NARCOTRÁFICO

Nuevo enfoque en lucha antinarco

Aunque la estrategia del presidente salvadoreño Nayib Bukele ha logrado reducir la violencia en su país, su aplicación en México enfrenta mayores desafíos debido a la complejidad y la magnitud de los cárteles. | José Luis Castillejos

Escrito en OPINIÓN el

La estrategia implementada por el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha captado la atención internacional debido a sus aparentes logros en la reducción de la violencia y el control de pandillas en su país. Este enfoque, caracterizado por una "mano dura" y el despliegue masivo de fuerzas de seguridad, ha llevado a algunos sectores a considerar su posible aplicación en la lucha contra el narcotráfico en México. 

Sin embargo, aunque ambos países enfrentan desafíos relacionados con la inseguridad y la criminalidad, el contexto mexicano es considerablemente más complejo debido a la magnitud, la sofisticación y los recursos de sus organizaciones criminales, así como la interacción de factores económicos, sociales y políticos que han alimentado el problema durante décadas.

En México operan más de 150 grupos delictivos, según informes de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), y entre ellos destacan dos poderosos cárteles: el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). 

Estas organizaciones no solo dominan el tráfico de drogas dentro del país, sino que extienden su influencia a más de 50 países, controlando rutas y mercados de sustancias ilícitas a nivel global. Su capacidad para operar a escala internacional convierte al narcotráfico en una red extremadamente lucrativa, pero también difícil de erradicar, ya que los cárteles han establecido complejos sistemas de corrupción y logística que involucran tanto actores locales como internacionales.

Los cárteles mexicanos han diversificado sus actividades criminales más allá del tráfico de drogas, incursionando en delitos como la extorsión, el secuestro, el tráfico de personas y el control de rutas migratorias. Esta diversificación no solo ha fortalecido su poder económico, sino que les ha permitido mantenerse a flote incluso frente a los esfuerzos del gobierno para desmantelarlos. 

Las zonas bajo su influencia, como gran parte de los estados de Sinaloa, Jalisco, Michoacán, y Guerrero, sufren altos niveles de violencia, descomposición social y pobreza, ya que los ciudadanos quedan atrapados en un ciclo de violencia y temor que paraliza las oportunidades de desarrollo económico y social.

El impacto del narcotráfico en la economía mexicana es devastador. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los costos asociados con el crimen organizado, incluidos los gastos en seguridad, la pérdida de inversiones y los daños a infraestructura, ascendieron a 21.1 mil millones de pesos en 2023. Estos costos incluyen la destrucción de carreteras, puentes y redes eléctricas, además de la pérdida de confianza de inversionistas extranjeros que ven en México un riesgo debido a la inseguridad.

Las empresas locales también sufren las consecuencias del crimen organizado, ya que muchas son obligadas a pagar "cuotas" o extorsiones a los cárteles para operar sin ser atacadas. Esto ha llevado a un estancamiento económico en algunas regiones del país, particularmente en zonas rurales donde la presencia del Estado es débil o inexistente.

Fentanilo: una nueva amenaza

Uno de los elementos más alarmantes del narcotráfico actual es el auge del tráfico de fentanilo, un opioide sintético que se ha convertido en una de las actividades más lucrativas para los cárteles mexicanos. Según la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), entre 2016 y 2022, las incautaciones de fentanilo en México aumentaron en un 192%, lo que demuestra la rápida expansión de este negocio. Los cárteles han aprovechado la creciente demanda de fentanilo, especialmente en Estados Unidos, donde las muertes por sobredosis de esta droga se han disparado. En 2022, Estados Unidos registró 108,000 muertes por sobredosis, de las cuales el 67% estaban relacionadas con el fentanilo.

El bajo costo de producción y la alta rentabilidad del fentanilo lo han convertido en una droga atractiva para los cárteles, que la mezclan con otras sustancias, aumentando tanto su volumen de venta como su peligrosidad. Esto ha exacerbado la crisis de salud pública en México y Estados Unidos, donde las muertes por sobredosis siguen alcanzando niveles alarmantes.

La violencia como constante

La rivalidad entre los principales cárteles ha desatado una ola de violencia sin precedentes en México. Solo en 2021, el enfrentamiento entre el CJNG y el Cártel de Sinaloa provocó la muerte de 4,890 personas, lo que representó el 26% de las muertes relacionadas con el narcotráfico en ese año. Estas cifras no incluyen a los miles de civiles que también resultan afectados por la violencia en las zonas controladas por los cárteles, donde el crimen organizado impone su propia ley, cobrando vidas inocentes y destruyendo el tejido social de comunidades enteras.

Los enfrentamientos armados, las ejecuciones y las desapariciones forzadas se han vuelto parte de la vida diaria en regiones donde el Estado ha perdido el control, y las autoridades, aunque han logrado capturar a varios líderes criminales, no han podido desmantelar las estructuras operativas que permiten que los cárteles sigan funcionando.

La estrategia de Bukele: ¿es viable en México?

El modelo de seguridad de Nayib Bukele en El Salvador ha sido elogiado por algunos sectores debido a la drástica reducción en los índices de homicidios y la contención de las pandillas, en gran parte gracias al despliegue masivo de fuerzas de seguridad y la construcción de mega cárceles para aislar a miles de delincuentes. Sin embargo, este enfoque ha sido duramente criticado por organismos de derechos humanos, que señalan abusos cometidos durante los operativos, y es importante considerar que la situación de El Salvador es muy diferente a la de México.

En El Salvador, la violencia está predominantemente vinculada a las pandillas locales, mientras que en México el narcotráfico involucra redes criminales con presencia internacional, vastos recursos financieros y una estructura mucho más sofisticada. Además, México tiene una extensión territorial significativamente mayor, lo que dificulta la implementación de una estrategia centralizada como la de Bukele.

Un factor clave que complica aún más el panorama en México es su proximidad con Estados Unidos, el mayor mercado de consumo de drogas en el mundo. La demanda de sustancias ilícitas en ese país alimenta el narcotráfico en México, y la falta de control sobre el flujo de armas desde Estados Unidos hacia México facilita que los cárteles se armen con equipo militar avanzado, lo que aumenta la letalidad de sus operaciones. Cualquier estrategia que busque combatir el narcotráfico en México debe incluir una colaboración estrecha con Estados Unidos, tanto en la reducción de la demanda de drogas como en el control del tráfico de armas.

¿Es posible una "bukelización" de México?

La implementación de una estrategia de "mano dura" como la de Bukele en México requeriría no sólo medidas de fuerza, sino también una profunda reforma en el sistema judicial, que permita combatir la impunidad y fortalecer las instituciones encargadas de impartir justicia. Además, sería necesario abordar las causas estructurales del narcotráfico, como la falta de oportunidades económicas y el subdesarrollo de muchas regiones rurales.

El éxito de cualquier estrategia en México dependerá de un enfoque integral que combine la represión de las actividades criminales con la creación de alternativas económicas para las comunidades vulnerables. Sin una oferta clara de desarrollo, educación y empleo, el narcotráfico seguirá siendo una opción atractiva para miles de personas que no ven otra salida en su entorno.

En última instancia, la "bukelización" de México sería una tarea monumental y requeriría un compromiso sólido por parte del gobierno para no solo combatir el narcotráfico con fuerza, sino también para reconstruir el tejido social y económico de las regiones más afectadas por la violencia. Solo entonces México podrá comenzar a romper el ciclo de criminalidad y desesperanza que ha alimentado el narcotráfico durante tanto tiempo.

José Luis Castillejos

@JLCastillejos