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Duro golpe a Rusia: depone Hay’at Tahrir al-sham a Bashar al Assad

La caída de Al Assad cambia dramáticamente el tablero geopolítico en Medio Oriente; Rusia e Irán pierden a un aliado clave en la región, lo que podría debilitar su influencia estratégica. | Eduardo Zerón García

Escrito en OPINIÓN el

Después de casi cincuenta años, es decir, cerca de dos generaciones entre padre e hijo, el gobierno del brutal Bashar al Assad cayó en no más de doce días a manos de los rebeldes liderados por Abu Mohammad al-Jolani y Hay’at Tahrir al-Sham (HTS). Este grupo sorprendió al mundo al tomar la ciudad de Alepo el pasado fin de semana, un hecho que marca un antes y un después en la historia reciente de Medio Oriente.

Bashar Al Assad, y su caída es un evento memorable después de más de una década donde se ha buscado su derrocamiento; con un país prácticamente destruido, siendo este uno de los últimos sobrevivientes de los regímenes depuestos tras la Primavera Árabe, no pudo resistir el embate de los rebeldes: la falta de apoyo militar por parte de Rusia, la deserción masiva de miembros de su ejército, además de la eficiente estrategia de Hay’at Tahrir al-Sham, que consistió en sitiar la ciudad de Alepo desde varios frentes. Este cerco estratégico resultó en la caída de su bastión más importante.

La Guerra Civil Siria, iniciada en 2011, había derivado en un conflicto de baja intensidad desde la pandemia. Desde ese tiempo no había habido  hostilidades de gran envergadura en los últimos años. Sin embargo, Hay’at Tahrir al-Sham logró perpetrar un ataque sorpresa que le permitió apoderarse de zonas estratégicas como Hama, Latakia e Idlib, consolidando su influencia territorial junto con sus aliados.

Hay’at Tahrir al-Sham, fundada en 2017 como una coalición liderada por el antiguo Frente al-Nusra, ha sido considerada por varios países como una organización terrorista extranjera (Foreign Terrorist Organization, FTO por sus siglas en inglés) debido a sus vínculos iniciales con Al Qaeda. Sin embargo, el grupo se ha distanciado progresivamente de esta organización, adoptando una estrategia más pragmática y nacionalista. HTS busca legitimarse como un actor político local con miras a establecer un gobierno centralizado y organizado, alejándose del estigma del extremismo global.

La caída de Al Assad cambia dramáticamente el tablero geopolítico en Medio Oriente. Rusia e Irán pierden a un aliado clave en la región, lo que podría debilitar su influencia estratégica. Rusia, en particular, ve amenazados sus intereses militares y energéticos en el puerto de Tartus, que le garantizaba acceso al Mediterráneo y facilitaba el tránsito de petróleo y gas desde el Golfo Pérsico hacia Europa. Este revés se suma a los problemas energéticos que enfrenta Rusia tras la guerra en Ucrania. Por su parte, Irán pierde a un miembro crucial de su eje chiita, lo que podría alterar el balance sectario en la región.

El líder de HTS, Abu Mohammad al-Jolani, ha sido cauto en sus declaraciones. En un intento por proyectar una imagen más moderada, ha planteado la posibilidad de disolver el grupo para dar paso a un gobierno plural y abierto. Estas declaraciones han sido recibidas con cautela por el gobierno de Biden, que, aunque celebra el fin del régimen de Al Assad, sigue evaluando los riesgos asociados con HTS. Sin embargo, en Siria la gente celebra la caída de Assad, pero aún vive con miedo ante la incertidumbre de lo que pueda suceder…

Desde 2011, Turquía ha apoyado a los rebeldes que buscaban derrocar a Al Assad, suministrando armas y recursos financieros. Aunque Turquía y HTS comparten objetivos comunes, sus intereses no siempre han coincidido. Mientras Turquía busca establecer un gobierno sunita acorde a sus intereses, el régimen de Al Assad, respaldado por Irán, reprimió y marginó a los sunitas, exacerbando las tensiones sectarias. Esta dinámica compleja ha sido una de las principales razones del conflicto en la región.

Hoy, el mundo observa con asombro la caída de Al Assad a manos de un grupo designado como terrorista. Israel y Estados Unidos también celebran este derrocamiento, que les ayuda enormemente a sus intereses estratégicos en la región. Llevan a cabo bombardeos a los remanentes de las capacidades bélicas sirias, para evitar que caigan en manos equivocadas. Rusia tendrá que actuar contundente y rápido antes de que sea demasiado tarde, que prácticamente lo es. 

La otra cara de la moneda 

Aun el mundo no termina por comprender los horrores del régimen de Bashar al Assad, las puertas de la cárcel de Saydnaya donde murieron miles de personas, la gente se aglomera para liberar a sus cerca de 100 mil detenidos, que desde 1987 ha albergado algunos de los crímenes más atroces en el “matadero humano". Es apenas el principio.

Eduardo Zerón García

@EZeronG