CNDH

Una oportunidad para la CNDH

El periodo de Rosario Piedra al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos concluye el 15 de noviembre, pero su inscripción para buscar la reelección ha generado fuertes críticas. | Agustín Castilla

Escrito en OPINIÓN el

El próximo 15 de noviembre, Rosario Piedra Ibarra concluye su periodo de 5 años como presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, sin duda se trata de una buena noticia ante su muy controvertida gestión, pero no lo es tanto que se haya inscrito al proceso convocado por el Senado para buscar su reelección por otro periodo, lo que sería lamentable particularmente ante la difícil situación por la que atraviesa el país en esta materia. 

Recordemos que la señora Rosario Piedra ha sido muy cuestionada desde el momento mismo de su designación por el incumplimiento de los requisitos de elegibilidad al haber sido integrante de un órgano de dirección partidista, así como por el presunto error en el conteo de votos para alcanzar la mayoría calificada, lo cual no se modificó a lo largo de estos años debido a su deficiente desempeño con el que estuvo muy lejos de honrar su supuesto compromiso con las víctimas quienes se han quedado prácticamente solas, ni el legado de su madre, doña Rosario Ibarra. 

Hace alrededor de un año, en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la gran mayoría de los países participantes manifestaron su preocupación y alertaron sobre las desapariciones forzadas, la violencia contra las mujeres y comunidad LGBTIQ+, los asesinatos de periodistas y personas defensoras de derechos humanos, así como los abusos que sufren las personas migrantes quienes son víctimas de extorsión tanto por parte de las autoridades como de grupos delincuenciales. Otro hecho muy sintomático de lo que sucede al interior de la CNDH, es que todas las personas que fueron nombradas por el Senado para integrar su consejo consultivo, decidieron renunciar ante su desacuerdo con la conducción del organismo y sus diferencias con Rosario Piedra quien obstaculizaba su trabajo, ignoraba sus opiniones e incluso llegó a atacarlas mediante descalificaciones y amenazas.

Recientemente el Centro Prodh publicó un análisis sobre la gestión de Rosario Piedra titulado “CNDH: balance de su debilitamiento institucional durante la gestión 2019-2024”, en el que sostiene que ese organismo ha tenido serios problemas en su funcionamiento y omisiones en casos emblemáticos, materializándose un deterioro institucional considerable que lo colocó en el centro de cuestionamientos sobre su autonomía e independencia del Poder Ejecutivo. Asimismo, compartió que de las mil 816 quejas presentadas contra la Guardia Nacional durante el sexenio del presidente López Obrador, la CNDH únicamente emitió 13 recomendaciones por violaciones graves a los derechos humanos mientras que, de las mil 664 quejas contra elementos del ejército, solo emitió 26 recomendaciones. 

Tampoco las opiniones de activistas y organizaciones de derechos humanos que fueron convocadas por el Senado para manifestar su punto de vista le fueron favorables a la presidenta de la Comisión al igual que las opiniones de grupos de víctimas como las madres buscadoras quienes han reclamado su abandono, y ni qué decir del resultado de las comparecencias de las personas aspirantes en las que se evidenció una clara diferencia respecto a otras participantes como Nashieli Ramírez a quien se le reconoce su desempeño al frente del organismo defensor de los derechos humanos en la Ciudad de México o Tania Ramírez que dirige la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM). La defensa que hizo Rosario Piedra de su gestión no convenció a nadie y, por el contrario, al parecer sembró muchas dudas incluso al interior del grupo parlamentario mayoritario sobre la pertinencia de apoyar su reelección. Esta puede ser una buena oportunidad, quizá irrepetible, para que la CNDH reasuma el relevante papel que le corresponde y, sobre todo, que se ponga en el centro a las víctimas.
 

Agustín Castilla

@agus_castilla