La UNICEF creada en 1946 para apoyar a la niñez de Europa luego de la segunda guerra mundial y que en 1950 ampliara sus alcances para abordar los temas relacionados con las necesidades de la niñez y de las mujeres en países de desarrollo, es la sigla de Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
Entre las principales directrices que aborda se encuentran, entre otras, la salud y la nutrición, la reducción de la pobreza infantil y la educación.
Por su parte, la UNESCO, Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Cultura y la Ciencia, nacida en noviembre de 1945, tiene como misión el contribuir a la paz y la seguridad mundial a través de estas directrices a través de mejorar el acceso a la educación en los países en vías de desarrollo, preservar la diversidad cultural, promover el acceso a la educación tecnológica, entre otras.
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En este sentido, tanto la UNICEF como la UNESCO destacan que la educación es fundamental para el desarrollo de las naciones del mundo, en especial si la misma es instrumentada desde una edad temprana que permite con el tiempo construir ciudadanía con conocimientos sobre su entorno que los convierte en actores activos y proactivos.
La UNESCO ha emitido diversas recomendaciones para la educación, la cultura y la ciencia a una temprana edad entre las que destacan: el garantizar el derecho a la educación visto como un derecho humano y, por lo mismo, debe ser de calidad; colocar a la niñez en el centro de las políticas; mejorar la calidad y pertinencia a través de marcos curriculares adecuados que permitan el aprendizaje y la preparación a la educación formal; capacitación a los educadores; fortalecer la financiación pública y el establecimiento de sistemas de seguimiento que midan la correcta aplicación de las políticas instrumentadas.
La UNICEF por su parte considera que la educación preescolar es fundamental porque es la etapa donde se sientan las bases para el adecuado aprendizaje que permite el éxito futuro en las instituciones académicas y, por ende, en su desarrollo posterior profesional.
Asimismo, la UNICEF considera que la nutrición, la protección y la estimulación positiva son esenciales para el desarrollo de la niñez, así como una adecuada estimulación positiva a través de herramientas que fortalezcan el aprendizaje a través de dinámicas como la lectura, el juego, el canto, etcétera.
Justo ahora que comienza una nueva administración federal, sería óptimo revisar las recomendaciones que tanto la UNESCO como la UNICEF hacen en materia de educación, ciencia y cultura para alinearlas a las políticas en la materia que eventualmente se construyan para la atención de la niñez y que sería conveniente que, además, queden plasmadas en el Plan Nacional de Desarrollo para que, en el contexto nacional, los gobiernos estatales y municipales adquieran plenamente el vínculo de fortalecer la educación temprana fundamental para el desarrollo de nuestra nación.
Es la propia ONU quien ha establecido que la educación es el fundamento básico para la construcción de cualquier sociedad, ya que da elementos de equidad, certeza e igualdad entre la ciudadanía.
Por ello, la Declaración Universal de los Derechos Humanos ha determinado como derecho fundamental la educación y, nuestra propia Constitución así lo establece de igual forma.
Hoy es el momento de la educación, es necesaria fortalecerla y nos encontramos en una gran oportunidad para ello.
¡Veremos!