¿Suena descabellado que en lo que hoy es el viaducto recuperemos el Río de la Piedad?
Los ríos de la Ciudad de México se entubaron durante los sexenios de Ávila Camacho y Miguel Alemán. Se pensaba en el mundo que el coche y sus grandes avenidas nos llevarían a la modernidad. Se pensaba que el concreto era el camino correcto. Creo es muy tarde para ponernos a juzgar al pasado, pero siempre es tiempo para pensar en el futuro.
En el centro de Seúl se ha demostrado que recuperar los ríos es posible y además genera economía, comunidad, espacios públicos dignos y recreación para la población. Como nosotros, en los años 40-50, los coreanos entubaron el Río Cheonggyecheon que recorre el centro de su capital. También pensaban que la modernidad era el concreto y las supercarreteras.
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Pasaron los años y lo que fue un río se convirtió en una zona habitacional sin regulación alguna que derivó en una zona industrial y una autopista que terminó por contaminar a todo Seúl.
Fue hasta el 2003 que el alcalde Lee Myung-Bak presentó un proyecto para demoler la autopista y recuperar al legendario río. Fue una inversión de más de 370 millones de dólares y que logró cambiar la cara del centro de Seúl y la convirtió en una zona de cultura, finanzas, turismo y recreación. Se recuperó un río, pero más que eso, se recuperó la calidad de vida de los ciudadanos coreanos, y se cuidó al medio ambiente. Cosa que ya no es de mera estética sino de emergencia climática real. Los invito a ver las fotos del antes y después del Río Cheonggyecheon. Se les va a antojar que recuperemos todos los ríos de la CDMX. Y la buena noticia es que es posible, no es mera ocurrencia de este reciente columnista, es un proyecto bien pensado y estructurado.
El programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad tiene un documento, un tesoro vamos, sobre la recuperación de los ríos en la Ciudad de México. El documento nos cuenta sobre nuestra relación con los ríos de la ciudad desde la época colonial hasta la fecha. En cómo los hemos ido prácticamente matando, entubando, y contaminando. Pero que la resiliencia de nuestros ríos sigue ahí, que pueden ser rescatados.
Ahora, bien sabemos que no son enchiladas. Se requiere prácticamente de un nuevo pacto social dentro de la ciudad, un nuevo enfoque en torno a la vivienda no como un bien meramente económico sino como un derecho humano, y lograr el derecho humano a un medio ambiente sano. Es claro que no será sencillo, pero las imágenes de lo logrado en 2003 en Corea deberían de inspirarnos para lograr la hazaña de volver a ser la ciudad de los espejos y no la ciudad del concreto.
Hay anécdotas que nos dan nostalgia como la que se cuenta del revolucionario León Trotsky pescaba en el Río Churubusco en los años 30. Podemos avanzar inspirándonos en el pasado y en las hazañas de nuestros contemporáneos como los coreanos. Yo le entro.
¿Y usted qué opina?