MÉXICO DESGASTADO

Algo va mal…

México está en un camino de desgaste y de empobrecimiento colectivo que se hace evidente en todo. | Julio Castillo López

Escrito en OPINIÓN el

En 2010 un académico inglés llamado Tony Judt publicó su última obra y se llamaba “Algo va mal”. En ella hizo una crítica profunda al sistema que buscando un liberalismo más puro (más allá de fomentar la no intromisión en los asuntos de otros) estaba constituyendo una sociedad materialista y egoísta que ya no respondía a la naturaleza humana. 

Dentro de los síntomas principales hablaba de la inseguridad en todos los sentidos (económica, física y política), del terrorismo y de la pobreza, no entendida como la abstracción que incluso los más pobres entienden, sino como el empobrecimiento colectivo que se hace visible a nuestro alrededor. “Autopistas en mal estado, ciudades arruinadas, puentes que se hunden, escuelas fracasadas, desempleados, trabajadores mal pagados, personas sin seguro: todo sugiere un fracaso colectivo de la voluntad”.

México está en un camino de desgaste y de empobrecimiento colectivo que se hace evidente en todo. El gobierno que encabezó López Obrador logró mantener una fachada, pero el precio fue terminar con todo lo que mantenía la estabilidad y que varios gobiernos anteriores se habían esmerado para lograr. Se terminaron los ahorros, las reservas internacionales, los fideicomisos y hoy tenemos secretarías completas funcionando con lo mínimo y el gasto corriente se saca con la contratación de deuda. Un escenario poco promisorio y de difícil solución. Algunos comentarios al respecto: 

- Si usted circula por carreteras o incluso dentro de espacios como la Ciudad de México seguramente ha notado que los baches, el pavimento desgastado (en donde incluso se hacen “rieles” en el asfalto), los letreros y hasta limpieza y la vegetación se ven abandonados y descuidados. Esto no es una casualidad y tiene que ver con inversión tanto pública como privada que bajó del sexenio de Peña Nieto al de López Obrador a prácticamente una cuarta parte.  

- La seguridad es otro indicador central y va más allá de cuánto se gasta y se deja de gastar. No sólo son los muertos o los feminicidios, el aumento de la violencia o la falta de estrategia. Hay estados que están completamente entregados al crimen organizado y así como en Sinaloa no sabemos qué pasó a finales de julio con el arresto de “El Mayo”, pero sabemos que el gobernador está involucrado, Guerrero es un estado sin Estado, Chiapas igual y quizás algunos otros. 

- La infraestructura de salud que nos afecta a todos, la educativa e incluso la gubernamental están cada vez está más deterioradas, y si se visita la refinería en Ciudad Madero o cualquier hospital del gobierno es como viajar al pasado y ver espacios desgastados y anacrónicos que hacen evidente que no logramos construir un México moderno. Mientras leemos el orgulloso lema de PEMEX “por el rescate de la soberanía” que nos recuerda que hoy se importa más gasolina que nunca (también más maíz), y la soberanía es un discurso vacío que sólo emociona a crédulos y a ignorantes. 

En la elección pasada el individualismo y el egoísmo llegaron al nivel de negar la inseguridad y el fracaso del sistema de salud, y si no teníamos víctimas fatales en nuestra familia no creímos el deterioro que hay.

Peter Turchin, en su libro “Final de partida” expone un concepto llamado “cliodinámica” en donde explica cómo ciertos temas, como la sobreproducción de élites y la falta de posibilidades de crecimiento en la escala social, hacen que todas las sociedades alternen entre períodos de paz y armonía, y periodos de guerra y discordia. Hoy la polarización es histórica y no sólo en México, la discordia es regla. 

Si no reconocemos que algo va mal y cambiamos la inercia que tenemos, pronto sólo habrá ruinas sobre las que podamos construir. 

Julio Castillo López

@JulioCastilloL