El pasado 28 de octubre, el Instituto Nacional Electoral (INE) dio la bienvenida a las 220 mujeres que fueron admitidas para la realización de la segunda edición del Programa de Liderazgo de las Mujeres en la Política.
Este Programa fue diseñado por el INE y con su aliado estratégico, en esta ocasión, el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir con el objetivo de brindar a las mujeres herramientas tanto teóricas como prácticas en materia político y electoral, así como de los alcances de los derechos humanos de las mujeres, con la intención de promover la participación de las mujeres en el ámbito de la esfera pública, principalmente, en aquellos cargos que sean disputados por elección popular y tengan, en su oportunidad, que tomar decisiones importantes y trascendentales para nuestro país.
En este sentido, las mujeres que formarán parte de este Programa representan a las 32 entidades del país. Casi la mitad, 111, fueron electas a un cargo público en el marco del pasado Proceso Electoral (2023-2024); 11 son aspirantes a candidaturas a puestos de elección popular de los estados de Veracruz y Durango, entidades con Proceso Electoral 2024-2025; 56 se desenvuelven en el ámbito público electoral como militantes, simpatizantes o participantes de partidos políticos; y 42 participan en movimientos y organizaciones de la sociedad civil cuya labor se centra en derechos políticos y electorales.
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Respecto a la interseccionalidad, se registran 30 casos de representación indígena; 9 mujeres afromexicanas, 19 con discapacidad, 3 con identidad de género no normativa, y 22 con orientación sexual no normativa.
Asimismo, las mujeres de este Programa van desde los 20 hasta los 73 años, con lo cual se hace a un lado la brecha generacional para promover su participación cívica y política en el ámbito público, y fortalecer sus liderazgos para el acceso y el ejercicio de futuros cargos públicos y de toma de decisiones en el espacios comunitarios.
Este Programa cobra gran relevancia cuando observamos que la representación de las mujeres es insuficiente en todos los niveles de toma de decisiones, por lo que estamos lejos de cumplir con los objetivos de participación y el liderazgo de las mujeres en la política y la vida pública en igualdad de la Agenda de Desarrollo Sostenible antes del 2030.
De acuerdo con ONU Mujeres, la participación política de las mujeres está en peligro, tanto en el ámbito local como mundial. De entrada, con corte al 1 de octubre de 2024, solo 19 países estaban presididos por una Jefa de Estado, y 17 cuentan con Jefas de Gobierno.
Además, los datos sobre 145 países muestran que las mujeres constituyen más de 3 millones (35.5 por ciento) de representantes en los cuerpos deliberativos locales.
Con estas cifras se estima que la igualdad de género en las más altas esferas de decisión no se logrará por otros 130 años y con el nivel de avance actual, la paridad de género en los cuerpos legislativos nacionales no se logrará antes de 2063.
La presencia de mujeres en funciones de liderazgo aumenta la probabilidad de que se consideren sus necesidades en la toma de decisiones, motive a otras a desempeñar esas funciones y promueva la igualdad de género sustantiva como eje central en una democracia.
Las medidas especiales de carácter temporal o acciones afirmativas han sido un factor fundamental para incrementar la proporción de las mujeres en cargos de decisión. Pero rara vez se aplican en la integración de los distintos niveles de gobierno.
Esta realidad contrasta con la indudable e incuestionable capacidad que tenemos como líderes y agentes de cambio, y nuestro derecho a participar por igual en un gobierno democrático.
Nos seguimos enfrentamos a dos tipos de obstáculos a la hora de participar en la vida política: barreras estructurales creadas por leyes e instituciones discriminatorias y brechas que continuamente cuestionan nuestra capacidad.
En México, y a propósito de la reciente conmemoración del 71 Aniversario del voto de las mujeres mexicanas, después de 200 años de historia, por primera vez una mujer encabeza el Poder Ejecutivo Federal. Sí una Presidenta de la República con “A”, una mujer Líder del Estado.
Este hecho, aunado con un Decreto recientemente aprobado que tiene por objeto lograr una igualdad sustantiva, ha alentado y ha dado muchas esperanzas para que las mujeres logren una plenitud de derechos a través de una equidad y certeza en su participación política.
Por su parte, el INE mediante este Programa de Liderazgo así como a través de otras iniciativas, pretende dotar a las mujeres de las herramientas suficientes para abatir lo que he visualizado como los principales retos en la materia: combate a la violencia política contra las mujeres en razón de género, cumplir con exigencia ciudadana de incrementar nuestra participación en los espacios de poder, sobre todo a nivel municipal.
El Programa contempla 15 sesiones virtuales y con una agenda temática muy extensa a cargo del cuerpo docente, pero estoy segura que estas iniciativas forman parte de las diversas medidas que se toman para que nuestra nación logre una igualdad sustantiva, generando con ello un país con plenitud de derechos con lo que se verá fortalecido nuestro sistema democrático.