En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, se instituyó por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2008 una campaña de 16 días de activismo contra la violencia de género que concluirá el próximo 10 de diciembre, fecha que coincide con el Día Internacional de los Derechos Humanos, por lo resulta importante visibilizar la problemática que tenemos de frente, renovar compromisos y exigir medidas concretas para abatirla.
De acuerdo con ONU Mujeres, se calcula que en todo el mundo 736 millones de mujeres han sido víctimas de violencia física o sexual, es decir, casi una de cada tres mujeres en el mundo sufre violencia.
En nuestro país, las cifran resultan todavía más alarmantes pues, de acuerdo con el INEGI, 7 de cada 10 mujeres de 15 años y más han sido víctimas de algún tipo de violencia a lo largo de su vida.
Te podría interesar
El Instituto Nacional Electoral (INE) ha asumido un gran compromiso en lo que le corresponde, trabajar constantemente en la consolidación de una democracia paritaria e incluyente que garantice la participación de las mujeres en la esfera pública.
No obstante, queda claro que la violencia política contra las mujeres en razón de género sigue siendo el principal obstáculo para el ejercicio de nuestros derechos políticos y electorales.
Al respecto hay tres temas que son necesarios analizar y visibilizar:
Primero: la violencia mediática y digital, en donde estamos presenciando un crecimiento exponencial de este modo de violencia en donde las imágenes de mujeres son alteradas con inteligencia artificial, así como la generación de campañas masivas de bots que las desacreditan y amenazan.
En el INE, en el 97% de los casos de las mujeres que solicitan medidas cautelares se decreta el retiro de las publicaciones denunciadas en redes sociales.
Segundo: las renuncias de mujeres a sus candidaturas o cargos por el que fueron electas. En un Informe presentado ante el Consejo General del INE, se registraron 4,461 renuncias de mujeres propietarias y suplentes a nivel local y federal.
Tercero: la falta de financiamiento por parte de los partidos políticos que, aunque tienen la obligación de destinar al menos el 50% del financiamiento para las campañas de mujeres, en los hechos no lo hacen y esto coloca a las mujeres en una situación de exclusión y desigualdad.
Por ello, desde el INE realizamos alianzas estratégicas con las compañías dueñas de las redes sociales, generamos guías de apoyo y prevención de la violencia digital, recibimos y analizamos los informes de quejas y denuncias, no obstante, las cifras suben exponencialmente.
Asimismo, y a pesar de la normativa “Paridad en Todo”, las acciones afirmativas instrumentadas, los acuerdos para la paridad en gubernaturas, las reglas de ajuste, entre otras, observamos con preocupación la renuncia de miles de mujeres a sus candidaturas.
Bajo este contexto y sin dejar de reconocer que contamos con un Congreso de la Unión paritario y hoy una mujer presidenta, debemos reflexionar sobre diversas acciones para erradicar la violencia de género.
Necesitamos contar no con un programa piloto para la atención a la mujer como sucedió en este proceso electoral, requerimos un programa estable y permanente. Hace unos cuatro años cuando presidí la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación propuse una Defensoría Pública para las Mujeres para atender todos estos tipos de violencia de forma permanente.
Necesitamos ver a la Conferencia Nacional de Gobernadoras trabajando en conjunto temas prioritarios para las mujeres ya que gobiernan más de 60 millones de mexicanas y mexicanos.
Necesitamos observar y exigir la materialización de la reforma constitucional que presentó Claudia Sheinbaum en materia de igualdad sustantiva, perspectiva de género y brecha salarial que, seguramente marcará un nuevo escalón en nuestra lucha por una igualdad sustantiva.
Necesitamos seguir impulsando reformas, acuerdos y lineamientos para ampliar las garantías de protección a las mujeres.
Necesitamos, por supuesto cuidar lo que ya hemos logrado y con ello no dar marcha atrás de ninguna manera. Así, debemos seguir luchando para que las entidades fortalezcan la paridad; 15 estados de la república nunca han tenido una gobernadora mujer y, a nivel local, alcaldías, sindicaturas y regidurías nos encontramos aún más lejos, ni siquiera llegamos al 30%.
Luchemos mujeres y hombres hombro con hombro para lograr una sociedad igualitaria, equitativa y sin violencia de género; solo así empoderaremos a nuestra democracia en beneficio de todas y todos.