La subida del precio del dólar y la escalada de la violencia han sido dos constantes desde que Claudia Sheinbaum ganó la presidencia y ambas son reflejo de que el país está pasando un pésimo momento en todos los aspectos.
No se trata de cuestiones subjetivas, no es una opinión. López Obrador, dentro de sus propias limitaciones y su activismo permanente, mantuvo ciertas personas y ciertas decisiones que, si bien no representaron una solución, tampoco representaban un peligro para la estabilidad o la viabilidad del país. Ahora, en menos de dos meses, ya cooptaron la división de poderes, ya están acabando con los contrapesos y para colmo, no han podido con la seguridad… la decadencia está entre nosotros.
- El 10 abril del presente año el dólar llegó a costar 16.45 pesos, hoy está a 20.54, esto quiere decir que en poco más de 6 meses perdimos cerca del 25% del valor de la moneda. Sólo con la elección de Claudia Sheinbaum se perdió un peso, y el ascenso ha sido constante (con pequeñas recuperaciones intermedias) desde ese momento.
- La seguridad es otro tema que demuestra el mal estado del Estado y la nula capacidad de responder hace evidente que cuando no se es parte de la solución, se es parte del problema. Podrán decir que no se puede resolver en poco más de un mes lo que no se hizo antes, y tienen razón, pero si partimos de que la presidenta de México se planteó como la total continuidad del gobierno pasado, son más de 6 años de fracasos en materia de seguridad que además están adornados con una serie de actitudes que dejan claro la complicidad. García Harfuch declaró el martes: “el crimen está controlado en el país” y esto es preocupante porque si alguien debe saber qué pasa en Michoacán, Zacatecas, Sinaloa, Chiapas, Guerrero y muchos más estados es él… quiero pensar que el periodista que transcribió la declaración se equivocó y lo que realmente dijo García Harfuch fue “el crimen está controlando el país”, y así al menos partiríamos de un diagnóstico correcto.
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- Lo que pasó en Estados Unidos también prende focos rojos en el gobierno mexicano. No sólo ganó Trump, lo hizo de manera indiscutible y los republicanos crecieron en todos lados. Aunque López Obrador, cediendo en todo, logró transitar bien con Trump e incluso construyó una amistad que ganó la simpatía del norteamericano que lo llamó “Juan Trump”, es difícil que esta simpatía se mantenga en el régimen de Claudia Sheinbaum. El lunes, se anunció que sería Marco Rubio el secretario de Estado y esto deja ver que será dura la relación con los autoritarismos latinoamericanos como Cuba y Venezuela, con las izquierdas populistas y con el gobierno de México de quien ha dicho que “ha entregado secciones del país a los cárteles de la droga y es un apologista de las tiranías”. De hecho, desde el Senado, Rubio ha propuesto sanciones a México por cuestiones como traer médicos cubanos y regalar petróleo a Cuba, entre muchas otras declaraciones.
- Para terminar, el mal estado del Estado se ve directamente en la presidenta Sheinbaum que hace mañaneras que a muy pocos les importan, que tiene como la mitad de seguidores en sus redes que López Obrador y que además le da más importancia a levantar calumnias contra el nuevo presidente del PAN, Jorge Romero, que a responder por la violencia y el mal estado del país. Pocas personas saben con tanta claridad que Romero es inocente de lo que le imputa como ella, ya que fue ella quien lo mandó investigar sin sustento, fue ella quien mandó espiar sus teléfonos y fue ella la que, sin tener prueba alguna, no le quedó más que cerrar el caso. Y mientras la presidenta se preocupa por el PAN, el PAN demuestra con más de 140 mil votos, qué partido de México es democrático y cuál es la cola de un caudillo.
Se cae el país y lejos de tener un rumbo se ven tumbos sin sentido en todos los rubros; el dólar y la violencia suben y suben, y la presidenta está llena de pretextos y de intervenciones vacías, pero no tiene soluciones. Mala semana para el gobierno de Sheinbaum y buena semana para el PAN.