último paquete de ayuda que Biden ofreció a Zelensky. Ello se refleja en las capacidades ucranianas desplegadas en el frente. 

Los analistas señalan que el optimismo de la población de Ucrania también se ha visto menguado y Zelensky ya ha comenzado a sentir muestras de una disidencia que pudiera agravarse en los meses que vienen. La decisión de reemplazar al popular general Valeri Zaluzhni, comandante general de las fuerzas ucranianas por el general Oleksandr Sirski, originó muestras de inconformidad en la sociedad. 

Para Rusia, el panorama hoy parece más favorable. La reciente victoria rusa en Avdiivka y las dificultades que enfrenta Ucrania en términos de renovación tropas en el frente y de suministro de municiones y de equipo, hacen que en este momento la balanza pareciera inclinarse a su favor. Nadie puede asegurar de que se trate de una evolución que altere definitivamente la guerra, pero para Rusia se trata de una condición muy oportuna a la llegada del tercer año de guerra y en vísperas de las elecciones presidenciales rusas. Nadie, por otro lado, duda de la reelección de Putin quien, según el análisis del New York Times del sábado pasado, goza de una muy alta popularidad. 

Los analistas del New York Times y de The Economist, subrayan que Rusia ha logrado crear con éxito una economía de guerra que le ha permitido crecer y financiar el enorme gasto de guerra que hoy representa un tercio del gasto total. El empleo ha subido también  aunque la economía se puede sobrecalentar. 

Rusia ha sabido capotear el impacto de las sanciones y ha realizado un vuelco de sus exportaciones al este, particularmente a Turquía, la India y en especial a China. Con estos últimos se ha creado un esquema de compensación de divisas de "circuito cerrado" que ha reducido la dependencia del dólar y del euro. No obstante, la dependencia económica de China será un factor que pesará en el futuro. El impacto económico de la guerra se dejará sentir más temprano que tarde. 

A nivel global, para Rusia el panorama es igualmente complicado, a pesar del origen histórico del conflicto y las explicaciones geopolíticas que podamos encontrar, una invasión es una invasión y con ello se violenta el orden internacional lo que la hace injustificable, condenable. Independientemente del resultado de la guerra, en los próximos años Rusia seguirá enfrentando un escenario hostil a nivel internacional, tanto en los organismos internacionales como en las relaciones bilaterales con Occidente. 

Sin embargo, Rusia seguirá siendo un país con intereses globales y con una capacidad bélica representada en armas nucleares, sólo equiparable a la de Estados Unidos

Panorama hacia el final del conflicto 

El final de esta guerra puede ser un nuevo "parche" que, como los Acuerdos de Minsk de 2014 y 2015, no esté diseñado a atender el origen del conflicto, no hacerlo, implicaría que éste resurgiría más adelante.  

De otra parte, pensar que la solución de este diferendo está en el cambio de régimen en Rusia, en la implosión que muchos pensaron que el avance de la columna de Prygozhin anunciaba, es una apuesta a lo improbable. 

Algunos analistas ven al final un acuerdo que deje a una Ucrania dividida a lo largo de la actual línea del frente. 

Algunos pensamos que puede haber líneas de negociación que pongan otros elementos en la mesa, como un acuerdo entre Kiev y Rusia que, salvo Crimea, (verdadera línea roja) y probablemente Donetsk y Lugansk, le conceda un estatus especial a los territorios de Kherson y Zaporiyia, que regresarían a Ucrania al amparo de un nuevo pacto constitucional. Sí, ello de alguna manera traería de regreso la arquitectura de los Acuerdos de Minsk. Un escenario que hoy parece poco probable. 

Hoy, las posiciones maximalistas de ambas partes auguran una guerra que nos llevaría más allá de 2024

Por otro lado, al final de esta guerra Europa se habrá rearmado y un nuevo tablero de seguridad europeo se habrá configurado. 

El final haría evidente el surgimiento de un mundo bipolar donde el bloque euroasiático quede confrontado con Occidente. Un grupo de países no alineados, que no cree en la unilateralidad de las sanciones, ni en las coaliciones al margen de la Carta de las Naciones Unidas, esos dos tercios del mundo, redoblarán esfuerzos por establecer un nuevo orden global más equitativo que cuente con contrapesos eficaces y establezca procesos de toma de decisión realmente democráticos. Un complejo proceso en el que países como México están llamados a participar de manera activa.  Nuevos retos aguardan a la comunidad internacional: las siguientes confrontaciones globales se darán en el teatro del Indo-Pacífico y en el Ártico. 

La guerra en Ucrania ha sido un conflicto del que todos están sacando sus propias lecciones. 

Tres puntos adicionales de confrontación parecen ineludibles: la estrategia para enfrentar la reconstrucción de Ucrania; los intentos que se darán para utilizar las reservas rusas congeladas para sufragar la reconstrucción, y los intentos por judicializar el post conflicto en la búsqueda de sentencias por crímenes de guerra

En todo caso, al final de este nuevo capítulo que puede llegar en este año o en el 2025, Rusia al voltear al oeste no tendrá una frontera normal que permita el tránsito eficaz de bienes y personas, se encontrará con una línea divisoria que se asemejará más a un frente de batalla. Esa cuña podría tardar generaciones en desaparecer. 

(*) El día de ayer Zelensky señaló que las fuerzas ucranianas habían registrado 31,000 muertes en dos años. Rusia, por su parte, ha informado que los muertos ucranianos son más diez veces mayores a las señaladas por el presidente de Ucrania, unos 380,000. En este documento utilizo las estimaciones de muertos y heridos de Estados Unidos y de la ONU

Rubén Beltrán

@RubenBeltranG