En los últimos años dos estados de la Unión Americana despenalizaron la posesión de sustancias controladas. Ambos casos no pueden ser más diferentes. En uno de ellos (Oregón) se hizo por medio de un referéndum (measure 110); mientras que en el otro caso (Washington), se concibió a través de un fallo de la Corte Suprema del estado.
En mi columna previa escribí sobre la medida 110 (measure 110), su origen y algunos resultados. La medida inició su vigencia en febrero de 2021 y en la actualidad se discute si está será reformada o se eliminará por completo. Si se llegara a penalizar nuevamente la portación de drogas controladas en Oregón, estaría llegando a su fin el último intento de despenalización vigente en Estados Unidos. Ya que, como comentaré posteriormente, en Washington, la despenalización sólo duró un par de años.
El estado de Washington se encuentra en el extremo noroeste de Estados Unidos. Está justo en la frontera con Canadá, en la costa del Pacífico, por encima de los estados de California y Oregón.
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A pesar de que en Washington no existía la voluntad política o una ley que despenalizara la posesión de sustancias controladas, este hecho se logró como consecuencia de una resolución de la Corte Suprema estatal. El caso en cuestión se conoce como State v. Blake (2021).
En 2016 Shannon Blake fue arrestada en el estado de Washington por un motivo ajeno a la posesión o consumo de drogas. Al momento de ingresar a la prisión, uno de los custodios notó que tenía una pequeña bolsa que contenía metanfetamina en sus pantalones. Debido a esto, se le imputó el delito (felony) de posesión de una sustancia controlada de acuerdo con el estatuto estatal RCW.69.50.4013. La imputada alegó que un amigo le había dado esos pantalones unos días antes y ella no sabía que había drogas en los bolsillos y que jamás había usado dicha sustancia. Se le encontró culpable, debido a que no había podido probar que portaba la sustancia de manera involuntaria y de acuerdo con el estatuto estatal RCW.69.50.4013, el delito de posesión de sustancias controladas era de responsabilidad objetiva (strict liability), por lo que le correspondía a la acusada probar que no tenía conocimiento de que portaba dicha sustancia.
El caso llegó a la Corte Suprema de Washington. En donde se analizó si el delito de posesión de una sustancia controlada contenido en el estatuto RCW.69.50.4013 –el cual era responsabilidad objetiva (strict liability)-, violaba el debido proceso del imputado. El estatuto obligaba al imputado a probar que se encontraba en posesión de la sustancia de manera involuntaria, lo cual era muy difícil, por lo que hacía de la posesión simple de sustancias un delito, a pesar de que la persona no supiera que estaba en posesión de la misma.
Esto llevó a que la Corte Suprema declarara la inaplicabilidad del estatuto RCW.69.50.4013 y, por lo tanto, no sólo Shannon Blake quedaba en libertad, sino todos aquellos que hubieran sido condenados por medio de dicho estatuto o se encontraran en proceso también podían solicitar la revocación de la sentencia o que se detuviera el procedimiento. Por lo que este fallo tuvo el efecto de despenalizar la portación de sustancias controladas en el estado
Con la decisión de la Corte Suprema, el día 25 de febrero de 2021, se declaró inconstitucional el estatuto RCW.69.50.4013 y el estado de Washington se quedó sin ley que penara la posesión de sustancias controladas. Por lo que, al no existir el delito de posesión de sustancias controladas, entonces la posesión quedaba despenalizada hasta que se aprobara otra norma para el mismo fin.
Después de un poco más de dos años, entró en vigor (1 de julio de 2023) la ley SB 5476, la cual volvió a penalizar la posesión de sustancias controladas en el estado de Washington. En esta ocasión se catalogó como una falta (misdemeanor) en lugar de un delito (felony). Además, de que antes de que alguien pueda ser imputado por un delito, es necesario que previamente se haya enviado a un servicio de tratamiento de adicciones en, por lo menos, dos ocasiones.
Por lo tanto, en Washington se despenalizó la posesión de sustancias controladas por dos años. Actualmente se ha vuelto a penalizar, pero las penas son menos severas.
En el tiempo en que duró la despenalización en Washington y de acuerdo con lo publicado por Spruha Joshi et al en la revista “JAMA Psychiatry” (2023), no aumentaron las muertes por sobredosis. Por otra parte, en un estudio publicado en la revista científica: “International Journal of Drug Policy” (2023) se llegó a la conclusión que si bien disminuyeron los arrestos por posesión en Washington, no disminuyeron el total de los arrestos, ya sea por delitos no relacionados a las drogas o por delitos violentos. Por lo que los investigadores concluyeron que esta medida disminuyó los arrestos por posesión, pero no por otros delitos violentos. Lo cual es un resultado importante, ya que es común la percepción de que si no se puede perseguir la posesión de sustancias, esto evita que se persigan otros delitos. En dicho artículo se concluyó que esto no sucedía. El hecho de despenalizar la posesión no evitaba que se persiguieran delitos violentos o más graves.
Por último, en el “Simposium sobre investigación relacionada a la medida 110 en Oregón”, celebrado el 24 de enero de 2024, se presentaron diversos resultados con relación a los efectos de la despenalización de la posesión. Entre estos resultados, el doctor Brandon del Pozo, de la Universidad de Brown, mencionó que como resultado de que se volviera a penalizar la posesión de drogas en Washington se vio un aumento de las muertes por sobredosis en el estado.
Todavía no es clara la relación que existe entre la despenalización de sustancias controladas y las muertes por sobredosis. Es un tema que se debe de seguir estudiando para saber si por medio de estas medidas se están poniendo en riesgo o protegiendo a la población. Los resultados mencionados por el doctor Brandon del Pozo son alarmantes, ya que es posible que la repenalización pueda aumentar las muertes por sobredosis.