GOBIERNO

Morena: la unidad y el objetivo

El gran retro de Claudia era mantener el país de cuento de hadas de AMLO. | Julio Castillo

Escrito en OPINIÓN el

En 1975 Michel Foucault en su libro “Vigilar y castigar” dice que el “poder no es una institución, ni una estructura, sino una relación estratégica entre fuerzas; algo que está siempre presente en el ámbito social y que no necesariamente se concentra en un solo individuo o grupo” y se refiere a que básicamente el poder está en toda relación social y en constante disputa, y que mantener la cohesión en los grupos humanos requiere gestionar esas dinámicas de poder disperso, que son inherentemente inestables y susceptibles a cambios.

Morena, que es una fuerza política que no tiene una doctrina o una ideología clara y que podría ser calificada como “catch all” (los partidos “atrapalotodo” o “escoba” que no tienen mayor fin que tener poder y llegar al máximo número de electores y militantes) había mantenido su cohesión en la fuerza y el carisma de su líder López Obrador, pero ahora que no es visible y que dejó una serie de posiciones comprometidas con los de su confianza hay una pugna permanente que se refleja en las Cámaras (muy notablemente en el pleito de estos días entre Monreal y Adán Augusto) y en todas las instancias tanto de su partido como del gobierno, o dicho de otro modo, hay un vacío de liderazgo y de rumbo que no se ha podido llenar y que cada día que pasa generará más problemas. Algunos comentarios al respecto:

  • Cada vez se escuchan más voces dentro de los fieles de Morena que aseguran que Claudia Sheinbaum “no está pudiendo con el paquete” y no es de extrañarse. El gran reto que tenía era mantener el país de cuento de hadas que relataba López Obrador y que por alguna razón muchos le creían. No es que Claudia no pueda, al contrario, ha seguido todo igual: la violencia, la falta de oportunidades, el sistema de salud olvidado y cada uno de los temas que se venían cargando, con lo que no ha podido es con mantener la mentira porque a ella, a diferencia de a López Obrador, no le creen.
  • Las posiciones como la de la Rosa Icela Rodríguez al frente de la Secretaría de Gobernación quedan muy opacadas e inutilizadas. La función de la Secretaría es mantener la gobernabilidad, la estabilidad política y el orden constitucional y bueno… el chiste se cuenta solo. El lunes recorrió todos los medios la reunión de la presidenta Sheinbaum con Rosa Icela, Monreal y Adán Augusto. La falta de capacidad o de mando sobre quien ocupa la Secretaría de Gobernación hizo que la presidenta de la República tuviera que atender directamente lo que bien pudo atender la presidenta de Morena (Luisa María Alcalde que además ya fue secretaria de Gobernación) o en su caso Rosa Icela, pero no… tenemos que ver una imagen francamente triste de Adán Augusto (que también ya fue secretario de Gobernación) con cara de pocos amigos, Monreal y Rosa Icela. Esto pasa por una simple razón, Rosa Icela y Luisa María son dos posiciones impuestas por López Obrador y le tienen más lealtad a Adán Augusto que a Monreal, por lo tanto, no son instancias de arbitraje justas o que se puedan reconocer por Monreal como imparciales y por eso tenemos que ver a la presidenta, que me imagino tendrá mejores cosas que hacer, reunida con sus dos coordinadores parlamentarios para que dejen de acusarse de corruptos y de demandarse entre ellos.
  • La unidad en un grupo tan disímbolo como el que nos gobierna es un reto más complejo de lo que parece porque no basta con tenerlos comprados a todos con trabajos y prebendas, se necesita un objetivo y hacer el segundo piso de la 4T o alcanzar 10 millones de afiliados no son objetivos para políticos que han gobernado sus estados y tienen carreras a las que prácticamente sólo les falta presidir el país. Desde el espectáculo que montó López Obrador para elegir a su sucesor era obvio que Claudia era la más leal pero la menos apta, Marcelo Ebrard la acusó de usar recursos públicos para comprar votos y hasta el momento parece que Marcelo no está “grillando” o en pugnas internas, pero eso pasa porque Ebrard sí tiene qué hacer y no es un encargo simple, pero cuando se estabilice la relación con los Estados Unidos y el acuerdo comercial supongo que lo veremos participar más.

No hay soluciones fáciles porque el problema está creciendo en todos los frentes, no sólo entre los coordinadores parlamentarios. Claudia no ha querido asumir la presidencia y cada conferencia de prensa donde sigue hablando del “presidente López Obrador” y cada vez que tiene que ser ella personalmente quien intervenga para “apaciguar” a los diferentes grupos de su propio partido, confirma que todavía no se “sienta en la Silla del Águila” y que no hay consecuencias para quienes le dan la espalda a su cargo esperando que López Obrador resuelva por vía de su equipo enquistado en el gobierno, en Morena y en las cámaras.

 

Julio Castillo

@JulioCastilloL