El caso de García Luna hoy marca una huella en la historia de la corrupción en el México contemporáneo, ya que el génesis de este personaje comienza desde su infancia, la cual se fue transformando en una ambición desmedida. Se da cuenta de la importancia de la información y comienza a utilizarla. Una parte relevante y de la que nadie habla es cómo fue que llegó al extinto CISEN, cómo fue promovido en diferentes cargos en el sexenio de Ernesto Zedillo, la forma en cómo se vendió con Vicente Fox y cómo convenció a Felipe Calderón.
Por lo tanto, la problemática que vive nuestra nación requería que se implementaran nuevas estrategias y políticas para tratar de garantizar la seguridad a nivel nacional. Esta situación fue aprovechada por García Luna para obtener poder e información, jugando al doble agente, trabajando con los buenos y negociando con los malos. Esta forma de control no pudo haber pasado desapercibida por los ex presidentes y tuvo que existir una autorización no oficial para que se ejecutaran tales planes, ya que fue muy evidente que había operativos en contra de ciertos cárteles y pocos resultados con el Cártel del Pacífico. Recordemos que la información es poder y que los pecados inconfesables unen más que la verdad, por lo que la persecución de unos y el consentimiento a otros fue muy evidente, con la información que obtuvo García Luna tenía forma de chantajear a quien quisiera, creándose una estrategia de difusión de información con los medios de comunicación.
Aquí proliferó el control de las comunicaciones, y toda aquella información que debía ser publicada se transmitía por la radio y televisión. En aquellos días era común ver las detenciones y cómo eran exhibidos como trofeos del gobierno en turno las personas detenidas. Toda esta faramalla buscó convencer al pueblo mexicano de que era necesaria una supuesta guerra contra el narcotráfico, la cual sólo se convirtió en un negocio para esos funcionarios públicos en turno. Lamentablemente la ciudadanía puso los muertos.
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Todo este poder corrupto fue aprovechado por García Luna para recibir sobornos y enriquecerse de forma ilícita, ya que muchas propiedades y bienes no han podido ser incautados debido a que están a nombre de otras personas.
Hoy ante la sentencia que recibe García Luna, con los testimoniales que fueron acreditados por la justicia americana, podemos darnos cuenta que fue operador, protector y negociador de narcotraficantes. García Luna no pudo haber actuado sin la autorización de Vicente Fox y Felipe Calderón, quienes en su momento tuvieron el control de nuestra nación.
Sin embargo, hoy vivimos las consecuencias de los efectos de toda esta corrupción, la cual ha costado vidas de servidores públicos ejemplares, quienes cumplieron con su cometido. Es nuestro deber como sociedad educar a nuestros hijos y enseñarles valores. Historias como la de Genaro García Luna han provocado el surgimiento de criminales de traje y cuello blanco, por eso muchos están en contra de la construcción del segundo piso de la cuarta transformación. Hoy se han acabado todas esas hegemonías de poder que nos heredó el PRI, el PAN, el PRD y todos aquellos chapulines políticos que están en contra de la igualdad y la justicia en México.
El expresidente Calderón señaló en su momento que de ser declarado culpable Genaro García Luna, él aceptaría la culpa que le correspondía por haberlo designado como Secretario de Seguridad Federal y encargado de la estrategia de seguridad del país. De igual manera señaló que tuvo información no verificada de sus nexos con criminales, lo que de facto confiesa que sí tenía conocimiento pero que no investigó, o que simplemente no le interesó investigar, en cualquiera de los casos lo hace corresponsable. Por todo lo anterior, el sexenio de Felipe Calderón siempre será recordado por Genaro García Luna y sus nexos con el narcotráfico.