NOBEL DE ECONOMÍA 2024

¿Por qué fracasan los países?

El Nobel de Economía fue otorgado a Daron Acemoglu, Simón Johnson y James Robinson por su análisis del papel de las instituciones en el desarrollo de los países. | Marco Adame

Escrito en OPINIÓN el

La calidad de las instituciones económicas y políticas determina el desarrollo y la prosperidad de las naciones, la falta de estas instituciones o su debilitamiento, explica la tremenda desigualdad y la falta de oportunidades para los países y sus habitantes.  

Este año, el premio Nobel de Economía fue otorgado a los profesores Daron Acemoglu, Simón Johnson, y James Robinson. En sus estudios, plasmados en el libro “Por qué fracasan los países”, los galardonados explican las razones de la existencia de países ricos y pobres.

Siguiendo el método del caso y con abundantes ejemplos a lo largo de la historia, explican por qué hay países que compartiendo la misma geografía, raíces culturales similares y hasta similares  experiencias de liderazgo y conocimientos de parte de las élites que los gobiernan, experimentan distintos niveles de crecimiento y desarrollo. Si bien la cultura, la geografía y los conocimientos influyen en algún grado en el nivel de desarrollo, son las instituciones inclusivas, como las llaman los autores, las que explican la generación de la riqueza, la distribución justa y equitativa de los bienes y la estabilidad del desarrollo sustentable. 

Las enormes diferencias económicas y sociales entre Nogales, Arizona y Nogales, Sonora, les sirvieron para ilustrar, de manera contundente, el fundamento de su hipótesis. En un mismo territorio, con idénticas características geográficas y similares raíces culturales, es abismal la diferencia que ha ocurrido en el tiempo, respecto de la calidad de vida y el desarrollo de estas dos ciudades de la frontera de México con los Estados Unidos.

La línea fronteriza que separa a las dos ciudades, representa un mundo de posibilidades distintas entre sus habitantes. Sin abundar en las diferencias, la calidad de los servicios públicos, el acceso a la salud, la educación, la justicia  y un ambiente seguro para vivir y trabajar, explican las asimetrías en cualquiera de los indicadores socioeconómicos que se usan habitualmente para medir el desarrollo.

En términos objetivos, en los países con mayor desarrollo, las instituciones inclusivas funcionan, hay certidumbre jurídica y confianza razonable en las buenas prácticas  democráticas. A diferencia de los países con menor desarrollo, donde predominan las instituciones extractivas, como las llaman los premiados, asociadas a regímenes políticos –débiles o fuertes– con el común denominador de limitar o negar las libertades y derechos fundamentales y el estado de derecho. 

Desde esta perspectiva debemos revisar la Reforma Judicial, el adefesio que está en curso no mejora la justicia, garantiza al grupo en el poder el control del Poder Judicial.

Ante las profundas  transformaciones que vive el país, es importante considerar la aportación de los ganadores del premio Nobel de Economía. Más allá de ideologías e intereses políticos o de grupo, que actúan como lastre para impedir el surgimiento de proyectos inclusivos, es indispensable considerar los enfoques que pueden hacer la diferencia entre el desarrollo y el fracaso

“La economía florece cuando hay honestidad, disciplina y se riega desde abajo”  dijo la presidenta Sheinbaum, y sin duda esos atributos son necesarios, pero no bastan, es preciso preservar y fortalecer la solidez de las instituciones democráticas, garantizar la vigencia del estado de derecho y la certidumbre que el país necesita. 

Sin instituciones sólidas y reglas claras, que incluyan a todos, el país no saldrá adelante. 

Marco Adame

@MarcoAdame