Están todas las mañanas barriendo las calles, trapeando los pisos del metro, lavando los espejos del aeropuerto internacional, recogiendo la basura de las calles, y sin embargo son invisibles para una parte de la sociedad mexicana, para el gobierno de la ciudad y para un sector sindical que ha claudicado en las luchas laboristas de dignidad mínima. Son las trabajadoras de limpieza de toda la ciudad que viven situaciones de abuso laboral, acoso sexual, cistitis generalizada ya que el acceso a un baño parece ser también un privilegio de clase en esta república de la desigualdad y la crueldad.
No saben que empresa las contrata, no saben si trabajan para el gobierno o para una empresa subcontratada del gobierno. No tienen contratos laborales, pero claro que hay descuentos si llegan tarde. Piden turnos extras para generar un poco más de dinero, pero claro que no hay aguinaldo, vacaciones y menos seguridad social. Es la explotación de la vulnerabilidad a su máxima expresión. Es francamente un reflejo de la sociedad que somos, pero que por ahí debemos de empujar para lograr que todo trabajo tenga el respeto y dignidad que se merece.
Todo esto viene a cuento por el gran documental de la directora Luciana Kaplan “Tratado de invisibilidad” #NoSoyInvisible. Además de la genialidad de la directora, su sensibilidad para que las trabajadoras hablen en propia voz, la gran música del documental, la fotografía etc, el documental nos enseña lo peor y lo mejor de nuestra sociedad.
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Lo mejor: hay millones de mujeres perseverantes y trabajadoras que no están dispuestas a claudicar ante un sistema económico cruel y despiadado. Las protagonistas del documental a pesar de las condiciones de maltrato y precariedad laboral normalizada, chacotean sobre su situación, luchan por mejorar sus condiciones y muestran en primer plano una calidad humana que enaltece el espíritu y te dan ganas de salir a luchar con ellas.
Lo peor: el gobierno de la CDMX en comparsa con líderes sindicales corruptos abusa de la vulnerabilidad de estas mujeres que lo único que piden es trabajo. Pero no solo trabajo, trabajo digno con condiciones claras y mejores condiciones materiales. Existen empresas fantasmas que subcontratan a estas compañeras, abusan de su precariedad y hacen su agosto de la pobreza. No hay nada más desalmado que aquella persona o grupo en el poder, hace su riqueza de la pobreza.
Un día sin las compañeras trabajadoras de limpieza y la ciudad entraría en caos. Un día sin ellas y tal vez empezaremos a valorarlas.
Todo trabajo nos debe de dar un sustento para vivir con dignidad sin importar los grados académicos. El trabajo de limpieza en la CDMX es fundamental y debemos buscar que tengan ese respeto y dignidad.