El 18 de junio de 1971, Richard Nixon declaró a las drogas como el "enemigo público número uno”, proclamando así la guerra contra las drogas. Dos años después fue creada la Administración de Control de Drogas (Drug Enforcement Administration), conocida por su siglas como DEA, y es la agencia del Departamento de Justicia de Estados Unidos dedicada a la lucha contra el contrabando y el consumo de drogas en Estados Unidos, además del lavado de activos. Pese a compartir jurisdicción con el FBI en el ámbito interno, es la única agencia responsable de coordinar y perseguir las investigaciones antidroga en el extranjero.
Durante poco más de 50 años, la guerra contra las drogas continúa, pero parecería que cada día el crimen organizado es quien ha ganado, ya que a diario tienen mayor control territorial, mayor poder económico, mayores estructuras criminales y mayor impunidad.
Parecería que todos los intentos por frenar el tráfico ilícito de drogas ha fracasado, o por lo menos así lo dicen los números que son fríos, hoy por hoy existe un mayor número de adictos a las sustancias, se empoderan más los grupos del crimen organizado y se encuentran nuevas formas de burlar a las autoridades.
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Durante estos 50 años se han tenido pocos resultados, ya que cuando las autoridades se enfocan en un grupo criminal y sus líderes, aparece otro grupo que toma el poder y se debe empezar nuevamente. El monstruo de mil cabezas que cada que cortas una aparecen 10 más, ¿pero por qué sucede esto? La respuesta no es difícil de responder, ya que el narcotráfico es tal vez la actividad ilícita que más ganancias genera a los grupos criminales a nivel mundial, lo que llama la atención es que las autoridades no tengan un plan de prevención ante estos hechos.
Se sabe que al existir vacíos de poder forzosamente habrá quienes llenen esos vacíos. Parecería que el interés no es acabar con los grupos criminales, sino cambiar a quienes los lideran. Por más que la DEA se enfoque en el tráfico de drogas y contrabando hacia Estados Unidos, la realidad es que solo vemos grandes operativos en otros países pero nunca hemos conocido qué pasa con el narcotraficante norteamericano, Es más, ni siquiera sabemos si la agencia reconoce que existan cárteles de las drogas en ese país, que es el máximo consumidor de estupefacientes del mundo. Por lo general los boletines y noticias nos hablan de los socios de cárteles mexicanos, colombianos o asiáticos que operan en EU, pero jamás mencionan cuáles son las organizaciones locales que se encargan del traslado y venta de las drogas en ese país. Tal vez ahí es donde se origina el problema, ya que como todos sabemos es política del gobierno norteamericano el no reconocer públicamente que existen cárteles de la droga originarios de ese país. De igual manera, no les gusta reconocer que se tiene un problema por el alto índice de corrupción de sus autoridades, ya que sería imposible que se pudiera cruzar toda la droga que llega a EU si no es por el contubernio con las autoridades norteamericanas. Pero como siempre, es más fácil culpar a los países productores y de trasiego del grave problema de adicción que se vive en ese país.
Parecería que se tiene interés en saber y tener el control de qué drogas y en qué cantidades ingresan a EU. Sería imposible que EU pasara un solo día sin drogas, ya que se sabe del alto índice de adicción entre sus ciudadanos. Un día sin drogas en EU desataría el caos colectivo debido a la abstinencia de los consumidores, esto sumado a su política libre de uso de armas generaría problemas de seguridad graves. Por lo mismo se entiende que las autoridades consientan o incluso generan o propicien el ingreso de cierto porcentaje de drogas, para satisfacer el alto índice de adicción de una parte de la población.
Pero entonces la pregunta se repite, ¿por qué no se ha podido ganar la guerra contra las drogas? Me parece que la respuesta es clara, simplemente porque no les interesa acabarla, lo que le interesa al gobierno de EU es poder controlarla. Estamos hablando de que el narcotráfico es una de las economías informales más poderosas del mundo, que da poder político, económico y social, lo que la convierte en una herramienta de control que ningún político se atrevería dejar en manos de otro, ya que podría acabar con su control y poder.
Por último, si después de 50 años la DEA no ha ganado esta guerra contra las drogas, qué nos hace pensar que podrá ganarla en algún momento, ¿será acaso que lo único que se busca es controlarla? Pero, ¿cuál sería el interés de tener ese control si no es para generar poder y control sobre los demás, desde los individuos hasta los países?
Durante décadas hemos sufrido la intervención de la DEA en las políticas de control de drogas en nuestro país y parecería que en lugar de mejorar termina empeorando. ¿Habrá realmente interés en que la violencia se genere lejos de EU? Estas son solo preguntas al aire, pero creo que la respuesta es clara.