El legado de Carlos Urzua (QEPD), es la congruencia y el compromiso con México. Así lo acreditó en su paso por la Secretaría de Hacienda en el gobierno del presidente Lopez Obrador, señalando despropósitos y ocurrencias contra la hacienda pública, separándose del cargo cuando se agotó el margen ante la manipulación de los programas sociales; apoyando la campaña de Xóchitl Galvez y acudiendo a la Marcha por la Democracia, el pasado domingo 18 de febrero.
Con esa convicción y determinación democrática, cientos de miles de ciudadanos salieron a las calles y plazas de nuestro país y de muchas ciudades del extranjero, para levantar la voz y exigir Voto Libre y la defensa de la democracia y la libertad.
El discurso de Lorenzo Cordova, único orador en la marcha, expuso los tres riesgos y amenazas a la democracia que hoy convocan a los ciudadanos libres a mantenerse en movimiento y a trabajar sin descanso para defender nuestras libertades cívicas.
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El avance del autoritarismo pone en riesgo las reglas y condiciones para votar en libertad. Así se denunció en el decálogo ciudadano: la intromisión de las autoridades en las elecciones, el uso indebido de recursos públicos para apoyar candidaturas, la inequidad en la cobertura de los medios; la utilización de los programas sociales con fines electorales, el uso de un aplastante aparato publicitario, la guerra de encuestas falsas y los intentos de cooptación de empresarios y líderes sociales son atentados manifiestos contra el Voto Libre.
Están en riesgo las instituciones democráticas, la autonomía del INE, la integración del INAI, la independencia de la SCJN, por citar las más relevantes; en defensa de la división de poderes, los ciudadanos exigimos que el presidente no se meta en la elección, que los gobernadores y alcaldes dejen de desviar dinero a la campaña oficial, que los medios refuercen la certeza de que los programas sociales están en la construcción y no se pueden quitar; que se respete la autonomía del INE y los tribunales, que se blinde el proceso electoral contra el crimen organizado, que se garantice la cobertura informativa y equitativa del proceso; que se respete el voto informado y razonado, que se privilegien las propuestas y que todos los mexicanos nos comprometamos en la observación y defensa del Voto Libre.
Se dijo fuente y claro, está en riesgo la Constitución. La pretendida ignorancia de la ley por parte del gobierno no exime su cumplimiento, la ley si es la ley, se gritó a voz en cuello durante la concentración. Respetar la Constitución es un imperativo categórico, de obligado cumplimiento para todos, es la expresión y el sustento institucional del pacto político de todos los mexicanos.
Ante estas amenazas y riesgos a nuestra democracia, la participación ciudadana se ha declarado en movilización permanente. Se trata de la defensa de nuestra nación, del bien superior de todos; de dejar claro que México no es el país de unos cuantos.
Si es para desmantelarla, la democracia no se toca. Defender y consolidar nuestra democracia es tarea de todos. La siguiente marcha es a las urnas, los pasos que siguen nos llaman a la participación de todos en las próximas elecciones, a cuidarlas y vigilarlas; y rechazar a quienes representan una amenaza a nuestra democracia. En suma, la ciudadanía tiene que apropiarse de las elecciones y garantizar el voto libre.