UN DÍA SIN MILITARES

Un día sin militares

¿Qué pasaría si por un día todos los elementos castrenses regresaran a sus cuarteles militares y no tuvieran interacción alguna en funciones de seguridad pública? | César Gutiérrez Priego

Escrito en OPINIÓN el

Durante los últimos años hemos visto el gran número de críticas que hacen tanto intelectuales como especialistas y grupos colectivos de derechos humanos respecto al trabajo que realizan las Fuerzas Armadas en el país, por lo que me encantaría que solo por un día, si, solo 24 horas, todos los elementos castrenses se regresaran a sus cuarteles militares y no tuvieran interacción alguna en funciones de seguridad pública. Tal vez así, y solo así, se darían cuenta del trabajo que está haciendo el personal militar en esas tareas, que nos queda claro no son propias de su adiestramiento y funciones, pero que han tenido que salir a realizar debido al desastre de inseguridad en que está el país.

Me gustaría plantear un par de escenarios para que todos aquellos que han hecho sus carreras atacando al ejército y a la marina entendieran cuál es la realidad y no sigan tergiversando datos para sacar raja política y buscar reconocimiento público que les termine dando un hueso político.

Nadie sabe que los turnos del personal militar no son como los de la gente normal, cumplen horarios de trabajo cercanos a las 18 horas diarias, desplegados por toda la republica mexicana, dejando familias en casa sin saber si van a regresar, a eso súmenle que se deben cumplir con todas las misiones encomendadas aunque no hayan los recursos materiales para hacerlo. Comandante que no se las ingenia para dar resultados con lo que tiene, se le considera mal comandante, así de fácil. 

Pero la verdad es que tenemos dos realidades distintas, una la que los analistas y especialistas ven en los número y estadísticas, y la otra es la que se vive en la calle, en el campo, en las operaciones, esas que no son contempladas en un papel desde la comodidad de un escritorio, esas que solo el que las vive sabe cómo reaccionar. Es muy fácil decir que el incremento de homicidios violentos es por culpa del personal militar, argumento que hacen sin tener ningún fundamento. Con los mismos datos que ellos utilizan, se puede demostrar que el alto índice de muertes violentas en el país no tienen nada que ver con que los militares ahora que se están encargando de cuestiones de seguridad pública. De las poco más de  60 mil muertes violentas desde el 01 de diciembre del 2018 al 01 de septiembre del 2020, el número de muertes en enfrentamientos con elementos militares es menor de 0.60%. Esto demuestra que lo que tanto han utilizado como lema de desprestigio es el alto índice de letalidad de las Fuerzas Armadas, mismo que también es falso, ya que con los poco más de 200 mil elementos castrenses que interactúan todos los días con civiles, entre seguridad pública, fuerzas de tarea, protección civil, erradicación de plantíos, labor social, etc, estás interacciones son mayores a 7 mil diarias, eso multiplicado por los 640 días que llevarían de gobierno nos darían 4,480,000 interacciones en lo que va del sexenio, entre personal militar y los ciudadanos de México. Entonces ¿cuántos muertos existen en esas millones de interacciones entre civiles y militares?

La realidad es que los militares no deberían andar de policías, lo sabemos todos, pero ante el fracaso de la seguridad pública han tenido que salir a cumplir nuevamente con la necesidad de dar certeza jurídica a la población civil. Desde hace 18 años se ha abusado del uso de la milicia y se abandonó la profesionalización de la policía, sumándole a eso que en México la realidad es que no existe una estructura donde se respete el servicio civil de carrera. Los puestos por lo general son utilizados por políticos con escaso conocimiento en seguridad, que no entienden las necesidades más básicas del personal policiaco, además de que siempre ha existido una confrontación entre los mandos policiales y los mandos militares, ya que se tienen visiones distintas del mismo problema. Pero por otro lado, tenemos también la resaca de García Luna, de donde vienen muchos de los analistas que hoy leemos en diferentes medios de comunicación y redes sociales, aunque traten de ocultarlo, lo que hace que sus opiniones sean en el sentido de atacar todo lo que huela a verde militar.

Sería interesante que por un día el personal militar regresara a sus cuarteles y se desentendiera de la seguridad pública, entonces sí nos daríamos cuenta del alto índice de violencia en el país. Veríamos a los grupos del crimen organizado establecer retenes, cobrar derechos de piso, tomar vehículos, bienes y todo lo que quisieran sin el menor recato, ya que no habría nadie que se los impidiera; secuestros masivos, despojo de tierras, robos, quemas de vehículos, secuestros y entonces sí veríamos el clamor popular de todos aquellos que los cuestionan y atacan exigiendo que regresen los militares a apoyar en funciones de seguridad pública,.

Siempre duele más el cuero que la camisa. Pero en la doble moral que manejamos como sociedad es más fácil criticar al personal militar que exigirle al político que tenga una fuerza policiaca profesional para dar garantías mínimas a la ciudadanía, que no se gasten el presupuesto de la seguridad en compra de votos o empresas fantasmas para sacar una mochada, exigir que no protejan a los delincuentes. Es más sencillo echarle la culpa a los militares que a los delincuentes que matan y secuestran a nuestros hijos, hermanos, padres o familiares.

En conclusión con un día que Juan Botas regresara a los cuarteles se darían cuenta que gracias a ese soldado que tanto critican, pueden estar tranquilos durmiendo en su casa sin que ningún delincuente llegue a cobrarle el derecho de vivir en ella, ya que ese soldado está dispuesto a arriesgar su vida para cuidar a quien lo critica. Por supuesto que hay malos elementos, como en todos lados, pero son los menos; claro que existen mandos militares y navales que han aprovechado su puesto para enriquecerse, pero también son los menos. 

El soldado tiene que cumplir jornadas extenuantes de 18 horas, con el mismo sueldo, con más responsabilidades, sin tener oportunidad de criar a sus hijos y cuidar a sus familias por que renunció a ese derecho por la obligación de cuidar a tus hijos y a tu familia, pero tú no estas dispuesto a entender esas palabras, crees que tienes el derecho de exigirle y recriminarles las fallas de quienes, desde una oficina, ganó una elección y decidió cuál era la mejor forma de gobernar, eso es la democracia. Es más fácil tener una doble moral y culpar a los militares de todos los males que tenemos, en lugar de exigirle al político, recriminarle al delincuente y aceptar tu responsabilidad cada que aceptas una despensa del crimen organizado, compras piratería, consumes drogas, pides mordida o la das. La responsabilidad es de todos, ojalá un día –solo pido un día– los militares regresaran a sus cuarteles para que se valore el trabajo y sacrificio que hace Juan Botas por cuidarnos a todos.

Aun cuando escribí esta columna hace algunos años, está más vigente que nunca.

César Gutiérrez Priego

@cesargutipri