Hoy, nuestros vecinos estadounidenses elegirán a un nuevo presidente o presidenta. La disputa entre el expresidente republicano Donald Trump y la vicepresidenta demócrata, Kamala Harris está prácticamente empatada, aún en los llamados estados columpio que definirán la elección. Quien gane definirá la forma de conducirse con México durante los siguientes cuatro años en los tres principales aspectos de nuestra actual relación: comercio, migración y seguridad.
En el ámbito económico, la relación se presenta como una de las más sólidas a nivel global pero enfrentará retos. Para México, el comercio con Estados Unidos es vital ya que 85% de nuestras exportaciones tienen como destino EU, lo cual nos sitúa como el principal socio comercial superando a China y Canadá. Solo de 2022 a 2023, el valor de los bienes importados por Estados Unidos desde México aumentó casi 5%, hasta superar los 475,000 millones de dólares, mientras que las importaciones desde China disminuyeron 20%, bajando hasta 427,000 millones. En este contexto, el TMEC tendrá su primera revisión en 2026. De ganar Trump, esperemos que no se conforme con la revisión sino que impulse una renegociación. Con Harris, no esperemos una revisión fácil, recordemos que ella fue una de las senadoras que votó en contra del tratado.
Además, las reformas al Poder Judicial y la llamada de supremacía constitucional han generado nerviosismo entre los inversionistas estadounidenses, veremos si en la implementación, el gobierno de México logra mitigarlo y mantener la confianza requerida.
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La migración es otro de los temas más importantes en la agenda bilateral, sobre todo, para Estados Unidos. México ha servido de contención de los flujos migratorios hacia el norte, contribuyendo a una notable disminución de las detenciones de migrantes que han caído un 25% en comparación con 2023. En septiembre pasado, se reportó la menor cifra de incidentes relacionados con intentos de cruce irregular en la frontera desde 2020, –58,858– lo que representa una caída significativa tras haber alcanzado los 250,000 en diciembre de 2023. Tanto Harris como Trump han hecho de este tema una prioridad. La primera promete un cierre de la frontera a la inmigración ilegal, mientras que Trump lanza la posibilidad de deportaciones masivas. La presión sobre México para controlar la migración irregular seguirá existiendo independientemente de quién gane las elecciones.
La cooperación en materia de seguridad parece no estar en su mejor momento. La reciente detención de Ismael “El Mayo” Zambada por parte de autoridades estadounidenses, sin solicitar la cooperación del gobierno mexicano, ejemplifica la desconfianza que hay entre ambos países. Sin embargo, resolver la crisis del fentanilo requiere colaboración eficaz, particularmente a partir de 2019, cuando México desplazó a China como la principal fuente de fentanilo ilícito comercializado en Estados Unidos. Una de las consecuencias de esto y de la reducción de los niveles de cooperación, es el endurecimiento de la narrativa en ambas campañas presidenciales y la intensificación de la propuesta de clasificar a los grupos del narcotráfico como organizaciones terroristas extranjeras.
La relación México-Estados Unidos es un entramado de intereses, tensiones y oportunidades y si bien los desafíos son significativos, las oportunidades que representan una mayor y mejor cooperación podrían ser mayores para enfrentar los retos de uno y otro lado de la frontera.
* Politóloga e internacionalista. Expresidenta de la Cámara de Diputados.